Trapaseros marcó el Norte en la primera fase del concurso de murgas adultas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. Se esperaba como una final adelantada, y Mamelucos y Zetas-Zetas solo mostraron sus dientes.

Los de la Casa del Miedo, con una interpretación que por momentos parecía colgar el cartel ‘Se busca’; en el caso de Zeta-Zetas, su presentación fue tan espectacular que el tema quedó en un segundo plano; además de ser un mareo.

De resto, meros intentos de mejorar, como Tras Con Tras, que podían haber tocado el cielo de haber mantenido el impulso de los primeros minutos. Chinchosos fue más ambicioso en su tema para batir el Récord Guinness, que colapsó la web. La idea buena, pero la técnica no le acompañó: hacer un karaoke sin ver la letra, complicado. Y ya en el cierre, La Sonora, de la que se esperaba muchísimo más en su estreno estando al frente un tándem de oro: Carlos Estévanez y Óscar Gómez.

Con quince minutos sobre la hora anunciada, para tener cobertura en directo de la Televisión Canaria, arrancó la primera fase de murgas del Carnaval con casi media entrada en el recinto ferial.

Sin teloneros, porque las murgas infantiles actuarán la próxima semana, abrió Tras Con Tras, con una presentación montada por Cristo Casas en el que demostraron su mejoría musical. Su presentación para reencontrarse con el Carnaval se lo podían haber ahorrado y haber cantado dos veces el pasacalles. Una auténtica bomba; en la mejor interpretación de la historia. Tienen magia y prometen.

1.- Tras Con Tras (1995). Su tema único, Tras Con Tras saca la cara más amable. Se transformar en asistentas de hogar para limpiar la casa de Patricia Hernández, con alguna mención al peine de Alfonso Cabello o de lo que se enteran cuando van a la casa de Evelyn Alonso.

La calidad musical de Tras Con Tras invitaba al público a subir al escenario y hacerse murga con ellas. Las chicas de Melca Barrera apostaron por un tema comercial que parecía de Gara García y que acabó demostraron la autoría de Cristo Casas, su director musical. A partir de ahí cambian el ritmo festivo para entrar en chanchullos que por falta de dicción se perdían detalles. Y es que se fueron incluso a limpiar la casa de Jordi Hurtado. Parecía que perdían el buen pulso de sus primeros minutos de actuación.

Lo que parecía una actuación para la historia acabó en un desorden de las limpiadoras de Tras Con Tras, con mejor interpretación que letra. Fueron a ordenar su repertorio y acabaron apilados y desordenados unos argumentos que perdieron la fuerza inicial. ¡Con lo bien que iban! Pero las limpiadoras quitaron el polvo y afloró la murga que eran. Gracias por el esfuerzo de salir al Carnaval. Pudieron tocar el cielo y se quedaron limpiando.

2.- Zeta-Zetas (2003).- Llegaron los “Dioses del Carnaval”. Así de denomina su fantasía, de Santi Castro. Y su presentación fue al pie de la letra, en este caso con una big band en donde escribieron en mayúscula los primeros acordes de 2020 cuando colocaron entre el público una orquesta. Nadie dijo nada y este año se vinieron arriba y montaron un espectáculo. Solo le faltó Chanel.

A partir de ahí, pasacalle y alfombra roja para ejecutar su primer tema. La presentación empalagó tanto de perfección que el primer tema de concurso daba vueltas y vueltas y no acababa de explotar. Con el magistral montaje musical de Ricard Casanova, poco parecía importar lo que cantaban, que parecía una bola de sonido para cantar a los políticos. Decían lo mismo cantándolo de todas diferentes formas para reprochar que los gestores públicos, en Imagen y semejanza, se cargan Canarias. Y de pronto el tema saltó a rendir tributo a la gente del Carnaval, con un viaje al ‘compañero puñalada.

Ahí dejan atrás el disfraz de 2022 para aparecer con la fantasía de 2022, porque se habían quedado congelado. La idea mucho mejor que la ejecución. Ahora no ven a Patricia, sino en su sitio Bermúdez; el cambio del escenario de ubicación y recuerdan que el Carnaval de este año no se celebra en febrero sino en junio. Lo peor de su actuación, que la presentación es tremendamente superior (aunque no es murga) a la letra de tema en concurso. Y acabaron preguntando de qué sirvió tanta desgracia si ahora somos peor. Ellos sin duda fueron mucho mejor en su presentación, con una letra de fase de trámite que solo con su Interpretación están en final.

Fue un tema engolado, en el que se gustaban cantando para decir de diferente forma la misma cosa. Cantan la presentación en los veinte minutos y se ganan el primero de Interpretación, primero de Presentación, primero de Solistas, primero de Ritmo y Armonía y Premio Vacilón.

3. Mamelucos (1980). Llegados de la Casa del Miedo, estrenaron a Airam Bazzocchi como director. En su presentación desvelaron en concurso su fantasía, Los Caballeros del Zodíacos, de Josué Quevedo. Aquellas voces quedaron perdidas en la primera puesta en escena, menos mal que recuperaron el orden musical, con Xerach Casanova fuera del escenario y con Airam marcando el compás.

El tema, con la idea de que “Íbamos a salir mejor”, un repaso por lo ocurrido desde la pandemia, desde un rajazo al concejal de Fiestas, al que se acaba de estrenar con actos en la calle y ya le señalan la puerta; o un viaje a los murgueros de Las Palmas, los mismo que los acompañaron en el tema SaryMamel’s a los que los invitan a no venir a quitar entradas al público de Santa Cruz.

