Hace no muchos días apareció en la prensa una noticia que alarmó a sus numerosísimos admiradores por su connotaciones trágicas: en su domicilio de la calle Guanarteme, tras varios días desaparecido y tras no dar señales de vida, la policía, tras forzar la puerta, encontró el cadáver del gran artista del humor, la canción y el transformismo Xayo. El rumor incluso aludía a la posibilidad de una muerte violenta como motivación del deceso; la autopsia subsiguiente aclaró que el artista había fallecido por muerte natural como consecuencia de problemas crónicos de salud dimanados de la edad.

Allegados suyos han informado que, al padecer de diabetes, sufría a veces de bajadas de azúcar, hipoglucemias típicas que a veces obligan a urgentes ingresos hospitalarios. Pero más que nada el vivir en soledad -algo sin duda arriesgado cuando la edad y los problemas de salud implican la posibilidad de una crisis- posibilitó el triste, aciago desenlace y solo gracias a que un amigo- tras reiteradas llamadas por teléfono y luego de acudir a su domicilio al no hallar respuesta, denunció el hecho a la policía que accedió a la casa tras quizá varios días de yacer de cuerpo presente.

La Policía Judicial y la Policía Científica, tras las primeras pesquisas para determinar las causas de su defunción, al no encontrar signos externos de violencia, se inclinaron a que todo apuntaba a una muerte natural que confirmó la posterior autopsia. Así Xayo de nombre Pedro Eugenio Moreno, reapareció a la actualidad mediática en primera linea a escala nacional y con más intensidad en su isla natal, Gran Canaria, donde sus ininterrumpidas y exitosas galas se habían paralizado por la pandemia del coronavirus, un auténtico palo en la rueda de sus sueños.

Evolucionó a un humor lúdico y desafiante, desde la abstracción a la sinceridadSu paso por el concurso de talentos de Telecinco le dio finalmente proyección nacional

Para hacer una referencia de su trayectoria vital,nada mejor que recurrir a su propia versión de retazos autobiográficos: decía que de niño había sido monaguillo en su localidad natal de Guía y que por las mismas fechas había estado a punto de ingresar en el seminario a cursar estudios eclesiásticos. Ya por entonces se manifestaba como diferente, comenzando sus inquietudes de travestismo y sus problemas con la Policía de lo Social por la vigente ley de vagos y maleantes, igualmente represiva en el tardofranquismo y la Transición, aunque disfrazada con una terminología menos tercermundista como ley de peligrosidad social, problemas acentuados cuando ya con 25 años comenzó a actuar como transformista vocacional.

Eran los tiempos del postfranquismo, dos años después de la muerte del dictador, periodo que se conoció como la Transición, tiempo aún difícil, en que el colectivo LGBT seguía sufriendo los mismos problemas y parecida discriminación que en la dictadura, siendo detenido en numerosas ocasiones por la policía, lo que no logró hacerle renunciar a sus sueños de artista, que en cambio aceptó su padre y su familia con ejemplar modernidad y tolerancia Así sus sueños y aspiraciones le llevaron en solo dos años después a actuar con reconocido éxito en cabaret de Berlín, ciudad destacada y vanguardista en toda Europa en el campo del transformismo como espectáculo artístico audiovisual con la categoría de arte con mayúscula.

Ya desde la llegada de la democracia había escalado a los primeros planos de la popularidad, vinculando su protagonismo a la recuperación y evolución del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, al que aportó también su creatividad de diseñador y modisto. Paulatinamente fue desarrollando su creatividad en la originalidad de sus presentaciones, cosiendo él mismo en su taller de costura sus fantasías de transformista, buscando la originalidad personal, sin seguir el canon clásico de clonar a las reinas de la copla con la castiza bata de lunares, los claveles en el pelo y toda la parafernalia convencional de Juanita Reina, Sara Montiel, Lola Flores y demás. Una de sus presentaciones más características era vestido de rosa con peinado rubio oro, casi amarillo, siendo él moreno como su apellido…

