La decisión de llevar el Carnaval a junio trasmite ilusión, seguridad y tiempo para muchos responsables de empresas, grupos y orquestas, frente a otros que advierte del peligro de que se solape una edición con la de 2023.

Enrique Camacho, director artístico: «A situaciones excepcionales, decisiones excepcionales». «Toca sentarnos y trasladar todo a junio, replanteándolo desde cero para que no falle». «Es muy factible y la mayor parte de los grupos está por la labor, aunque no me convence porque la esencia del Carnaval es febrero».

Simón Higueras, de Sonoplus: «Prefiero perder dinero a que no se celebre el Carnaval». El responsable de la empresa de sonido que tiene el encargo de la instalación admite que no le habría gustado en la piel de la organización a la hora de tomar esta decisión. Tendrá que negociar con otras empresas para no dejar a atender a ningún cliente. «Toca cuadrar el calendario para que no coincida la final de murgas con las hogueras», se ríe.

Juan José Monzón, de Rumberos: «Un mes idóneo». El director de la comparsa madre del Carnaval de Canarias celebra el aplazamiento del Carnaval a junio. Explica que es un mes idóneo para afrontar el Carnaval. En la actualidad ya había desarrollado unos cuarenta ensayos con su formación y con la agrupación Cantares Luz de Luna antes que comenzó el aumento de contagios y se cerraron los locales. Los grupos ya han comprado las temas y tienen su maquinaria en marcha, precisa. La incidencia actual impide volver a ensayar para celebrar un Carnaval en abril y en mayo están las fiestas patronales de Santa Cruz y el Día de Canarias. De ahí que prefiera junio, con más tiempo incluso para hacer un repertorio para el concurso como el formato tradicional. Para Monzón, es necesario salir y no perder el pulso al Carnaval para evitar la pérdida de componentes en algunos grupos.

Javier Lemus, de Zeta-Zetas: «Empeñados en hacer el concurso». «Junio no debería de ser una opción. Sigo pensando que el Carnaval es en febrero, en junio no lo veo. Ya hubo un experimento en mayo y estuvimos criticándolo las murgas cinco años seguidos», explica con humor. Dice que la nueva fecha mantiene «la misma incertidumbre de ¿qué pasará de aquí allá? Es volver a jugártela, pudiendo ser que en Semana Santa estemos en nivel 1, abran las discotecas, se organicen fiestas multitudinarias y aparezca ahora Puigdemon y nos vuelva a joder en mayo».

En su tercer argumento, añade que «se podría solventar el problema económico de colectivos, empresas y trabajadores que iban a cobrar por hacer los concursos sin tener hacerlos». «No hay que empeñarnos en un concurso a toda costa, sin importarnos ni cuándo ni cómo, si no aprender de los errores, sentarnos y ver qué podemos ofrecer de calidad ahora mismo, sin que todo se vaya al traste de nuevo por buscar soluciones apresuradas, poniendo parches y sin pensar en qué puede pasar mañana». «¿Empatamos un Carnaval con otro?, ¿qué pasa con empresas y colectivos que junio le afecta más que beneficia?, ¿cómo van a ser esos concurso? ¿se podrá hacer Carnaval en la calle?», se pregunta Lemus.

Masi Carvajal, de Diablos: «Decisión ideal». El presidente de la murga trónica considera «ideal» la decisión; encima, en la calle, «con un tiempazo será espectacular, encima con más espacio, y ya para el próximo año volvemos al recinto, más cómodo. Nos da tiempo de volver a ensayar con seguridad y sin prisas».

Juan Antonio Rodríguez, de Bambones: «Junio es ideal». «Tenían que hacer algo y se apostó por junio; me parece ideal, aunque aún no sabemos qué tipo de Carnaval se plantean», explica el representante de Bambones.

Manolo Peña, presidente de la Sociedad Mamel’s: «Paciencia y a esperar». Es tan escueto como categórico cuando se le pregunta por la nueva fecha.

Vicky López, de la rondalla Valkirias: «Desmoraliza tomar esta decisión». «No es fácil para la Corporación aplazar una fiesta que tiene su fecha emblemática en febrero, pero hay in impedimento mayor que se impone. Me hubiera gustado a finales de marzo, la otra propuesta, pero bajar la curva de ómicron está llevando más tiempo y organizar todo con esta incertidumbre justifica la fecha de junio». «Ahora que nos hemos dado el taponazo, sólo queda levantarnos y seguir. Los chicharreros no nos rendimos».

Pedro Ortega, de Sabor Isleño: «Seguridad». Celebra la decisión porque da más seguridad ante un «virus nos ha cambiado. Es mejor celebrarlo en junio». «Ya el jueves nos reunimos en el recinto y ya nos dirán algo más».

Ismael del Rosario, de Canarias Music: «Una sabia manera de ayudar». «Es una sabia manera de ayudar a nuestro sistema sanitario y a nosotros mismos. Mejor pasar el Carnaval a junio y pasar un verano más pleno que caluroso. Las orquestas son las más perjudicadas, aunque productoras y artistas sí hemos trabajado algo en los últimos meses. No se trata de poner medios parches sino de buscar soluciones que se acerquen a lo definitivo».

Humberto Gonar Menciones - CEOE-Tenerife

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