Santa Cruz organizó una muestra de Carnaval en mayo de 2000 con motivo de la convención de la Federación Europea de Ciudades del Carnaval (FECC) que reunió a 180 representantes de 25 países. A la siguiente convocatoria de la fiesta de la máscara, la murga Los Bambones no perdió la oportunidad e hizo referencia en su letra Aire de Cádiz, cuando cantaron: «Carnavales en mayo, yo casi me desmayo vestido de esquimal».

Nadie se imaginaba entonces que una pandemia iba a forzar a Santa Cruz a trasladar de febrero a junio, a las puertas de verano, los concursos y galas, como ocurrirá de forma inédita esta edición, si lo permite el covid finalmente.

Pero Fiestas, que ha estado durante dos años en el dique seco por las limitaciones de la normativa sanitaria –con un perfil bajo, administrativo y sin programación de puertas a fuera de la oficina– tienen el reto de organizar en cuatro meses, de abril a julio, las fiestas de mayo, el Carnaval de junio, las habaneras de la primera quincena de julio y el 225 de La Gesta, que celebra la victoria de las tropas locales sobre Nelson. Y sin darse tregua, deberá resolver las reclamaciones por incumplimiento de contrato de parte de las empresas, que solicitarán compensaciones económicas por el cambio de fecha y los perjuicios ocasionados y, además, afrontar el segundo pago a los grupos, a la vez que se arma el expediente para desembolsar el primero de la contratación correspondiente al Carnaval 2023, tras la apertura de la inscripción.

Frenesí festivo

Este frenesí de fiestas también afectará directamente a los grupos del Carnaval, que como dijo el representante de la murga La Sonora, Carlos Estévanez, en la reunión con el concejal del pasado viernes, se trata de uno de los mayores movimientos participativos de Canarias. Los seis mil componentes directamente vinculados a las murgas adultas e infantiles, comparsas, rondallas y agrupaciones musicales, coreográficas y de mayores son los mismos que hacen las Fiestas de Mayo, los Juegos Municipales y las Habaneras.

Y, por si fuera poco, todo está condicionado a la evolución de las condiciones sanitarias, lo que obliga a la organización a duplicar, o triplicar, esfuerzos para preparar diferentes alternativas en caso de que no se puedan celebrar actos.

Abril, gala de mayo

Tomando como referencia el peso de la costumbre, cuando el covid lo permitía, Fiestas organizaba en la última semana de abril la gala de elección de la reina de las Fiestas de Mayo, en donde participan diseñadores y candidatas llegadas del Carnaval; valga con recordar los casos de Ángelita González Ledezma o Ángel Ramos, entre los referentes de los trajes de magos; la primera, de la murga infantil El Cabito; su sobrino, de Carricitos.

No son casos aislados. Las propias agrupaciones musicales, Sabor Isleño, de Pedro Ortega, o Chaxiraxi, de Texenery Moreno, de parrandas en mayo o en el concurso de comidas típicas. Otro de los principales referentes, Juanjo Coello y su esposa, Carolina, que concursan en mayo en especialidades típicas gastronómicas y en Carnaval están al frente de la murga infantil Guachipanduzy y sirven de apoyo al grupo coreográfico Funkyguachi. Y así, cientos componentes, como Walkirias, El Cabo, la Masa Coral, Peña del Lunes… grupos folclóricos en mayo, rondallas en Carnaval y habaneras en la víspera del Día del Carmen.

Cabe el más difícil todavía: Casa del Miedo, institución que preside Manolo Peña, que cuenta con la murga infantil Mamelones, la adulta Mamelucos, La Rondalla Mamel’s, la Canción de la Risa No Tengo el Chichi P’a Farolillos y, además, es el cuartel general de Habana Vieja. Y todos vinculados al Carnaval, en junio, y a las Fiestas del Carmen, en julio. Junto el trámite administrativo, se simultanerán los montajes de los escenarios para las Fiestas de Mayo y del Carnaval.

Si el covid lo permite, a final de abril se celebrará la gala para elegir a la reina de las fiestas de mayo; el 3 se sucederá el montaje de las cruces y a lo largo de ese mes, concurso de comidas típicas.

El lunes 30 de mayo, Día de Canarias, para el miércoles 1 de junio, cuarenta y ocho horas después, celebrar el acto inaugural del Carnaval, donde se procederá a la presentación de candidatas y enlazar con los concursos, el sábado 4 de junio con el certamen de rondallas, en el teatro Guimerá, colectivos en los que gran parte de sus componentes militan en grupos folclóricos, y que aún sin despedir mayo, saldrán a cantar lírico en junio y habaneras en julio.

Durante las cuatro semanas de junio desfilarán por el escenario seis mil componentes que, cuando acabe la convocatoria extraordinaria del Carnaval, una parte seguirá vinculada de cara a las habaneras y otros, nada más comenzar julio, ya comenzarán los preparativos de los diseños y las letras para tener todo el operativo preparado para retomar los ensayos a finales de agosto o la primera semana de septiembre.

Pero no habrá finalizado este calendario horribilis que encara Fiestas desde abril. En julio, además de La Gesta, el alcalde de Santa Cruz había anunciado el deseo de organizar una comisión para dar realce al 225 aniversario de la derrota de Horacio Nelson, que se conmemora el 25 de julio.

Para esa fecha, Fiestas estará inmersa en la resolución de las reclamaciones extrajudiciales de empresas y diseñadores para paliar los gastos que les ocasiona el aplazamiento del Carnaval a junio.

Nada más finalizar el Carnaval 2022, el 26 de junio, comienza a correr el plazo de 45 Díaz que se ha dado Fiestas para abonar el segundo pago de la contratación de los actos que tendrán lugar a las puertas de verano, mientras a la par se preparan los trámites del primer ingreso de la fiesta de 2023.

Duplicar esfuerzos

El más difícil todavía. Las empresas ya ganadoras de los pliegos de contratación tendrán que duplicar esfuerzo para montar en las fiestas de mayo o en las habaneras con el Carnaval de junio en medio, y sin tomar en consideración que tengan compromisos en otros municipios, algo propio en el calendario estival con las fiestas patronales de los pueblos.

Se impone un ritmo de trabajo trepidante, hasta el punto que Fiestas deberá simultanear la instalación del escenario de las Fiestas de Mayo con el montaje para el Carnaval , lo que hará buena la máxima del concejal que dice que, ante la incidencia del covid, por comodidad, lo mejor era no hacer nada. Pero Santa Cruz asume el resto de liderar la oferta cultural en aras de apoyar a los comerciantes y la restauración.

Cabello ha explicado que «conscientes del interés que este espacio despierta, se ha procedido a la instalación y configuración de elementos audiovisuales que aludan a los trajes ganadores».

Humberto Gonar eldia.es

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