Una actuación de Xayo.
Una actuación de Xayo. / C7
Durante largo tiempo actuó diariamente en el club Tam-Tam, evolucionando a un humor lúdico y desafiante que oscilaba desde la abstracción más rigurosa a una sinceridad nunca conocida antes, destacando por sus chistes originales, su risa descarada, su gracia inigualable, sus pelucas, sus vestidos y sus canciones. Por los noventa triunfó en un club que llevaba su nombre, que él definía con humor como un lugar para el mariconeo. Allí interpretaba con picardía y originalidad, ternura y humor la canción de su amiga Conchita Velasco ‘Mamá quiero ser artista’. Durante cuatro décadas actuó con éxito por toda España, destacando por su originalidad, con ese humor intemporal y tan propio de diferentes culturas marginadas y perseguidas, donde el mérito radica en reírse con gracia, originalidad y picardía de sí mismo logrando gran éxito con públicos de los mas diferentes niveles sociales y, culturales, más allá del universo LGBT, donde por supuesto también fue el rey, prevaleciendo hasta el final cuando otro pionero de gran éxito como Paco España, tan encumbrado en el periodo de Transición, se quemó en las postrimerías del pasado siglo. Xayo, por el contrario, al revés, fue subiendo en prestigio y caché, llegando en el siglo XXI a su cenit de mayor gloria. Sobresalió como un clásico de las galas carnavalescas en diferente rincones del archipiélago destacando como humorista junto a los también humoristas Angel Garó y la Terremoto de Alcorcón en la presentación de la gala Drag Queen del Carnaval, del Gran Baile de Mascaras en el 2013 y por las mismas fechas fue encargado de pregonar las fiestas del Pilar en el barrio de Guanarteme, junto al presentador Ismael Acevedo, el director de la murga Los Trapasones y el cantante y letrista Junior Alonso, y el barrio le distinguió con el Pilar de Oro y le acogió con tanto afecto y admiración que acabó siendo su residencia hasta el fin de sus días.

En el 2019 se presentó a las audiciones de ‘Got Talent España’ para hacerse un pequeño homenaje tras 42 años de carrera como transformista llamando la atención del jurado por su humor y su amplia experiencia, donde manifestó: «Estar en una televisión nacional, en un programa de esta envergadura, es un pequeño homenaje para mi, para mi vida, para mi trabajo. Antes te cogían haciendo esto que hago aquí y te metían 10.000 pesetas de multa por maricón. Fijaos como ha cambiado el país que ahora me pagan por hacer lo mismo…», logrando con su actuación, con su desparpajo y su arte el favor de los cuatro miembros del jurado, quienes entre otros elogios reconocieron su labor durante el franquismo. Con entusiasmo el público y los cuatro jueces puestos en pie pidieron a gritos su ‘pase de oro’ consiguiendo que los artistas y humoristas Paz Padilla y Dani Martinez, los mandamás del jurado, se lo dieran para que el homenaje fuera completo: Botón dorado que le llevó a las semifinales. Paz Padilla y Dani Martinez cogidos de la mano premiaron el humor de Xayo con estas palabras: «Con solo mirarnos hemos pensado que tu homenaje tiene que ser completo» y para que lo sea, dijo Dani, «te condecoramos con el Botón de Oro». El presentador Risto Mejide manifestó su opinión: «La grandeza de gente como tú es que todo lo que ha pasado lo transforma en algo positivo, en algo que hace sentirse bien a la gente».

