Solo queda año y medio para que expire la concesión inicial que el Gobierno de Canarias hizo al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para invertir en instalaciones sociales y educativas en la antigua facultad de Veterinaria de Zárate. Tras casi dos décadas sin proyectos y con el edificio convertido en un cadáver de hormigón, el gobierno de la ciudad explica que su futuro será el de «fomentar la cultura del carnaval en el Cono Sur».
El pasado mes de noviembre este periódico publica el enésimo ruego de los líderes vecinales del barrio para que se cumpliera con el compromiso adquirido tanto tiempo atrás. Desde esta cabecera se consultó al gabinete de comunicación del Ayuntamiento por el futuro del inmueble, sin recibir ninguna respuesta. Ahora se sabe, a través de una pregunta realizada por el concejal del grupo popular Gustavo Sánchez, que será para trabajar los aspectos relacionados con la Fiesta de Interés Turístico Internacional los que fundamenten una hipotética recuperación del espacio, abandonado durante décadas.
Una respuesta con la firma de David Gómez, coordinador del área de Hacienda, razona que «la Concejalía de Carnaval demanda ese espacio para fomentar la formación, participación y preparación de los grupos del carnaval del Cono Sur», añadiendo que allí «se impartirán las correspondientes clases, encuentros y ensayos para seguir fomentando en esta cultura a los colectivos y ciudadanos de nuestro gran municipio».
La vida carnavalera siempre ha estado presente en la minúscula porción habitable de los 3000 metros cuadrados de la antigua Facultad de Veterinaria de Las Palmas de Gran Canaria. La comparsa Yoruba ha ensayado allí durante años y Anselmo Fernández, líder del colectivo vecinal, ha usado sus instalaciones en múltiples ocasiones para dar talleres de costura que en muchos ocasiones servían como vestuario para la propia agrupación.
Según se fundamenta en el escrito de respuesta del Ayuntamiento, los grupos del Cono Sur requieren de instalaciones apropiadas para empaparse de la cultura carnavalera necesaria para la ciudad. Y eso supone que pese a que el planteamiento original exigía que Veterinaria fuera utilizada para asuntos vinculados a los derechos sociales o educativos su final, parece ser, está destinado al carnaval capitalino.
Gran parte de este inmueble, que en un principio estuvo concebido como mercado de abastos para ese distrito de la ciudad, no está ni construido. Es un enorme mural de bloque visto que durante décadas se ha enseñado en el centro del barrio como una especie de muro de la vergüenza.
Incluso, lamentan algunos vecinos, se les retiró durante el pasado mandato del Ayuntamiento de la ciudad las llaves de los locales sociales por lo que dejaron de realizar algunas de las acciones que, desinteresadamente, se realizaban en sus entrañas.
Tras muchos años esperando porque cristalizara algún proyecto, por lo que llevan presentando escritos en el Ayuntamiento prácticamente desde el año 2005, el de la cesión, al menos ahora ven recogido en un documento público cierta intención de realizar algún proyecto allí.
Pese a todo, Zárate sigue rumiando sus carencias eternas. Antigua puerta de acceso principal de la ciudad, sienten que el abandono al que sus infraestructuras han sido sometidas durante décadas generan ya un problema crónico que nadie asume como su responsabilidad. La vida sigue igual.
Al límite de expirar
En 2025 caducará la cesión de Veterinaria que el Gobierno de Canarias hizo al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. El Ayuntamiento recuerda, ante otra pregunta del concejal conservador Gustavo Sánchez, que tiene la opción de ampliar la concesión del espacio durante 75 años más. Pero también es cierto que la publicación de la operación en el año 2005 del cambio de poderes en el BOC obligaba en aquel entonces al Ayuntamiento a realizar las obras y dotar las infraestructuras en un plazo de tan solo tres años. A la vista está cómo ha ido la cosa.
David Ojeda