Enrique Camacho, vinculado a la organización artística del Carnaval desde 2004, cuando llegó de la mano de Jaime Azpilicueta, Enrique Camacho se estrenó con la dirección de la gala infantil de 2015, que lo catapultó como responsable artístico. Hace balance de una atípica edición con numerosos cambios

¿Qué balance hace de este Carnaval al frente de la dirección artística?

Ha sido un trabajo muy duro pero muy gratificante porque al final ha salido todo y, aparentemente, la mayor parte de la gente satisfecha con el resultado, aunque siempre hay al que le gustaría que las cosas se hicieran de otra manera. Pero las encuestas en internet, los comentarios, opiniones de personas vinculadas al Carnaval hablan de un buen resultado, por lo que estamos contentos.

¿Se ha sentido respaldado en todas las decisiones adoptadas, desde el cambio de fecha a la nueva ubicación del escenario en el recinto ferial?

No es una cuestión de sentirse respaldado o no. Siempre me he sentido respaldado por los concejales con los que he trabajado y por el alcalde. Ha sido un año en el que se han tenido que pensar muchas cosas, demasiadas variables y los condicionantes de los planteamientos a, b y c… que iban cambiando constantemente en función de las restricciones.

¿Contento con la nueva ubicación del escenario en el recinto ferial?

Creo que se ha dado un cambio bastante importante.

¿La nueva ubicación ha venido para quedarse?

Si alguien me pregunta, yo sería partidario de mantenerla mejorando cosas que hemos detectado que se pueden mejorar. Al margen de la cuestión covid y del cambio de fechas, y de un calendario que se creó para facilitar los ensayos de los grupos, aunque eso nos complicara más a nivel organizativo en otros aspectos, ha sido un año para probar cosas.

¿Está satisfecho?

Nunca estoy satisfecho con el resultado de mis trabajos (se ríe). Este año me toca también valorar muchos aspectos externos, además de el resultado. El proceso ha sido mucho más complejo; hemos tenido infinitamente menos tiempo. Hubo muchos retrasos que nos puso condiciones.

Dice que hubo menos tiempos cuando el Carnaval 2022 se estaba programando desde antes y ‘ha ganado’ los meses de febrero a junio por el aplazamiento.

Eso no es verdad. El guión del espectáculo, por decirlo de alguna forma, estaba y se fueron actualizando cositas porque el tiempo te lo va pidiendo, pero la producción no estaba, porque estaban pendientes de las fechas del recinto ferial, luego de los montajes del escenario, del montaje técnico, los retrasos que siempre hay… que si se clava un traje en el escenario. Ha pasado todo lo que puede pasar en una producción y eso implica que ha habido todos los retrasos posibles en una producción. Dicho de otra manera, sé por qué no ha salido como yo quería. Son demasiados factores a tener en cuenta. Soy perfeccionista enfermizo y siempre le voy a buscar el fallo a una cosa que yo haga.

¿El momento de máxima tensión fue cuando se clavó el traje en el escenario durante el ensayo general?

Para mí fue un momento muy difícil.

¿Era partidario de que saliera el traje que tenía exceso de peso?

No. Ya lo hablé con el diseñador, con el concejal y con el patrocinador de la fantasía cuando tuve oportunidad. Básicamente no lo habría dejado salir por una cuestión de seguridad de la concursante y de todos los demás, también. Hay un punto en el que, por mucho cariño que le tengas a una persona, hay una responsabilidad superior: que el espectáculo no sufra. Cuando pasa eso, lo que piensas es qué podría ocurrir en la gala y, a Dios gracias, no pasó nada más que dos ruedas se clavaran en el escenario. Pero el susto que se llevó la candidata… Incluso generó miedo en otras. Yo habría tomado una decisión mucho más drástica para reducir ese 0,3% de riesgo de que pase algo malo. Este año primó valorar el esfuerzo de todos para que las cosas estuviesen.

¿Organización y diseñadores tendrán que revisar los pesos y las dimensiones de las fantasías de reinas?

Supongo que cuando pasan las cosas uno cae en la cuenta de que hay que regular algo que no lo estaba. Cierto es que uno piensa que el sentido común debe de existir y el escenario es un elemento efímero y tiene cargas.

¿El escenario del Carnaval 2023 pasa por Carlos Santos, el escenógrafo de esta edición?

Estoy muy satisfecho con el trabajo que ha hecho. A la gente le ha sorprendido el decorado, porque es verdad que hasta que no lo veías en funcionamiento no correspondía. Hubo gente que dijo que no era un escenario de Carnaval. Probablemente la temática no era una temática que acercara mucho al Carnaval y, por otra parte, no siempre tenemos que estar tirando del muñequito fallero o una nave espacial volando. En muchos aspectos, tenemos que abrir la mente a otras posibilidades; en general, saco un balance positivo. Los diseñadores y los grupos lo han valorado muy bien. El escenario resaltaba a las candidatas.

¿Ha habido buena relación con los diseñadores?

Siempre es un gustazo trabajar con ellos y en esta edición, la verdad que ha habido mucho entendimiento. Había muchas ganas de probar un formato nuevo que potenciara el concurso de las reinas. Los trajes que pasaron el corte de los finalistas salieron en cinco exposiciones durante toda la noche.

¿Pesa poco la votación del público en la deliberación?

Siempre dije que la votación del público tendría que tener más peso en la deliberación; también entiendo los motivos de los diseñadores para que pese el 15% en la deliberación. El público tiene criterio más que suficiente para elegir una reina del Carnaval. Un 15% es un porcentaje demasiado bajo para aportar en la nota final.

¿Se siente cansado de estar en la dirección artística desde 2015, y desde 2004 con Jaime Azpilicueta?

El trabajo no pasa factura; lo que está en torno a él, sí. El día que me encuentre con las capacidades debilitadas y la creatividad en baja forma diré hasta aquí. Ahora mismo la creatividad sigue en buen estado y las capacidades, también, pero es verdad que hay muchos factores externos que te hacen replantear muchas cosas. En ese sentido, sí pasa factura. Por el camino surgen muchos enemigos que no tienes por qué y porque tu rol es básicamente decir que no.

Es el precio de ser el responsable artístico de los actos.

La cabeza de la organización artística es el concejal y a partir de eso nosotros marcamos unas pautas. Lo lleva todo el equipo. El objetivo era dar un poco de coherencia al trabajo, que no hubiese nueve cabezas y que los grupos tuvieran un equipo de referencia.

¿Se ve dirigiendo la gala del próximo año?

Ahora mismo es muy pronto para responder a esa pregunta. Necesito tomarme un tiempo; ha sido un proyecto demasiado intenso, demasiado sufrido. Este es un proyecto que debe sufrirse menos y disfrutarse más. Ahora mismo, necesito reflexionar muchas cosas. Estoy en una etapa profesional distinta y tengo que sopesar muchas cosas.

Humberto Gonar  eldia.es

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