A partir de ahí, más caña a la Iglesia, denuncia a la inmigración y el tema se desmoronaba, incluso a ritmo de pasodoble cuando se resisten a que los identifiquen con ATI o niegan ser beneficiados por Carlos Mas (un referencia que se retrotrae a 1993 con Guachi). Más fuerza en el compás del pasodoble que en la letra cuando hablan del concurso adulto, que no es el infantil. Pues vale.

Por momento en la recta final parecía una retahíla de asuntos recurrentes como el rechazo a La Tejita para acabar con el tributo a los grupo que han hecho para hacer Carnaval, en el mejor momento de toda la canción. La actuación de Mamelucos valió por el minuto de oro con el que cerraron su tema de concurso que tuvo de todo. Protagonizaron un minuto de oro.

4. Trapaseros (1991). Llegan desde Los Realejos. Bastaba con escuchar su pasacalle, que fue una bomba de relojería y hacía augurar una actuación exquisita. Con Juan López al frente, desgranaron ‘La Notaría’, en la que iban a dar cumplimiento a las últimas voluntades. Musicalmente ha recuperado a Julio Fernández Calzadilla, de Bambones, tras el tropezón con Josito Suárez, de SaryMánchez, en 2020.

La primera pelea del reparto, por la camiseta del Tenerife, como interpretaron los extras, porque la letra se ciñó a Casimiro Curbelo, dueño de La Gomera… Es una letra fresca y suelta que saltó a que el primer premio del concurso de murgas de Las Palmas le correspondió a Los Gambusinos, para Fuerteventura; y en su letra cometen un pecado mortal para incrustar una crítica al obispo. Resulta que el tema era de La Notaría y ellos parecían metidos en el funeral.

Cierran el paréntesis para cargar contra el patrimonio que han esquilmado los políticos… Un pero, las torres de Unelco, una referencia a hace más de veinte años. Musicalmente, genial. El tema era una idea genial que se les hizo grande; parecían que se marcharon de la notaría peleados con la primera parte de la canción.

Eso sí, son una bomba sobre el escenario; los cuartos y los afinados de principio a fin en su mayoría. El tema prometía frescura y la canción se acabó en un testamento. La idea muy superior a la ejecución. Eso sí, hasta este momento, los mejores de la primera fase.

En el reparto de la herencia del Norte, Trapaseros trajo a Santa Cruz entre las filas a Adrián Montes de Oca, director musical de La Traviata en 2020 o de Puertopotras; y a Javi González ‘El Chileno’, director de Cascarrabias, hoy en las filas del eterno contrincante.

5. Chinchosos (1987). Arrancar la presentación con un solista no sólo no complica musicalmente sino que facilita la interpretación. Con el trabajo de Gustavo Pomares y la dirección de Lolo García, se hicieron escuchar y mantuvieron el tipo en el pasacalle -sin el Soñe-, que hizo bailar al recinto ferial. Comerciales, divertidos… y afinados. Reproducen ambientillo de final. De hecho, de los veinte minutos dedicaron ocho de ellos a su baile con pasacalle.

A partir de ahí, su anunciado triunfo, la canción del Récord Guinness. Salvo que el reclamo de que todo el mundo tuviera a mano su móvil y entrada en www.chinchosos.com fuera una quedada para despistar al personal, la técnica le jugó una mala pasada. ¡Aquí no hay covid!, parecían cantar y de pronto ‘wifi covid’, y hasta parecían que en el karaoke cantaban en inglés.

Las pantallas con las letras tan alejadas dificultaba una idea genial. Ya se daba por perdido intentar acceder a la aplicación cuando Chinchosos cantaba a ritmo de Pimpinela el diálogo que atribuyeron a Patricia Hernández y al alcalde Bermúdez. El tema, que era para interactuar, acabó por ser eterno con la intensidad de llevar el crono al límite al ritmo de oe, oe… Y acabaron desangelados y eso que anunciaron que habían batido el récord Guinness, de quiero y no puedo. Ya ‘ni el Soñé’. Parecía que iban a arrancar en la canción interactiva de Tras Con Tras y acabó como un remedo de Escuelita Murguera de Bambones.

6. La Sonora (2021). Estreno del Carnaval murguero de la mano de Carlos Estévanez y Óscar Gómez. Nada más arrancar, un pelotazo; luego, una murga que parecía confundir el escenario con la grada del Heliodoro. A partir de ahí, iban a desgranar una letra sobre las ‘palabras’ más buscadas en Google, como Bill Gates o Miguel Bosé en referencia a los episodios que protagonizó durante el covid. Lo mejor, utilizar en una letra el término negacionista.

Y de negacionistas, a un momento retrospectivo, para recordar cuando la madre les pegaba con la chola, y de ahí, en un saco sin fondo, en una letra de Nino Bello, la denuncia porque las familias abusan de los abuelos y de nuevo salto para hablar de las comisiones. Temblaban las voces de La Sonora, que puntuó alto en humor con su nombre. El tema podía ir a peor cuando se refieren a la pederastia. Sin duda, gran mérito estar ensayando en las condiciones que lo han tenido que hacer visto el resultado.

Y como si fuera un todo, referencia a las petroleras, para lamentar el desequilibrio entre los autónomos y los grandes empresarios. Lo mejor, su final.

Humberto Gonar eldia.es

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