A Airam Bazzocchi los Reyes Magos le llegaron el 3 de marzo, cuando el presidente de la Casa del Miedo hizo oficial su designación como director de Mamelucos, murga que ya estaba en la calle (1981) cuando él no había nacido aún (1987). Con 24 años en murgas (Ni Pico, Singuangos, Trabas, Bambones y los propios Mamel’s) y 20 de letrista, se pone al frente del grupo al que ha escrito canciones en las últimas diez ediciones.

¿Es la primera vez que asume la dirección de una murga?

Ya salí como director en 2013 de Los Chacho Tu, en Las Palmas; esta es la primera vez en Tenerife, y de una murga (se ríe).

¿Cómo fueron sus inicios?

Fui mascota de la Ni Pico, hasta que mi padre se desentendió de las murgas. Cuando vivíamos en El Cardonal le pedí salir en los Bambas pero me dijeron que no porque ya se había desvinculado de estos grupos, hasta que me dieron ya permiso para disfrutar del Carnaval, con 16 o 17 años. Desde entonces nunca he faltado, salvo en 2015, que comencé la noche antes la Cabalgata y decidí dejar de salir con disfraz de murga hasta hoy. He llegado a un momento de madurez carnavalera que me apetece disfrutar de la murga en su plenitud.

Mamelucos tiene más años que usted.

Sí, seis o siete carnavales, según se mire. Lleva 41 años y yo soy de 1987. En la Casa del Carnaval (donde trabaja) cuento a los peninsulares que la visitan, junto al traje de ‘Tajaraste’ que se expone, que en 1987 hay cuatro hitos: la reina que cambió todo, la primera vez que se tematizó todo –año de Roma–, el récord Guinness de Celia Cruz y es la edición que nací yo (vuelve a reírse). Por eso salgo los viernes y vuelvo los domingos (ríe).

¿Qué significa Mamelucos?

Mamelucos y Manolo Peña significan mi estabilidad emocional.

Usted es un ‘culo inquieto’, que ha estado en varias murgas.

En todas las murgas que he estado de componente nunca he cobrado, sino que encima pago mi disfraz, como este año en Mamelucos.

¿Va a dejar de escribir a otros?

Cuando tienes estabilidad laboral es diferente.

No lo digo por cobrar sino por su estabilidad en una murga.

De los últimos años, he colaborado como letrista seis años en Bambones y diez en Mamelucos. Hace ya algún tiempo que hago muy pocos temas. Cuando no estás a gusto en un sitio, empiezas a hacer las cosas mal y quedas mal.

En este momento, parece que no todas las murgas tienen las mismas ganas de Carnaval.

No sé los otros, pero Mamelucos tenemos un montón de ganas y sobretodo el Carnaval en su plenitud. Hay que empezar a ver el Carnaval como un todo y no como un ‘yomimismo’. Este año ha costado muchísimo que se salga. He notado en muchos grupos, por las razones que tengan, que surge una chispa y dejan de salir.

¿Hasta que punto el covid no se ha convertido el excusa?

Lo tendrías que preguntar en cada casa. Mamelucos nunca se planteó no salir; siempre dijimos: a grandes males, grandes soluciones y el que da soluciones gana.

En el pasado se rompió en Mamelucos el tándem Toño Ramírez-Manolo Peña. ¿Ocurre ahora mismo entre usted y Xerach Casanova?

No es de dos, sino de tres porque está Manolo Peña también.

Vale, entonces trío.

Desde 2016 tenemos un chat y la única diferencia este año es que Xerach no está presencialmente.

Y que no sale de director. ¿Se ha roto el amor de tanto usuarlo?

No, para nada; tal vez es como cuando tienes a pareja en la distancia y no la llamas tanto.

¿Es director interino, hasta que vuelva Xerach?

Soy director hasta que me eche Manolo Peña (se ríe) o yo considere que no le aporto nada a la murga. Me ha renovado las ilusiones murgueras y es como si empezara un nuevo ciclo de letras; había perdido un poco la emoción por la pandemia y los resultados del último año.

¿Cuál considera que ha sido su tema estrella en 20 años?

Sarymánchez, por supuesto.