Cabe señalar para mejor perfilar la personalidad de nuestro personaje las declaraciones del alcalde de Guía sobre el proyecto que le propuso el cuerpo municipal del Ayuntamiento de, como hijo predilecto, dedicarle una calle a lo que él, con genial identificación con su rol de artista transformista debido al espectáculo y al público, manifestó que una calle le dejaba frío y desinteresado pero que en cambio prefería un papagüevo encargado al tradicional establecimiento de Barcelona fabricante de todos los papagüevo de Guía, representándole a él como uno más de los que bailan cada año en la Fiesta de las Marías junto a los de Silvana Pampanini, Carmen Miranda, los hermanos Marx, el Gordo y el Flaco, el Abuelo, el Cocinero el Turco y la Niña, el Negro, la Gitana y el Campesino, unidos a los fabricados por un destacado artista local titulados el Guardia, el Árbitro y la Canaria, o como los últimos cinco incorporados, adquiridos en cambio en Zaragoza: la Bruja, el Diablo, La Vieja. Popeye y el Payaso. Como uno más de estos cabezudos quería él bailar, sorprender a los mayores y asustar un poco a los niños, pero siempre haciendo las delicias del respetable con su inconfundible danza, como uno más en el más prestigioso desfiles de papagüevo de toda la isla. E incluso le complacía soñar con sus papaguevos encargados al artista local del mismo Guía reproducidos a pequeña escala sobre una cómoda como memoria de la fiesta de las Marías, como algún cronista de Guía ya tiene réplicas de algunos papahuevos como motivos decorativos para su comedor…

Imagen de archivo de Pedro Eugenio Moreno.
Imagen de archivo de Pedro Eugenio Moreno. / JUAN CARLOS ALONSO
Como referencias de la personalidad de nuestro protagonista. son muy intresantes las opiniones de su amigo y colega artista también, el cantante Heriberto que, con el apelativo artístico de El Ángel de Canarias, tuvo sus tiempos de esplendor en el pasado siglo. Con palabras textuales Heriberto nos informa que Xayo «no se hacía el gracioso, no se le puede identificar con el humorista que cambia de personalidad cuando cuenta su repertorio de chistes sino que todo él y en todo momento era gracioso por naturaleza, independientemente de que estuviera actuando o no». Otra característica nos informa nuestro interlocutor era el ser muy activo, que no paraba y, al ser bien pagado -contaba con generosos ingresos- pero Heriberto opina que se conducía como un consumidor compulsivo, que lo que cogía con una mano lo fundía con la otra, siendo además muy desprendido y generoso, Mención aparte señala que sus ingresos no venían únicamente de sus galas artísticas, pues por su personalidad multidimensional obtenía beneficios económicos por otros conductos, ya que, como artista total, era un creativo singular a la hora de coser, bordar, planchar; a él mismo le había regalado manteles salidos de sus manos de gran modisto que diseñó y cosió para concursantes del Drag Queen de las galas del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria y aclara que también su copiosa indumentaria de actuar era en diseño y costura original de él, de ahí que sus ternos tuvieran un toque tan personal y diferenciado de los típicos y tópicos.

Otro rasgo que señala nuestro interlocutor de su personalidad es que practicaba -en palabra de Heriberto -el ‘selectivismo’ sin confudirlo con el hedonismo ni el elitismo, así mantuvo amistad con diferentes figuras del espectáculo como Rocío Jurado, Concha Velasco y otros y otras… y desde el punto de vista estético todo en él era arte, estéticamente impactante, un animal escénico muy querido en la memoria de Canarias y del resto de España también. Era un heredero de la magia de la noche de Las Palmas de Gran Canaria. Un sagaz crítico de prensa en expresión muy concisa dijo que consiguió hacer de la ordinariez un arte. Él cantaba, no se comía el escenario, lo llenaba bien avenido al mundo de la escena, un animal escénico muy generoso, siempre dispuesto a participar en cualquier gala benéfica, y muy despierto, y añade Heriberto: «Ya forma parte de la colección de mis nuevos recuerdos y creo que se seguirá hablando mucho tiempo de Xayo y ya se ve que hasta los que le despreciaron en vida han pasado a apreciarlo después de muerto».

El colectivo LGTB también, tan agradecido como con su arte, ha contribuido a su normalización y dignificación tanto en el mundo del espectáculo como en la sociedad, llora su pérdida, que deja un hueco sin relevo posible. como lo llora también la sociedad entera de las siete islas y todos los rincones de la península de norte a sur donde tuvo tantos fan entusiastas de sus actuaciones.

Francisco Javier Gómez Canarias7

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