«Los hemos citado para escuchar sus opiniones, pero las decisiones las toma la organización». Así comienza cada reunión el concejal de Fiestas, Javier Caraballero, con los representantes de los grupos del Carnaval. Ocurrió el año pasado, cuando se estrenó, y mantiene la metodología en esta edición, como volvió a quedar de manifiesto en el encuentro con el multitudinario encuentro con los portavoz de la modalidad reina de la fiesta, las murgas adultas.

Caraballero se decantó por la sala de juntas, aprovechando que había un proyecto en el que mostrar las bases, y se quedó chica la sala. Y es que muchas murgas acudieron con dos y hasta tres representantes, lo que permitió un quórum más grande que algún concurso de agrupaciones; eso sí, no estaría de más rescatar el semáforo que limita los 30 minutos de actuación para las intervenciones de filósofos del género.

Algunos de los presentes reconocen que la reunión del pasado martes permitió conocer por primera vez todas las bases, que nunca se habían leído.Entre todas las cláusulas, tres fueron los asuntos más calientes: la participación de las murgas del Norte en Santa Cruz, la composición del jurado y qué puntuarán.

Al margen, dos anuncios que ya se dan por hecho para el común de los mortales que subirá al escenario del recinto ferial. La nueva disposición del decorado –que volverá a colocarse a lo largo– permitirá ganar más de mil localidades para el público y el incremento del 10% en la contratación completan las novedades, único al anuncio de que las bases que ahora se revisan estarán en vigor los próximos cuatro años.

Carta blanca a las murgas del Norte.
En la revisión de las bases, el concejal de Fiestas, tan amante de proponer reflexiones, abrió el melón de qué hacer con las murgas del Norte, máxime después de la llamada fortuita e ingenua que le realizó su homólogo de La Orotava, Alexis Pacheco, para someter a consideración que se abra el concurso de Santa Cruz a cuantas murgas del Norte lo deseen sin que tengan que renunciar a su certamen de origen, como históricamente se ha exigido.

En el debate, y a falta de que Caraballero dé su bendición, se llegó a la conclusión de que la capital admitirá a los colectivos críticos del Norte que deseen venir hasta completar el cupo máximo de 24. El concejal planteó que, como se da carta blanca a quien quiera venir, suprimir la cláusula de garantiza el salvoconducto a la ganadora de la comarca.

La directora de Marchilongas, Keila Jerez, intervino en ese momento –entre otros muchos–, para mostrar su desacuerdo porque se vaya a suprimir este año, sin previo aviso, la cláusula, lo que supone un revés para la ganadora del norte, Chaladas; y tampoco pasó desapercibida que precisamente el año que gana una murga femenina el certamen se vaya a quitar dicha cláusula.

También la representante de Chaladas, en primera persona, mostró su rechazo a que se garantice el pase de oro a Santa Cruz a la ganadora del Norte, máxime porque «nuestro premio es ganar para venir el siguiente año a concursar a la capital; nos dejamos la vida en los ensayos y en el escenario para lograr ese reto».

Caraballero se mostró condescendiente y abrió la mano a que, solo este año, se garantice la plaza a la ganadora del Norte. A falta de la redacción final de las bases, que se presentará a las murgas en el plazo de dos semanas, la organización limitará a 24 el tope de participantes, reservando una a la ganadora comarcal.

El análisis de la directora de Chaladas, ganadora del Norte en 2024, tiene fundamento y mucho. Si se mantienen las veinte murgas participantes en la pasada edición, quedarían cuatro plazas pendientes y, al menos, cinco hipotéticas pretendientes: tres nuevas de Santa Cruz han anunciado su intención de salir –Charlatanas, Jocikudas y Avispados– y se sumaría la ganadora del Norte. Quedaría una plaza libre en ese caso para la comarca, sin incluir a Trapaseros y Tiralenguas, que se da por hecho que vuelven.

La vacante sería para Chaladas, si se mantiene la cláusula que reserva plaza a la ganadora del Norte, o podrían perderla en favor de Irónicos, si finalmente decide venir a Santa Cruz ahora que no tienen que renunciar a su certamen. Irónicos gana en antigüedad a Chaladas, y encima fue accésit en Interpretación en la capital.

El concejal se mostró partidario de garantizar al menos este año la plaza a la ganadora del Norte, por lo que Irónicos, si quisiera, no tendría cupo, salvo que decaiga alguno de los tres proyectos anunciados en Santa Cruz, lo cual tampoco sería descabellado.

¿Quién sabe de murgas?.
Patri Flequi, de Burlonas; Keila Jerez, directora de Marchilongas; Melca Barrera, de Tras ConTras, y Carlos Estévanez, de La Sonora, capitalizaron buena parte de las intervenciones en la reunión de murgas adultas, mientras el concejal de Fiestas tuvo que sacarle con cucharón las palabras al representante de Bambones, JuanAntonioRodríguez, a quien le dijo que le interesaba su opinión, máxime cuando su director, Primi Rodríguez, se despachaba a gusto en entrevistas en los medios de comunicación.

Caraballero también sometió a consideración de los murgueros la composición del jurado. Al final, la organización se decantará por no encorsetarlo a perfiles profesionales, como músicos o periodistas, sino que el criterio para elegir a los doce magníficos que valorarán las actuaciones, al menos, deberán gustarle las murgas y saber de ellas.

Puso el dedo en la llaga Carlos Estévanez cuando reflexionó sobre qué es saber de murgas, haciendo referencia a que era cuestión de gustos personales, y puso de ejemplo el jurado paralelo de EL DÍA, donde cada uno da su opinión y en poco o nada coincide tal vez con el criterio de los propios componentes.

Más desgarrador fue el argumento de Patri Flequi, de Burlonas, cuando cuestionó qué sabe un periodista deportivo de murgas…, mientras Caraballero rompió una lanza por un comunicador que controla a diario la actualidad.

¿Qué se puntuará?.
La invitación que lanzó el concejal de Fiestas al representante de Bambones tuvo su fruto, al enriquecer el contenido de la reunión.

Juan Antonio Rodríguez incidió en que, de la misma forma que en el apartado de Presentación, se detalla qué tiene que valorar el jurado, en Interpretación se determine los criterios a considerar. De resto, se mantiene la forma de puntuar, del uno al diez, y sin arrastrar la nota de fase a final. Eso sí, se suprime la coletilla que impide a un jurado de presentación repetir en dos años.

Fuera de estos asuntos, Caraballero anunció que a partir de ahora no pagará contratación –o subvención, como se decía antes– a los grupos de Santa Cruz que no lleven al menos cinco años en concurso, mientras que los foráneos deberán tener un mínimo de diez.

En una reunión maratoniana ni se dio por hecho que el número de finalistas se mantendrá en ocho murgas, máxime ahora que se rellenará el concurso de Santa Cruz con grupos del Norte.

Humberto Gonar

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