¿Cómo son sus letras?

Son más de creatividad. La innovación está mal entendida; innovar no es coger un vídeo de youtube y hacer una canción. La creatividad es crear nada de la nada. Sarymamel’s está creado desde cero, como los disfraces de Mamelucos. Creo que al Carnaval le falta la originalidad en su plenitud.

¿Cuál es su reto para 2022?

Vamos a hacer que la gente se olvide un poco de todo; no es un año murguero normal en letras, pero vamos a marcar los años futuros de Mamelucos tanto en fase como final. Todo tiene su ciclo y también las letras, y se estaba agotando el nuestro, por lo que vamos a aportar algo un poco diferente.

También porque ha escrito para otras murgas y acaba por repetirse su estilo.

Mira los Distraídos de los gigantes, ahí nos empezamos a cargar la murga tradicional y me arrepiento de eso, porque todo el mundo ha copiado y se sigue haciendo.

¿Se arrepiente de esos temas?

Me arrepiento porque no se ha mantenido la esencia de la murga. Yo hice eso y he vuelto a la esencia de las murgas; hablo en general.

¿Qué es una murga?

Una murga ya no es el periódico del pueblo porque hay exceso de información; antes tenías que comprar el periódico para enterarse. Hoy Singuangos no triunfaría en muchas ocasiones porque la gente tiene acceso a la información hasta con portales de trasparencia. Hoy prima el ingenio. Lo puedes vestir de la manera que quieras.

¿Ingenio son efectos especiales?

Para mí no, para otros sí y es lícito.

¿Qué es el ingenio murguero?

Es la creatividad y darle la vuelta a una cosa o cantar otro punto de vista y dar con la tecla de algo.

¿Cuál es su reto de este año?

El gran reto de Mamelucos 2022 es actuar lo máximo que podamos en la calle; luego está ganar el concurso, por supuesto. La prioridad es la calle, por volver a la esencia de la murga. Nos gustaría que todos siguieran esa tendencia que también se ha perdido con el Carnaval de Día porque no puedes cantar con todo el mundo bailando.

Cómo director, ¿a quién se parece más: a Toño o Xerach?

No me fijo… Si buscara referencias en los directores cogería un poco de la templanza de Primi, el canallismo de Luis Mariano, la naturalidad que inspira Maxi hacia fuera. Intentaré ser yo y con los años cambiaré como la vida.

Al final, sigue los pasos de su padre, que fue director en Ni Pico.

Hemos tenido vidas un poco paralelas. Espero que no pase como en las infantiles, que me ganó y no le he vuelto a ganar (se ríe), eso es lo único. Mi padre está feliz y creo que el próximo año volverá a las murgas en Mamelucos… Es un tercera fila de manual. Si buscas en la RAE ‘tercera fila de murga’ sale mi padre (se ríe).

Siempre ha defendido la final, pero peligró este año.

Un concurso de murgas hoy en día sin final, no es un concurso. Es lo mismo que decir hoy una murga a una voz, te cuesta verlo. Lo más fácil era hacer un tema, pero hay que superar el ‘yomimismo’.

¿Hay tiempo para preparar dos temas?

Vamos holgados para dos temas. Hay tiempo para repasar y aburrirte.

¿Hay que esperar al 14 de marzo para tomar decisiones?

No. Jamás se dijo de esperar al 14 de marzo para retomar los ensayos. No entiendo que se llegue a mentir para un interés que no es público y lo digo aunque quizás sea mi primer tirón de oreja de Manolo Peña como director.

¿Ha habido un bajón del nivel en murgas?

Hubo un bajón, pero aparecimos Zeta-Zetas y Mamelucos y el concurso ha crecido de nuevo.

¿Estamos en un ciclo de Zeta-Zetas?

El ciclo es del que gane. Mamelucos en nueve años ha tenido ocho premios de Interpretación. Para mí ganaba en 2020 Diablos y luego Zeta-Zetas, y muy lejos Mamelucos y Bambones.

¿Cómo le gustaría recordar su primer año de director de Mamelucos?

Que los míos se sientan orgullos de mí, porque yo ya de ellos ya lo estoy.

Humberto Gonar eldia.es

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