El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife que se celebra en junio por primera vez en la historia registra una de las participaciones más bajas de rondallas desde 2008, tras el año sabático que han anunciado Orfeón La Paz, (1918), Gran Tinerfe (1981) y Los Aceviños (2000), tres formaciones líricas que en diferentes momentos del Carnaval han marcado época. De las ocho rondallas que subieron al escenario en el último concurso, en 2020, cinco se mantienen fieles a la cita: Las Valkirias (2013), vigente ganadora, La Rondalla Mamel’s (2013), UA El Cabo (1942), Masa Coral Tinerfeña (1930) y Peña del Lunes (1965). El motivo de esta estampida, la incidencia del covid y el aplazamiento de las carnestolendas, de febrero a junio, para sortear la pandemia y garantizar ensayos.

¿Malos tiempos para la lírica?.
La presidenta de Valkirias, Vicky López, no cree que sean malos tiempos para la lírica. «Sigue vive, la seguimos manteniendo cinco de las ocho rondallas existentes y tres se han tomado una pequeña pausa para volver con más ganas y más fuerza. Las que permanecemos, no ha sido fácil. Generar motivación, esperanza e ilusión ha sido un trabajo de fuerza de voluntad, constancia y lucha por no tener que tomar decisiones drásticas. Hay que agradecer a quienes han permanecido en pie a pesar de la tormenta vivida con la pandemia».

Javier Jonás Díaz, director de la Masa Coral Tinerfeña, admite que «ha sido muy complicado mantener los grupos durante todo este tiempo de incertidumbre. Mantener viva la cultura por nuestra parte nos ha llevado a probar ensayos telemáticos, ensayar por secciones cuando se permitía, proyectos diferentes online que están en nuestro YouTube como son la Zarzuela Charito, Los Miserables… y aún así el esfuerzo ha sido titánico para no desconectar del todo».

«Unos hemos decidido cumplir con el Carnaval y crear una agenda cultural con diferentes actos pese a las dificultades y otros han tomado la decisión de esperar a que todo pase para volver a esa ansiada normalidad que todos deseamos», precisa el director de la Masa Coral.

Julián Brito, presidente de una de las grandes ausentes, el Orfeón La Paz, afirma que «cada grupo toma decisiones en función de las situaciones. Hay que respetar la decisión de no salir y pensar que lo han hecho procurando lo mejor para cada persona. Quizás en febrero podrían estar dispuestos y en junio tienen otros planteamientos. Hay muchísimos grupos en otras modalidades que tampoco participan. Eso debía haberlo previsto la organización del Carnaval».

José Antonio Pérez, presidente de la Federación de Rondallas y también de la Peña del Lunes, asegura que esta modalidad sigue en este Carnaval de junio pese a quienes no han podido o han preferido no participar. Destaca el desfase que existe, a su juicio, entre el mínimo de componentes –35– y el máximo –65–, y se muestra a favor de haber bajado el tope a 50, una fórmula que, entiende, habría permitido repartir los integrantes mejor entre las formaciones participantes, salvo aquellos que «se apuntan a caballo ganador que son los rondallistas, que no piensan en participar sino de presumir». Pone énfasis en el valor de los directores, que «son buenos con un buen coro y una buena orquesta de cuerdas».

El representante de La Rondalla Mamel’s, Fernando Rivero, niega que exista malos tiempos para la lírica, basta con ver que la edad media de los componentes de muchas rondallas que se han rejuvenecido.

Israel Espino, director de El Cabo, asegura que el covid ha acabado por pasar factura a muchos grupos y pone en valor el ímpetu y empeño de las directivas que decidieron tirar del carro y mantener los ensayos. «Los componentes de El Cabo nos vinos ensayando en el templete de la plaza del Príncipe o en El Recreo para compaginar los preparativos y las normas de seguridad», asegura. En el particular de la rondalla de Faustino Torres, también ha experimentado un rejuvenecimiento en sus componentes.

Para el concejal de Fiestas, Alfonso Cabello, los integrantes de las rondallas forman parte de un colectivo vulnerable en la incidencia del covid y destaca el esfuerzo realizado por la organización, que ha colocado en junio el tradicional certamen como concurso inaugural del Carnaval, el sábado 4.

Salvador Rojas, director de agrupación lírica con orquesta que participa fuera de concurso, admite que «me preocupa que participen pocas rondallas porque da la sensación que se va perdiendo el interés por lo lírico. «Sí hay malos tiempos para la lírica en general y eso se debe a que desde pequeños a los chicos no se les forma musicalmente y eso es fundamental». Israel Espino también echa en falta que no se hayan facilitado más actuaciones desde diferentes estamentos, lo que habría sido una buena fórmula para animar y alentar a salir y que no pase factura el desánimo.

