Los carnavales se han cancelado en todos los municipios de Canarias como medida preventiva para evitar los contagios de COVID-19. No habrá fiestas en la calle, ni concursos multitudinarios; en su lugar, las redes sociales y la televisión se convertirán en la plataforma para “celebrar”, o mejor dicho, “para no olvidar” una fecha tan señalada para los isleños. Aunque los ayuntamientos han sido claros y han tomado la dura decisión de anular la fiesta en la calle y apostar por el carnaval virtual, existe un evidente y certero temor de que las celebraciones carnavaleras se desarrollen en la clandestinidad, haciendo caso omiso a las normas y restricciones establecidas en cada isla.

La posibilidad de que se desarrollen fiestas ilegales en Canarias durante los carnavales se ha convertido en una auténtica preocupación para el Gobierno de Canarias. El portavoz del comité científico que le asesora en la gestión de la pandemia, Lluís Serra, lo confirma así en una entrevista concedida a este periódico: “Hay grandes inquietudes entre los asesores del Consejo por la posible celebración de estos encuentros ilegales, donde no se respetarían las restricciones establecidas y que podrían incrementar considerablemente el número de contagios”. Rebajar o no el nivel de alerta en el Archipiélago, sobre todo en las islas con mejores indicadores epidemiológicos, será, por tanto, la gran tarea para la Consejería de Sanidad en los próximos días.

Serra califica este nuevo panorama como “muy difícil de compatibilizar”. Por un lado, reflexiona, un endurecimiento en las restricciones podría llevar a una especie de “hartazgo” en la población que derivaría en fiestas ilegales, pero también una relajación de las medidas acabaría con celebraciones y contagios. Apostilla que “si se llega a abrir mucho la mano” es probable que se disparen los casos en el mes de marzo.

En este sentido, serán los cuerpos de seguridad locales y del Estado los que jueguen un papel protagonista en el control de los encuentros fuera de la normativa. Sanidad echa mano de hemeroteca para valorar cómo se desarrollaron otras fechas señaladas, como Halloween, cuando la Policía Nacional y Local de los distintos municipios disolvieron y multaron a los participantes de diferentes fiestas que no cumplían con las restricciones establecidas. “Será la colaboración ciudadana y la acción policial las que logren controlar la situación. En todo caso, la ley debe ser implacable contra estos actos, que no dejarán de ser aislados”, finaliza Serra.

Peticiones para “abrir la mano”
Asimismo, fuentes de Sanidad confirman que el consejero Blas Trujillo ha recibido recientemente llamadas de políticos de diferentes municipios de las islas pidiendo una “cierta relajación” de las normas durante los carnavales, apostando por favorecer a sectores como el de la restauración. Apuntan que la respuesta siempre ha sido un “no rotundo”. “No vamos a abrir la mano, la salud es lo primero y las restricciones se toman en base a los indicadores epidemiológicos establecidos”. Coincide con el parecer de Lluís Serra, que añade que “si algo se ha aprendido durante esta pandemia es que no se trata de salvar fiestas, sino de salvar vidas”.

A pesar de eso, cabe la posibilidad de que Tenerife vea rebajado su nivel de alerta en los próximos días gracias a la mejoría de todos sus indicadores, aunque sigue generando dudas el porcentaje de camas UCI ocupadas por pacientes con COVID-19, el 13%. “Es pronto para afirmar nada al respecto, pero también es innegable el descenso de la curva tinerfeña, a excepción de la ocupación UCI, que siempre es un indicador más difícil de cambiar. La isla va muy bien gracias al sacrificio hecho durante las Navidades. No puede ocurrir lo contrario con los Carnavales”, enfatiza el portavoz del comité científico del Gobierno. No ocurre lo mismo con Lanzarote y Gran Canaria, que mantienen una incidencia acumulada en niveles preocupantes.

Dispositivos de seguridad en las islas más carnavaleras
El Carnaval se celebra a lo grande en todos los rincones de las Islas Canarias. No obstante, son Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria donde la fiesta es un acontecimiento nacional e internacional. Los concursos de murgas, comparsas o agrupaciones, las fiestas en la calle, los cosos y cabalgatas llenan de alegría a las ciudades. La pandemia ha puesto en pausa todo esto.

El Carnaval de calle de Santa Cruz de Tenerife será sustituido este año por el Carnaval virtual, una iniciativa del Ayuntamiento capitalino que pretende reducir al máximo el riesgo de celebraciones que puedan promover los contagios en la isla, que parece volver a tomar aire después de una ola de contagios mantenida en el tiempo desde el mes de agosto y que llegó a su nivel de riesgo más alto el pasado diciembre. No obstante, no se especifican aún dispositivos policiales específicos para estas fechas (entre el 17 de febrero y el 7 de marzo).

Lo mismo ocurre con los ayuntamientos de Las Palmas de Gran Canaria y el de San Bartolomé de Tirajana, donde se celebra en carnaval internacional de Maspalomas, que tampoco tienen previsto hasta el momento ningún operativo concreto para las fiestas.

Karen Estévez El diario

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