Las apariencias engañan. Poco o nada había detrás de aquella joven polémica que arrasaba en los platós de Telecinco. Sus disputas en la pequeña pantalla acrecentaron su fama, lo que motivó que recorriese todos los rincones de España para acudir a distintos bolos. Las discotecas se la rifaban. Sin embargo, la situación que atravesaba Lola Ortiz distaba mucho de la que dejaba ver. «Viví muchas humillaciones como mujer. Tuve una pérdida de identidad, no sabía ni quien era. Siempre intentaba agradar para soportar la cantidad de críticas que recibía por trabajar en la televisión», confiesa la joven en conversación con ABC. Tanto que «llegó un momento que no quería vivir. Todo lo que hacía estaba mal. Toqué fondo».
«La televisión es como una droga: ganas dinero, fama… Pero también está la parte oscura, aquella en la que haces cosas que no te gustan como discutir con otros sin apetecerte», explica la canaria. Por eso «decidí que lo mejor para mi salud mental era irme. Hubo muchas cosas buenas, pero lo malo fue durísimo. Era muy joven». Así, comenzó a labrarse una carrera como ‘influencer’ que parece no cesar. En la actualidad, Lola Ortiz cuenta con casi 850.000 seguidores en Instagram. Eso sí, también decidió empezar a estudiar el Grado de Psicología. Los conocimientos que ha adquirido le han servido para escribir ‘Yo también estuve ahí: una historia de abandono y abusos en la que aprendí a quererme’, el libro en el que narra algunos de los episodios que ha vivido y que la sumieron en la más profunda de las tristezas.
En el que se ha convertido en su primer proyecto literario, Ortiz aborda cómo vivió el abandono de su padre cuando era una niña, las agresiones sexuales que ha sufrido -sin olvidar las físicas- con algunas de sus parejas y el arduo camino psicológico que ha tenido que recorrer para salir a flote y convertirse en la mujer que es hoy en día. También para volver a confiar en los hombres: «Lo he conseguido porque he trabajado mi autoestima y me he dado cuenta de que los actos de ciertas personas no definen los de otras. Cuando reconstruyes tu autoestima y esta se convierte en algo saludable, tienes la capacidad de rodearte de buenas personas que te hagan sentir segura, protegida y que no te van a hacer daño. Ahora, tengo la capacidad de ver las banderas rojas y alejarme. Ya no tengo miedo».
El objetivo de la canaria con este libro es claro: «Quiero decir a las personas que hablen, que no se sientan solas. El maltrato te aísla y te hace pensar que solo te pasa a ti. Quiero que vean que en el maltrato puede caer cualquiera y que no es culpa tuya ser víctima de un maltratador. Todos tenemos que aprender a tener herramientas para afrontar situaciones complicadas, pero la culpa será siempre del que maltrata». De este modo, si sus vivencias sirven para que alguien pueda salir de ese pozo, «habrá merecido la pena»: «Es una guía para la gente que lo ha vivido, los que lo están viviendo y los que pueden vivirlo algún día». También apunta que «no es fácil hablar de este tipo de cosas públicamente. Son cosas muy íntimas. Lo he hecho cuando me he sentido preparada».
Lola Ortiz quiere recalcar que «no hay un patrón para este tipo de personas». Tampoco «hay un perfil de víctima». Para concienciar, cuenta una de sus experiencias más trágicas, cuando un exnovio le pegó: «Nunca me había hecho nada. Tenía algún comportamiento agresivo, pero nunca me había puesto la mano encima. Ese día me fui a mi casa muy mal. Era joven y me daba vergüenza denunciar. Jamás hubiera pensado que esa persona me hubiera hecho eso». Por eso, la canaria incide en la importancia de alzar la voz y pedir ayuda. Más aún porque los maltratadores suelen ser «personas narcisistas que, de cara al exterior, se muestran diferentes».
Reina del Carnaval
Sin ninguna duda, uno de los momentos que siempre recordará es cuando en 2023 se coronó como Reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria: «Fue una ilusión muy grande. Siempre lo he vivido desde niña. Cuando me lo ofrecieron dije que era mi oportunidad y que lo iba a dar todo». Ortiz destaca que los colores del traje tenían mucho sentido con su vida: «El negro representaba la oscuridad, el plata salir de ahí y el rojo la fortaleza y el empoderamiento. Todo tiene que ver con lo que ha sido mi vida, una lucha constante». Además, quiere aprovechar para lanzar un mensaje: «La soledad enferma. Necesitamos estar rodeados de buenas personas, que nos quieran y nos hagan sentir seguros. Estar solo es un camino muy desesperanzador».
Lola tiene claro que, tras terminar su grado universitario, «me encantaría hacer un doctorado. Sé que en algún momento lo haré», pero primero quiere cursar el Máster Sanitario y «especializarme en sexología y terapia de pareja». Después, «cuando esté preparada», quiero hacer Psicología Forense: «Ahí puedes tratar muchas vertientes: violencia de género, niños que son víctimas de abuso sexual…. Es una labor increíble. Tengo claro que quiero ayudar a esas personas».
Aarón Espí