Por qué menguan las rondallas.
Vicky López, de Valkirias, diferencia entre que una formación lírica no salga a que desaparezca, hecho este último que no se da. «Es un año en pausa». «Somos la seña de identidad de este Carnaval y por esta razón debemos estar las ocho y ojalá sigan apareciendo más».

Para el director de la Masa Coral Tinerfeña, Javier Jonás Díaz, la lírica está más viva que nunca y confía en superar «con paciencia y esfuerzo todo lo que nos atañe».

Para el nuevo presidente del Orfeón La Paz, Julián Brito, «no hay malos tiempos para la lírica»; otra cosa es que «las personas toman decisiones en función de sus intereses vitales», en relación al covid. «Gracias a que contamos con una infraestructura propia, hemos podido seguir trabajando y afrontar determinados actos, aunque con restricción numérica. Otros han tenido que parar porque sus espacios dependen de administraciones locales que han mantenido el cierre por largos periodos y no les ha ayudado a mantener un ritmo de trabajo esencial para afrontar la actividad que se demanda ahora». En el caso del Orfeón, tiene compromisos artísticos adquiridos hasta el mes de diciembre.

A juicio del presidente de la Federación de rondallas y de la Peña del Lunes, José Antonio Pérez, la merma de rondallas –de ocho a cinco– «es pasajera», y obedece a la incidencia de la crisis sanitaria y «porque el Carnaval se debe celebrar cuando toca y si no se haga. Esto es una quemada: Semana Santa, ahora Fiestas de Mayo, luego Carnaval, Habaneras… Coincide también el presidente del Orfeón con su homólogo de la Peña: cada celebración tiene su momento.

Fernando Rivero, de La Rondalla Mamel’s, admite que es complicado después de todos los inconvenientes encontrados «volver a retomar la dinámica» después de esta edición atípica del Carnaval.

Para Salvador Rojas, de La Zarzuela, «las rondallas menguan porque a los jóvenes hay que motivarlos para que tengan predilección por lo lírico. El Carnaval sí interesa, lo que ocurre es que el covid ha sido el culpable de que se perdiera el hábito de ensayos, disciplina en asistencia y otros factores como miedo a contagios». Israel Espino, de El Cabo, confía en que el próximo año regresen de nuevo las rondallas que han causado baja, aunque advierte del esfuerzo que supone volver a empezar.

¿No interesa el Carnaval o es influencia del covid?.
Vicky López, de Valkirias, cree que el Ómicron ha pasado factura y ha llevado a algunos presidentes a tomar la dura decisión de no salir, a lo que se suma la visión del director de la Masa Coral: para muchos es pronto volver; otros «pensamos que hay que arrancar para seguir avanzando» y sentencia: que «el covid es quien marcaba la agenda de todos». «Deseo que quede en una historia más que podamos contar a las nuevas generaciones».

Julián Brito, presidente de El Orfeón, explica que «las rondallas menguan en esta edición porque ha existido un planteamiento inadecuado para afrontar la situación y lo que se pretendía. «Los objetivos han sido muy diferentes y eso ha motivado que la respuesta de cada grupo sea la que mejor se adapta a sus circunstancias». Fernando Rivero, de Mamel’s, «las circunstancias, y por supuesto el covid, ha sido una de las principales causas para no salir en Carnaval.

El futuro del género.
El concejal de Fiestas, Alfonso Cabello, es optimista de cara al futuro, y asegura que de cara al Carnaval 2023 se recuperarán las rondallas que esta edición causan baja. En la misma dirección se muestra la presidenta de Valkirias, Vicky López: es un pausa, para tomar impulso y estar de nuevo en el Carnaval 2023», como defiende el representante de La Rondalla Mamel’s y el director de La Zarzuela. Para la Masa Coral, el futuro ya es presente: «el día 4 de junio estaremos en el Teatro Guimerá para cumplir con el Carnaval y con el público que espera esta cita hace ya dos años», mientras esperan el regreso de sus compañeros la próxima edición.

En términos similares se muestra La Zarzuela que, aunque ajena al concurso y al formato, su director dice que ya trabajan para el reencuentro con el público dando lo mejor con un repertorio preparado para el concierto del 8 de junio.

El presidente del Orfeón, Julián Brito, por el arraigo de este género, considera probable que las rondallas volverán a crecer; eso sí, «en la medida en que se planteen unos objetivos que tengan en cuenta lo que fue, lo que son y lo que pueden ser para el Carnaval. No se puede sustentar en pagar una cantidad, bastante pequeña, que a algunos les puede venir muy bien, pero para otros no tenga aliciente suficiente para dejar otras actividades para dedicarse de lleno pura y exclusivamente a esto».

El presidente de la Federación de Rondallas recrimina al Cabildo: «Es una pena que no solucione la deuda un trabajo de 2019. El presidente y el consejero Arriaga estaban por la labor pero otras personas no. Seguimos esperando».

Humberto Gonar  eldia.es

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