Sobra decir quién es la Reina de las Facturas, su primera y segunda Dama de Honor, pero bueno, si nos apuran las coronamos con lazo incluido. Lamentablemente, estas pocas han sido las únicas participantes que han recibido su título y han cobrado su merecido premio, sin embargo, el resto permanece a la espera de la transferencia
Out now, productora contratada por Festejos, para la realización de los actos del carnaval, no ha podido hacer frente al pago de bailarines, cantantes, maquilladores y diseñadores, entre otros colectivos, a los que había solicitado sus servicios.
El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana debe a la productora que asumió la Organización y Dirección Artística de las galas la friolera de 232.000 euros. Cansada de esperar, acaba de interponer un contencioso al consistorio reclamando la deuda.
Desde el Ayuntamiento se dan largas y más largas, y de nuevo largas, para abonar un trabajo realizado. La corporación local morosa ha confirmado que el pago está pendiente y la causa del retraso tiene que ver con la actual situación y con la insistencia de facturas atrasadas de Festejos; producto de actos organizados en el mandato anterior que este gobierno por responsabilidad tiene que pagar antes. En definitiva, la culpa la siguen teniendo los gobernantes anteriores un año y medio después.
Si según el consistorio es una irresponsabilidad pagar el ejercicio actual y dejar pendiente los anteriores: ¿Por qué se han abonado a medios locales (como las Fiestas de San Juan de 2019 o la Fiesta de Fin de Año) por revisión de oficio? O sea, a dedo y a los colegas macutos.
¿Por qué están desapareciendo facturas presentadas y selladas? ¿A quién le interesa? ¿Por qué no usan esta misma forma de pago (por revisión de oficio) para pagar a todos como han pagado ya a algunos?.
El Ayuntamiento es un nido de técnicos ineptos que desconocen la mayoría de las leyes, entre ellas, la Ley de Contratación, donde la ignorancia demostrada sitúa a la administración local a la cola en la gestión hacia los ciudadanos y proveedores. Por no citar el alto analfabetismo en la materia de la clase política ensimismada en sus intereses espurios.