Besay Pérez, el ‘Niño de la Peña’ sumó el quinto premio como solista de la UA El_Cabo en el certamen del sábado. A sus treinta años comienza a convertirse ya en leyenda, al ser la voz de la rondalla del recordado Faustino Torres que más primeros ha logrado. Para una de las voces de oro de Los Sabandeños y ‘portada’ de Zeta-Zetas, su premio no es un cartón, sino el corazón del público que se enamora con sus actuaciones y su timbre.

¿Qué tal el reencuentro con el primer premio?

El reencuentro con el primer premio ha sido mágico. La noche del sábado me encontré con tantas cosas… Me vi con ocho años, con mis abuelos, desayunando en el Cervantes, encontré allí a mi abuela esperándome a la salida orgullosa para saludarme… Fue un cúmulo de cosas. Para mí el Guimerá es como volver al origen; incluso ensayé descalzo porque porque mentalmente tengo y quiero sentir esa conexión con el Guimerá. Es un sitio mágico.


¿Es partidario de que el certamen de rondallas continúe en el teatro Guimerá y no vuelva al Auditorio?

El teatro Guimerá tiene máxima y el Auditorio de Tenerife ha venido a engrandecer al género único del Carnaval. El Auditorio es maravilloso y su concha acústica de las mejores del mundo pero también me encanta la calidez del teatro. También te digo que la energía que sentí la noche del sábado no la había sentido en los 22 años que llevo en rondallas.

¿El Auditorio se hace grande para acoger a las rondallas?

Las rondallas aspiran ahora mismo a llenar un teatro de setecientas localidades, como el Guimerá, que no se termina de llenar. La realidad es que el Auditorio nunca se llena tal vez porque es un público itinerante a diferencia del que acudió el sábado. Que escuchó de la primera a la última. También ayuda que participaran cinco rondallas, tres menos que otros años; es un condicionante muy importante.

¿Dos obras, como este año, o tres como antes del covid?

Un concurso con dos obras es mucho más atractivo porque se solventa muy bien la actuación. Suprimiría el encorsetamiento de los veinte minutos; a lo mejor una obra puede durar nueve minutos. El tiempo es un encorsetamiento que eliminaría: dejas dos obras y quitas el máximo de 20 minutos. Ya somos poquitas rondallas. Tal vez vuelva Los Aceviños, pero ya El Orfeón ha dicho que no y Gran Tinerfe, por el camino que va, tampoco volverá. Hubiera quitado el tiempo máximo.

Cuando escuchó el fallo, ¿pensó que se hacía justicia?

Al final de deja de ser el fallo del jurado, que el propio nombre te lo dice. Tu me haces esta pregunta en 2020 y de ganar tres primeros premios hasta ese momento, con otros tantos de solistas y El Cabo se queda en un accésit de Interpretación y los solistas, en el noveno y décimo puestos. Y no pasa nada. Javi y yo seguimos poniéndonos los colores de El Cabo, poniéndonos el poncho rojo. Y este llegamos y ganamos. Ni en 2020 éramos peores ni en 2022 somos mejores. Al final no dejan de ser la opinión de tres profesionales de la música exquisitos traídos de fuera, de la Península, y son sus opiniones y no deja de ser un fallo. Por el resultado de esta año Valkirias no es peor que en 2020 por quedar tercera, o la Masa Coral no es peor que la Peña del Lunes. Son concursos.

Ahora mismo es el solista de la UA El Cabo más laureado con primeros premios.

Es verdad que he ganado cinco primeros premios de Interpretación con El Cabo y otros en la misma modalidad. Pero… ni cuando ganamos somos los mejores, ni cuando perdemos somos los peores. Es un fallo que uno asume con responsabilidad. Lo que queda es el trabajo y la creencia de dónde quiere ir. Mira a Mamel’s, que ha seguido luchando, ganado premio al mejor arreglo, creyendo en la manera de hacer las cosas de David Duque. Mira al pibe que salió de la cantera de El Cabo, fue conmigo al coro de voces blancas y al final ves al pibe, de mi misma edad, ganando un premio por el arreglo musical, levantando el segundo de Interpretación… El trabajo bien hecho da sus frutos; hay años en el que el fallo es un fallo y otros en los que el veredicto se sonríe, pero no deja de ser un veredicto.

Pero desde 2017 lo ganaron todo hasta 2020…

Es verdad que tuvimos ese paréntesis en 2020 que a alguien le puede oler un poco raro. Este año cumplí 21 años en rondallas y espero llegar a los ochenta y a los cien en la historia de El Cabo. Como dice mi director, Israel Espino, los premios son premios y al día siguiente se olvidan; lo que queda es la satisfacción personal. No dejan de ser cartones. El trabajo está ahí.

De cara a 2023, ¿continuará como solista en la UE El Cabo?

Seguiré como solista en El Cabo. Si lo conseguí este año, que ha sido el más difícil de mi vida por fui al concurso de rondallas con tres ensayos, me puse malo, he tenido una agenda bastante complicada… Pero luego te encuentras experiencias como la que viví con Zeta-Zetas la noche del sábado, cuando acabó el concurso de rondallas y fui a la presentación de la murga. No quiero perder ese vínculo con mi Carnaval; está bien ganar dinero y es cierto que las cosas me van bien con la carrera profesión, pero no quiero perder mi conexión con mi Carnaval y soy quien soy gracias al Carnaval. Volver al teatro Guimerá fue algo mágico como también lo fue ir a la presentación de Zeta-Zetas porque los chicos de acogen… Javi Lemus, el director, cogió el cartón y se lo ofreció al público. Fui muy bonito.

¿Qué le parece el Carnaval en el mes de junio?

Es una situación muy complicada desde el punto de vista artístico porque se ha juntado todo: el mes de mayo y las tradiciones, lo que se ha unido Sabandeños con mi proyecto musical, en junio son las Fiestas de La Orotava, San Benito… Son los momentos donde hay fiestas en todos lados y se ha abierto la veda y es muy complicada.

¿Comparte la decisión de celebrarlo en esta época?

Es una decisión superacertada. La obligación del gestor es buscar soluciones y la solución es que ahora mismo se está celebrando el Carnaval, una economía moviéndose… ¿Que no es la fecha idónea? No, no es la fecha idónea, volveremos a febrero, pero es lo más acertado posible y voy a muerte con ese cambio, incluso con lo que me ha costado. Ha sido el año más difícil que he pasado en rondallas.

¿La clave del éxito de El Cabo?

La clave del éxito está en el equipo, en la unidad, en la confianza y en creer Israel Espino. Como él también reconoció a la rondalla, sin todos nosotros no podría hacer el equipo que forma El Cabo y el creer en las cosas.

¿Temió que su compañero Javier Hernández ganara el primero de Solistas?

Cuando se desveló el tercero pensé… ojalá fuéramos primero y segundo. Javi ganó con esta obra el primer premio de Solistas en 2015 y entonces yo quedé tercero. Quería que El Cabo volviera a ganar. ¿Sabes lo que quiero? Ojalá se me recuerde con cariño en las rondallas, y un día venga un pibe como yo y que se enamore de las rondallas con 8 años y sepa que un niño como él empezó en las rondallas y consiguió ser el solista con más premios en la historia de El Cabo. Ojalá el día de mañana la gente me vea como se admira a Manolo Bello o Argelio Bermúdez, años difíciles arriba y otros abajo. Ojalá se me recuerde con cariño en las rondallas.

Humberto Gonar eldia.es

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