Josué Quevedo (La Isleta, Las Palmas de Gran Canaria, 1985) iba para cocinero hasta que se rindió al mundo de la moda, una vocación que ha convertido en profesión. Se estrena en el diseño del Carnaval de forma fortuita, cuando una amiga le encomienda preparar un disfraz para su hija, y ahí muestra su habilidad y originalidad a la hora de transformar en 48 horas una sombrilla en una falda de la que, a modo de volcán, emerge un pirata, creación con la que ganó el concurso de disfraces infantiles. Una trayectoria que le llevó en 2018 a ganar por primera vez el título de reina adulta del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria de la mano de LA PROVINCIA/DLP y la candidata Ana Suárez.

Fue la antesala de lo que estaba por venir. De la mano de la murga Despistadas, formación crítica que nació en el seno de su familia, con sus primas Anabel, Mercy y Yobainca Trujillo Reyes, desembarcaba como diseñador de grupos críticos, inaugurando una trayectoria que alcanzaba su cénit en la última edición de las carnestolendas antes del covid. Fue en el año 2020, cuando gana todo a lo que se presenta: el título de reina adulta de Las Palmas de Gran Canaria, así como el primer premio de vestuario de murgas adultas con Despistadas –cartón que cosechó en Santa Cruz de Tenerife en su estreno con Mamelucos–, o en la modalidad infantil chicharrera, con Mamelones y Redoblones, primeros y segundos, respectivamente, y hasta en el certamen de murgas de Arrecife de Lanzarote, de la mano de Vacilonas, con el añadido del estreno de Josué Quevedo como director artístico del Carnaval de Maspalomas.

Este artista puede presumir de llevar purpurina en vena. Sobrino de Rafael Reyes, quien fuera vicepresidente del mismísimo Manolo García cuando estuvo al frente del Patronato de Carnaval, Josué hereda la pasión por los grupos de su madre, fundadora de la comparsa Caribe; de hecho, sus hermanos, Jonathan, el mayor, y Kilian, el más pequeño, salieron como el propio Josué en las filas de la murga de su barrio, La Isleta, Los Chancletas, una militancia que mantiene su primogénito, a quien además de admirar, elogia porque «canta muy bonito» cuando salía Nietos de Sarymánchez.

Alumno del colegio León y Castillo y luego del instituto de La Isleta, a los dieciséis años se debatió entre su vocación artística o dedicarse a la cocina, otra de sus pasiones, por la que se decantó inicialmente, cursando dos años del ciclo correspondiente, acabó trabajando en la residencia de El Palmeral y en el Riu Palace.

De nuevo resurge en él la vocación artística, justo cuando ayuda a su madre en la peluquería que le abrió las puertas al mundo del estilismo. Fue ahí cuando supo que tenía que diseñar y dedicarse a la moda, por lo que emprendió otro ciclo de estilismo que le procura el acceso a la productora Mediaset, de Telecinco, a través de unos canarios que, afincados en Madrid, buscaban un estilista. Y allí estuvo Josué, que aprovechó los dos años de cubreturnos para iniciarse en el sector. «Aprendí muchísimo. Reconocí que era mi vocación pura».

«Este año no presento reina para centrarme en los diseños y la dirección de Maspalomas»
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Este diseñador fue murguero antes que creador de moda. Con siete años salió en los Baby Chancletas, hasta que con 16 pasó a la adulta. Josué primero fue estilista antes que diseñador de fantasías de murgas, con las que se inició con Despistadas en 2011, precisamente cuando puso en marcha su proyecto profesional MasQModa Canarias. Desde entonces y hasta la fecha, Josué Quevedo se ha instalado en el primer premio de Vestuario de murgas de Las Palmas de Gran Canaria, salvo en 2015 y 2019, cuando quedó apeado por Los Legañosos. De resto, ha acaparado los primeros cartones con Despistadas –con seis primeros– y CrazyTrotas –con dos máximos galardones–, otra de sus murgas femeninas de referencia, junto a Los Twittys, de Pepe Talavera. En diez años ha ganado nada menos que en ocho ocasiones en Las Palmas de Gran Canaria y en 2016 acaparó los tres cartones de Presentación.

Ya en 2014, Quevedo participa en los concursos de Santa Cruz, con la murga infantil Distraídos, de Tana Rodríguez López; ese año logra un accésit de Presentación, y en el siguiente, tercero, para volver a irrumpir en la capital chicharrera en 2022 con Mamelucos, asumiendo el difícil reto de sustituir a Javier Torres Franquis y Lito Díaz –quienes han convertido a la murga de la Casa del Miedo en la catedral del diseño murguero por sus premios en Presentación–, y hacer un escarceo con Redoblones, de Jose Cortés El Pirata. Con ambas murgas acapara el primero y el segundo de presentación.

Cuando se le pregunta por la clave de su éxito, lo tiene claro: «Que me dejen volar», para advertir que el premio no tiene un precio, sino que la clave está en mantener la esencia. De ahí que cada vez que afronta cada proyecto se reúna con cada murga para preguntar sus aspiraciones. Previamente, como ocurrió con Mamelucos y Mamelones, así como Redoblones, se contagió de la historia y la tradición de cada grupo. «No vengo a imponer, sino a intentar mantener el nivel que existe», subraya, y sentencia: «Santa Cruz de Tenerife entiende y sabe mucho de Carnaval», una reflexión que hizo cuando recibió a través de Airam Bazzocchi el encargo de Mamelucos, que lo llevó a preguntarse: «¿por qué ir a otra Isla?».

Josué se muestra respetuoso a la tradición y la historia de cada grupos, por más que admite que ha llegado a la Casa del Miedo en vacas flacas, lo que no le ha impedido ganar en 2020 el doblete ni le ha menguado la ilusión y la creatividad: «Mamelucos ya tiene los diseños para 2023 y 2024», fruto de esas noches que, desvelado, se levanta de la cama para plasmar la idea surgida en un dibujo, uno de sus secretos creativos.

Otra clave. Cuando se llega a tener once murgas a la vez es preciso tener equipos mixtos, trabajar con talleres diferenciados; de otra forma sería imposible conseguir el máximo nivel con cada creación, como ocurre con Mamelucos y Mamelones, con Brenda y Juliana Serrano, con Redoblones y el taller chino de El Pirata, o las 44 personas con las que cuenta en Las Palmas de Gran Canaria.

«El Carnaval no lo concibo para ganar dinero; sería imposible», y confiesa: «lo único que me condiciona es lo que pide cada murga». A partir de ahí, vuela y hace grande el Carnaval de Canarias.

Humberto Gonar eldia.es

 

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