Un año más la tarea más complicada del jurado fue pasar a 8 murgas a la gran final, y es que había 6 claras merecedoras de esa plaza y otras tantas que igual podían estar como no. Finalmente, los afortunados que se subirán a las tablas en la noche grande de las murgas y, desde hace algunos años, también del Carnaval de los concursos serán, por orden de actuación, Guachinquietas, Triqui Traques, Diablos Locos, Bambones, Burlonas, Mamelucos, Trapaseros e Irónicos


IRÓNICOS (2004)
Los ganadores en el Norte en 2023 llegaron a Santa Cruz para ser los encargados de cerrar el concurso, reto complicado teniendo en cuenta el nivel de la fase de hoy. Los realejeros comparten dirección musical con Mamelucos, Samuel Fumero.

En su primero se lanzaron a buscar símbolos en la sociedad. Comenzaron con un rajazo hacia la iglesia por los abusos sexuales a menores, la corrupción y la homofobia. Siguieron distinguiendo símbolos: Manolo Vieira, Celia Cruz, Rumberos, la Fufa o Alexis Hernández -la voz del Carnaval-. Otro símbolo: las banderas que lucen a media asta para cantar a Venezuela, África, Israel, Palestina o España “que aumentó el voto fascista”. Siguieron cantando en primera persona a favor de la diversidad y haciendo referencia a declaraciones homófobas de VOX. Drag Queens y transformistas sobre el escenario para cantarle a la comunidad LGTBI “Quiérete”. Concluyeron cantando el himno del Carnaval de Las Palmas y con comparsas, zancudos y personajes del Carnaval sobre el escenario ¿Por qué? No lo sabemos.

En su segunda propuesta, “Con mi familia, unidos por la igualdad”, subieron a sus mujeres e hijas a cantar y, sorprendentemente, comenzaron sonando hasta mejor siendo un coro mixto. Adelantaron entonces que cantarían juntos por la igualdad y así fue. Crítica a los partidos que están en contra de la igualdad y a las mujeres que votan a la ultraderecha para pasar a recordar lo que costó el derecho al voto o al trabajo para las mujeres. Subieron en intensidad para hablar de la lucha contra el machismo, reivindicar que lo importante no es el lenguaje no sexista sino erradicar las conductas machistas de nuestro día a día: “Que no importa el género, eso da igual”. Pasaron entonces a hablar de la situación de las mujeres que viven en países musulmanes para preguntarse ¿Dónde quedan las organizaciones que protegen a las mujeres y a la infancia? Concluyeron con un canto a la unidad entre mujeres y hombres.

 

Cerraron dignamente la tercera fase y consiguieron que gustase su paso por el Carnaval de Santa Cruz. La actuación, algo tímida, fue de menos a más y tuvo buenos momentos como el final de su segundo tema, aunque también hubo otros no tan acertados como el final de su primero, que no acabó de tener una justificación clara.

ZETA ZETAS (2003)
Tras la caña y el chisme murguero cogiendo fresco se volvió a llenar el recinto. Vídeo en las pantallas y voz en off para ubicarnos en 2074, año en el que plantean su fantasía para pedir compañerismo y respeto entre murgueros. Ángel Cabrera -director también de Castorcitos- sustituyó a Javier Lemos en la dirección artística. Público en pie, pasacalles y “engánchalo”.


Salario emocional
Compensación más allá del dinero
Su primera apuesta: “El futuro que nos espera”. Mapa conceptual del futuro oscuro que nos espera y cómo hemos llegado hasta ahí para presentar el tema: “Lo que pasara te dio siempre igual mientras hubiera carnaval”. Pasaron entonces a criticar la especulación o la destrucción de nuestro espacio natural para continuar tratando la violencia de género y reclamando mayor implicación social para no volver al pasado. De ahí a concluir con los barrios, que no cambian en el futuro distópico de Zetas: “Son un número olvidado que siempre está callado”.

Número del ya habitual Brito para dar paso a su segundo, “El hombre de metal”, con el que dieron lo que el público espera de ellos: efectos visuales. Comenzaron entonces a describir los materiales con los que están hechos para criticar la falta de oportunidades laborales de los jóvenes. Entre los metales con los que están hechos está el hierro, con el que se encrudecen para hablar del caso de violencia de género de Romina Celeste. Duro de escuchar. Fragmentos del juicio para pedir que aumenten las condenas. Concluyeron entonces con las listas de espera y la falta de camas en hospitales para homenajear a los sanitarios.


Sin llegar a ser la sombra de lo que fueron, firmaron una buena actuación que consiguió conectar por momentos con el público. Su primero, mejor en contenidos que su segundo, en el que podían haberse vestido de cocineros y cantar las mismas estrofas, pero hacía falta el efecto visual para no perder la esencia.


