Un grupo de abogados cristianos trata de convertir en un infierno judicial la vida de todo aquel que ose ofender el sentimiento religioso. La presidenta de la asociación, la letrada Polonia Castellanos, vallisoletana de 40 años, se ha erigido en una especie de oráculo en defensa de la familia y de la vida, desde la concepción a la muerte, como recalca ella misma.

Su último objetivo ha sido la bandera LGTBI. Primero, la que publicó la Guardia Civil en su perfil de Twitter para conmemorar el Orgullo. Abogados Cristianos se querelló contra la recién nombrada directora del cuerpo, María Gámez, y pidió en el juzgado su retirada como medida cautelar.

Después, la asociación la tomó con la enseña arcoiris del Ayuntamiento de Cádiz. El consistorio, dirigido por el morado José María González, Kichi, arrió la bandera este lunes para cumplir la resolución del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 que sí dispuso su retirada como medida cautelar.

Según anuncia Abogados Cristianos en su web, de cada euro que recibe destina 84 céntimos a financiar los procesos judiciales en los tribunales; 10 céntimos a gastos de administración y los 6 restantes a actividades de recaudación de fondos y captación de nuevos colaboradores. Aunque a algunos no les salen las cuentas de esta asociación.

En la asociación trabajan unas 80 personas. Abogados Cristianos tiene a ocho personas en nómina.

“Todos los casos que conozco los han perdido y pierden con costas, les cuesta dinero”, explica Isabel Saavedra, abogada que litigó con ellos defendiendo a Borja Casillas, la drag queen contra la que Abogados Cristianos se querelló por su actuación en el carnaval de Las Palmas en 2017.

Los juzgados, además, piden unas fianzas medias de unos tres mil euros por cada querella, que en caso de ganar se devuelven, pero si se pierden quedan en el Juzgado. En la asociación trabajan unas 80 personas. Abogados Cristianos tiene a ocho personas en nómina, dos periodistas que llevan el gabinete de comunicación, cinco letrados y un responsable de campañas de márketing. El resto, dice Castellanos, realiza labores de voluntariado.

La presidenta explica que en sus filas hay procuradores voluntarios y abogados que actúan en su representación cuando ellos no pueden asistir a un juicio porque les coincide con otro. “A esos abogados se les paga”, detalla. Fue el caso de Borja Casillas: “Nosotros nos presentamos a declarar, pero allí no apareció nadie de los cristianos. No mandaron a ningún representante y alegaron que no les llegó la citación y se aplazó el acto”, cuenta el joven canario que se disfrazó de Virgen y de Jesucristo.

Casillas se terminó encontrando con los cristianos y, en representación de Polonia Castellanos, acudió otro letrado. No llegó a haber juicio porque el Juzgado de Instrucción número 8 de Las Palmas no llegó a apreciar delito de odio o de ofensa a los sentimientos religiosos.

La abogada de Casillas, Isabel Saavedra, narra así el modus operandi de Abogados Cristianos: “Ví que ya habían entrado en algunas querellas y que hacían propaganda de su causa. Pero Polonia Castellanos no venía. Entraba con letrados sustitutos, pero ella estaba en televisión. Entraba en los programas a discutir, incluso tuve algún enfrentamiento con ella. La intuición que me da es esa, que más allá de que sepan que el recorrido jurídico de sus batallas es corto, hacen que su causa esté en boca de todos”.

Javier Portillo  HuffPost

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