El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento, Mauricio Roque, firmó el jueves pasado una resolución por la que se concede una nueva prórroga a la empresa Lopesan Asfaltos y Construcciones para que culmine la obra de la MetroGuagua en el tramo 8, el comprendido entre Eduardo Benot y Juan Rejón. Con esta nueva prórroga, el istmo de La Isleta seguirá en obras, como mínimo, hasta diciembre de 2023.

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria adjudicó esta obra a principios de diciembre de 2022. Y el acta de replanteo se firmó el 10 de enero de 2023. Estaba previsto que los trabajos tuvieran una duración de seis meses, de forma que el 10 de julio deberían haber estado concluidos.

Sin embargo, ese mismo día, la Junta de Gobierno de la Ciudad tuvo una reunión extraordinaria y urgente para ampliar el plazo de la obra hasta el 11 de septiembre de 2023.

Sin embargo, la marcha de los trabajos no ha sido la esperada y el pasado 31 de agosto la empresa adjudicataria solicitó una ampliación del plazo de los trabajos hasta el 11 de febrero de 2024.

Sin embargo, la respuesta del área de Urbanismo rebajó en dos meses las pretensiones de la empresa y fijó la fecha de 11 de diciembre de 2023 como el nuevo plazo de terminación de las obras.

El objetivo del Consistorio en el istmo es dejar la calle Eduardo Benot para uso exclusivo del futuro sistema de transporte de alta capacidad. A ambos lados de los carriles de la nueva guagua se generarán espacios libres y nuevas zona peatonales. En concreto, entre las callas Gran Canaria y Tenerife se quiere crear espacios de esparcimiento y zonas verdes.

Retrasos y dificultades de MetroGuagua
La prórroga de este tramo es otra mala noticia que se acumula en la marcha de este proyecto, que debía haber estado finalizado en el año 2021 y cuyo horizonte de puesta de funcionamiento parece estar ya más cerca de 2025 que de 2024, como se empeñan en afirmar desde el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

Esto se debe a que de los ocho tramos en que se dividió la implantación del nuevo sistema de transporte de alta capacidad en 2017, solo se ha podido finalizar cuatro, que son el de Blas Cabrera Felipe (por 4,37 millones de euros), el de la Vega de San José (2,88 millones de euros), el comprendido entre Venegas y Emilio Ley (5,35 millones de euros) y el de Pío XII (1,6 millones de euros).

En cambio, todavía hay que finalizar el que va desde Mesa y López hasta Santa Catalina, con el túnel incluido, que debía haber estado finalizado en enero de este año pero que finalmente se retrasa hasta el año que viene, como consecuencia de la celebración del carnaval y de la aparición de conducciones no previstas, lo que elevará el presupuesto inicial hasta cerca de los 21 millones de euros (+5 millones); el tramo entre Eduardo Benot y Juan Rejón, que ahora se prorroga hasta diciembre de 2023, sin saberse todavía si los 3,15 millones de euros iniciales se tendrán que ampliar; y el de la estación de Hoya de La Plata, cuyo contrato (8,66 millones de euros) se rescindió tras los continuos retrasos que sufrió la obra, sin que hasta el momento se haya vuelto a licitar. Se estima que se necesitarán unos 17 meses de obra antes de ver levantada la estación principal de la MetroGuagua.

A ello hay que añadir los tramos que todavía no se han sacado siquiera a licitación. En esta situación se encuentra el de Rafael Cabrera, que se quiere contratar a principios de 2024 con un presupuesto de 1,5 millones de euros y una previsión de obras de cinco meses; y el más complicado de todos, el tramo de Vegueta, que requiere el desplazamiento de la GC-1 en nuevos terrenos ganados al mar. En este caso, la previsión es que las obras duren en torno a un año y medio. Y se espera que la licitación salga a la plataforma de contratación estatal con un presupuesto de unos 41,5 millones de euros.

Las continuas dificultades de la obra no han hecho sino generar aumentos presupuestarios en un proyecto que arrancó con una previsión de gasto de 114 millones de euros -aunque el Banco Europeo de Inversiones la fijaba en 127 millones de euros- y que, hasta el momento, alcanza ya unos cálculos cercanos a los 156 millones de euros, si se tiene en cuenta el encarecimiento del proyecto que se está llevando a cabo bajo Santa Catalina.

Javier Darriba Canarias7 - Noticias de última hora en Canarias

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