TRAS CON TRAS (1995)
La histórica Melca Barrera dejó la dirección para cederle el testigo a Tatiana Rodríguez, la número dos de esta formación hasta el año pasado. La exdirectora volvió a la fila en un ejemplo de humildad murguera. Con la vuelta de Cristo Casas se les presupone mejoría musical, que se empezó a apreciar en su pasacalles: “Mi amigo es, mi amigo eres tú”.


En su primera propuesta trajeron al recinto el casting un programa de talentos canarios en el que no faltaron bailarinas, malos cantantes. Comenzaron interactuando con el público para presentar su tema para pasar a criticar a Coalición Canaria o Enrique Camacho. Tiraron entonces de talento carnavalero para tocar fibra recordando a Angelita González -El Cabito- y Geni Afonso, dos figuras de referencia en esta fiesta. Siguieron tirando de emoción para homenajear a las intérpretes de lengua de signos ¿Y el hilo conductor? Terminaron.

“Diario de una celadora”, segundo tema, arrancó a ritmo de “El gran varón” para dar a conocer la situación laboral que tiene una celadora de la sanidad canaria invitándonos a pasar junto a ellas un turno. Arremetieron entonces contra las instalaciones de los hospitales o las listas de espera para reivindicar pediatras de noche en el sur y en el norte. Terminó el turno y criticaron entonces los contratos temporales, la falta de personal o los turnos largos para concluir homenajeando a los sanitarios: “Hay que salvar la sanidad”.

Con mejoría musical en partes de su repertorio protagonizaron una actuación que fue de menos a más. Con un primer tema comercial y ligero de contenido en el que el hilo conductor se desdibujó llegó el segundo, con el que rescataron su paso por el concurso cantándole a la sanidad. Estuvieron pese a que gran parte del público, un año más, decidiese irse a la cantina.


TIRALENGUAS (1991)
El reto es enorme: salir detrás de Bambones y aguantar el tirón. Renunciaron este año al concurso del Norte para quedarse en Santa Cruz, como hizo Trapaseros años atrás. Con Xerach Casanova en la dirección musical sus buenas voces se hicieron notar desde el primer acorde.

En “Estadísticamente hablando”, su primera propuesta, comenzaron con las primeras estadísticas, las que les tocan más de cerca, las del Carnaval: “La estadística me dice que aquí nunca ganará una murga femenina”. Pasaron entonces a explicar las estadísticas de la inmigración en Canarias: centros desbordados, solidaridad del pueblo canario y falta de compromiso e inacción política. Siguieron tirándole al canarión o a las falsas alertas meteorológicas. Cambio de música para tornarse más críticos y arremeter contra Amancio Ortega, Mercadona, las aerolíneas o la gasolina: “Pago yo una pasta para que otros se estén forrando”. Apretaron y se hicieron grandes seleccionando datos de los que no hablar: el precio de los alquileres o de las hipotecas, los bajos sueldos en Canarias o la subida de la cesta de la compra.

En su segundo se convirtieron en participantes de la Ruleta de la Fortuna para criticar a Rosa Dávila, presidenta del Cabildo, que compró la “C de colas” y la murga criticó su falsa promesa de terminar con los atascos. Llegó el turno de Pedro Sánchez, que compró la “A” de arrogante, amnistía, Ayuso y Almeida para concluir: “votes a quien votes todos son la misma mierda”. Tras el presidente del gobierno la murga comenzó a sacar letras como la U de Ucrania para hablar de la guerra. La canción volvió a protagonizarla Rosa Dávila, que por fin resolvió el panel, lo que utilizó Tiralenguas para criticar el modelo turístico, los sueldos de la hostelería o el paro.

Tuvieron mala suerte saliendo detrás del huracán Bambón. Aun así, defendieron un buen repertorio con buenas voces y críticas argumentadas. Pese a que su primer tema fue mejor que el segundo, supieron enganchar y arrancar aplausos. No estuvieron nada mal en su primer año como concursantes de pleno derecho en Santa Cruz.


BAMBONES (1982)
Arrancaron con su entrada al más puro estilo de los de El Cardonal y sonando como un cañón: potencia y afinación a partes iguales recordando a los Bambones de 2016. Y de ahí al pasacalles por excelencia: “Mi vida es ser un bambón” ¿Es en directo o es un CD?

Empezó entonces “Excusas”, su primer tema, en el que comenzaron excusándose para pasar con la marca de la casa: crítica, crítica y crítica. El primer rajazo fue para Bermúdez y Coalición. Siguieron entonces arremetiendo contra los que critican las “paguitas”, la subida del precio de la cesta de la compra o las excusas con el volcán de La Palma. Pasaron entonces a desgranar las excusas que ponen los murgueros para justificar una mala actuación, no ganar un premio, llevar gafas de sol en el coso o cantar un tema en vez de dos “deja de poner excusas y haz buenas letras que entonces si volvería a ser un concurso de murgas”. Dieron paso a las excusas de los políticos, las que han dado a los palmeros, las que deben inventar para desalojar a las familias de Añaza, las que ponen para justificar la pobreza y miseria en Canarias. Concluyeron: “yo tengo la excusa perfecta para llamarlos sinvergüenzas”.

