La familia del Carnaval y el barrio de Añaza llora la muerte de Mauro Figueroa, activista social, amante y militante de comparsas y rondallas y uno de los primeros vecinos que se estableció en el barrio de Añaza, en el Suroeste, después de que fuera expropiado de su vivienda en el barrio Buenavista para fijar su residencia en la zona de expansión donde, junto a su inseparable Luis Celso García Guadalupe, lideró la lucha vecinal en demanda de servicios.

Mauro Figueroa fue un amante de la familia y de cuantos proyectos emprendió siempre con el objetivo de ayudar a la comunidad, desde ese espíritu campechano e incondicional de la palabra dada, a pesar incluso de una salud endeble que apuntaló en los setenta con un trasplante de corazón y a finales de los noventa, con otro de hígado, de los primeros que se realizó en Tenerife.

Su espíritu alegre y la camaradería de este defensor de los principios de izquierdas le convirtió en una de las voces que marcaron época. Todavía hoy recuerda Juanjo Monzón, hijo del padre de las comparsas de Canarias, Los Rumberos, la intervención que hizo Mauro Figueroa como solista de dicha formación en 1975, cuando se convirtió en la voz de Bahía. No fue la única intervención en el mundo de la canción, pues también militó en el célebre cuarteto Guatatiboa, junto a Marcelo Santana, El Gallo, entre otros.

Con Mary Carmen Adán Hernández, contrajo matrimonio, de cuya unión nacieron Tanausú y los gemelos Ruymán y Rayco, referentes de la murga adulta Zeta-Zetas, siguiendo la pasión por el Carnaval que alimentó su padre que fue fundador de la comparsa Los Sudamericanos, para luego salir con Los Rumberos y desembarcar en el mundo de la lírica de la mano de las rondallas Gran Tinerfe, Masa Coral, Peña del Lunes y, por último, en la Unión Artística El Cabo. Mecánico electricista jubilado, Mauro Figueroa, aunque luchó por Añaza, mantenía el contacto con sus vecinos en las tertulias celebradas en el mercado o en el antiguo Bar Atlántico. Siempre presumió de su gente, de tu tierra, predicó con el ejemplo y amó a su familia y el Carnaval.

Humberto Gonar eldia.es

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