En su segundo, “Inteligencia Artificial Canaria”, la propia inteligencia artificial se personificó para cantar en primera persona “Sé que les tengo acojonados, van a ser mis esclavos”. Tiraron de ironía entonces para presentar a los encargados de potenciar la inteligencia artificial canaria y fueron destapando cosas artificiales: el pelo de Pepe Benavente, guachinches en el sur, los dientes de Patricia Hernández o el Siam Park. Le dieron la vuelta para hablar de la fuga de cerebros que se da en las islas. Llegó el momento de probar la inteligencia canaria a golpe de humor, que “aún está en pruebas”, y nombraron entonces las licencias de Uber o las “soluciones” para las colas del norte o de las listas de espera. Siguieron tirando de humor para presentar a Alexis, un robot canario que usa inteligencia artificial y que se enciende diciendo “chacho niño qué pasó”, se controla “tirando cholas” como las madres canarias y da indicaciones para que puedas llegar al guachinche. Concluyeron recordando que no habrá nunca tecnología que tenga la esencia y alma que tiene Canarias y su Carnaval.

Sensacionales. Se hicieron con la fase y el concurso. Volvieron a ser los Bambones que enamoran, los que conectan, los que son arrebatadores e imbatibles. Actuación mágica para los de El Cardonal en la que se hizo notar su mejoría musical y en cuanto a intencionalidad. Y todo ello sin perder su esencia y estilo: letra, letra y letra. El Recinto en pie para despedirlos.


GUACHINQUIETAS (2023)
Estrenaron fase y también Carnaval después de 6 meses de ensayo con la ilusión de ser una murga con mayúsculas. La adulta de la infantil Guachipanduzy comenzó con una crítica contra los piques murgueros y, de ahí, sonando como un cañón, a su pasacalles al ritmo de “No vale la pena” de las K-Narias. Buen inicio en su estreno.

Y arrancaron con lo que puntúa. “La Cerrajería” fue su primera propuesta con la que X. Musicalmente impolutas empezaron a presentar su tema haciendo un tour por su negocio para pasar a derribar puertas: una se abre a la diversidad, otra a la salud mental y otra a la intervención en casos de acoso escolar. Continuaron utilizando sus llaves, esta vez para encerrar a quiénes maltratan y abandonan a los animales y darles voz a las protectoras, que micro en mano dieron datos desgarradores: “prometieron que acabarían con la pirotecnia sin sonido y no es verdad”. Conectaron y el público se volcó con ellas. Avanzaba el tema cuando se metieron de lleno a hablar de los sintecho y arremeter contra el ayuntamiento. Concluyeron echando el cerrojo a todo lo que ven mal en Carnaval.

Comenzó entonces “La Tamara”, que presentaron como una sesión de tiradera urbana en colaboración con Bizarrap al más puro estilo Shakira o Karol G con beat-box incluido durante toda la canción. Las reguetoneras del carnaval se arrancaron entonces a presentar su propuesta y al más puro estilo Triquikonas llegó el humor al concurso. A ritmo de canciones latinas comenzaron a contar su historia de amor y despecho con “El Jonay”, al que le llegaron a cantar incluso “Rata de dos patas” de Paquita la del Barrio. “Soltero de oro dice en su Instagram y voy a caer por toleta” para aclarararle “yo de soltera ligo más que el un rato”. Llamaron entonces a Jonay al escenario para concluir cantándole “te bloqueo y pa joder me lío con tu amigo Rafa”.

Firmaron un estreno de oro y se hicieron con el público. Una actuación completa: buenas en la crítica y también en el humor. Afinadas en prácticamente todo su repertorio, defendieron el estilo que las extintas Triquikonas crearon y ocuparon el vacío que ellas dejaron desde entonces ¿Son igual de buenas que ellas? Habrá que descubrirlo con el tiempo, pero el reto, avanzo, es mayúsculo. No sería nada extraño verlas en la final del viernes porque los números salen a su favor. Felicidades.


Esta noche se decidirá cuáles son las 8 murgas que estarán sobre el escenario del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife dedicado a la televisión el próximo viernes en la Gran Final. Antes nos toca disfrutar de la actuación de Guachinquietas -que se estrena en el concurso-, Bambones, Tiralenguas, Tras con Tras, Zeta Zetas e Irónicos.

A las 20:30 horas comenzaron a sonar los acordes de Redoblones, flagrantes ganadores del concurso de murgas infantiles. Tras los teloneros, que demostraron por qué eran dignos merecedores del galardón y derrocharon infantilidad, saber estar y buen repertorio, comenzó el tiempo de concurso.

Joel Ramos Ojeda

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