Autor del plan que salvó las fiestas patronales en mayo, asume ahora el reto de dos carnavales: el de los concursos –que llama cultural– y la calle. La clave: evitar la concentración de participantes.
Fue el hombre clave para poder celebrar las fiestas de Mayo.
No sé si el hombre clave, pero sí hemos sido tal vez la empresa más arriesgada en tomar las decisiones tras interpretar el Boletín Oficial de Canarias (BOC), que es de lo que se trata para poder seguir tirando de la vida económica de Santa Cruz de Tenerife. La situación era complicada, pero teníamos un reto con Sanidad; ellos eran partícipes y querían crear también actividad con prevención ante la pandemia. Se trataba de tirar de la economía.
Cuando hace un plan de protección, ¿qué se prioriza: seguridad o economía?
Cuando haces un plan de seguridad o de protección covid, como ocurre en Carnaval, es como cuando tienes un coche parado y hay que arrancarlo: no debes mirar si te tienes que manchar la ropa o no. Se trata de empujar y caminar, toca mucho trabajo conjunto con Sanidad y reuniones internas sabiendo que nos jugábamos mucho si fallaba algo. Somos consciente de que de haber pinchado en las Fiestas de Mayo hoy no estaría hablando con Manuel Asensio. Nosotros confiamos en el trabajo que realizamos.
¿Es más difícil poner en marcha los locales de ensayo de Carnaval o las Fiestas de Mayo?
No es que sea más difícil una cosa que la otra. Cada una está en su espacio, tiempo y hora. El colectivo del Carnaval tenía que haber estado trabajando de la misma forma que la Orquesta Sinfónica, es otro de tipo de música, otras bandas… pero es el mayor reclamo turístico que tiene Canarias a nivel nacional y mundial, y hay que mimarlo como tal. Ahora, cuando empecemos a volver a la normalidad, tenemos que ver qué se nos ha roto y no podemos dejar perder a la gente; la pandemia ya ha roto y rompe bastante.
«Es más viable una solución al Carnaval de la calle que dejarlo todo al libre albedrío»
¿Qué corresponde este año?
Ponernos en marcha. Ir caminando todos juntos hacia la misma línea, con responsabilidad. ¿Es más complicado? Sí y no. En las Fiestas de Mayo todavía los niveles de la vacuna no estaban como ahora ni teníamos los actuales índices, además la carga viral y la sobrecarga en los hospitales era más elevada entonces que ahora. El próximo Carnaval pinta bien, pero hay que trabajar con orden y respeto al covid y celebrar los ensayos con mucha responsabilidad.
¿Va a redactar el plan o va a entrar a cada local, fijando hasta el máximo de componentes?
Aquí todos somos mayores de edad y responsables de nuestros actos. No creo que tenga haber un guardia civil por cada conductor de coche para que vaya con él por la autopista. Si cometes una irregularidad de tráfico en la carretera, unas veces escapas y otras no; con el covid no puedes escapar, tienes que ser responsable. Habrá un delegado covid por grupo que controlará su local y a su gente, que al final es una gran familia. Son ellos los responsables. No podemos estar todos los días detrás de los mismos grupos porque hacen lo que le da la gana. Como salga mal el invento, nos vamos para atrás otra vez, nos la jugamos juntos. Es una responsabilidad conjunta: de quien lleva la murga, de quien lo limpia, de componentes, de todos. No creo necesario que yo tenga que estar en encima de todos para llevar esto para adelante. Cada uno se tiene que hacer responsable de su espacio y de su gente porque nos la jugamos.
¿Qué características tiene que tener un local para que puedan ensayar 100 componentes?
Se pueden permitir ensayos con cien, doscientos o quinientos componentes… pero depende del espacio, del local y de la disponibilidad. Si está ventilado o no. Cada uno debe ser responsable. La misma Concejalía de Fiestas está muy preocupada por el regreso a los locales y estamos trabajando juntos desde hace tiempo. A lo mejor lo que tenemos que hacer es fijarnos unos grupos por ensayos.
El concejal de Fiestas ha planteado grupos burbuja.
La idea es hacer reuniones reducidas de ensayo y luego tener espacios donde nos podamos reunir todos los componentes. A lo mejor de aquí a diciembre estamos hablando de otra nueva normalidad y nos dicen: ya pueden entrar todos a ensayar. Hoy tenemos que hablar de esta realidad: lo más posible es que cada grupo se tenga que dividir en sectores para ensayar y después habrá espacios alternativos donde se reúnan todos juntos.
¿Cree que se celebrará el Carnaval de los concursos en el recinto ferial?
Soy optimista. Yo lo llamo el Carnaval cultural y se puede celebrar, totalmente. Todo dependería de aumentar o disminuir el número de personas en el público en función de la incidencia de la crisis sanitaria. De resto, se celebrará en el recinto ferial.
¿Y el Carnaval de la calle?
Ahí hay un reto importante a nivel autonómico. Va a ser muy complicado frenar a la gente el próximo Carnaval, y llamo a la responsabilidad de todos. Todos los ciudadanos somos los responsables de parar esto o no, porque todos nos estamos jugando muchas cosas como los puestos de trabajos… Si esto sigue como va, es más viable una solución al Carnaval de la calle de la misma manera que se ha buscado en los interiores de los espacios o actos culturales al aire libre, en vez de dejarlo todo al libre albedrío ahí fuera.
¿Cuál es su propuesta para el Carnaval en la calle?
Divide y vencerás. Bajo esa máxima el objetivo sería celebrar la fiesta por sectores; habría que ampliar los ambientes o espacios por públicos y sectores. Montar espectáculos por sectores de edad y no concentrarlos en el mismo sitio, sino ampliarlos por la ciudad. El reto es ampliar y diversificar la oferta del Carnaval en la calle, así la gente estaría más separada. Que a lo mejor lo suyo es no hacer nada sino un llamamiento…
El año pasado no había toque de queda en febrero.
Y aún así algunos salieron.
Pero no hay tantos policías para evitar las tradicionales aglomeraciones del Carnaval.
De aquí a finales de febrero, si seguimos en la misma línea, estamos hablando de otro nivel de pandemia.
Pero es preciso una organización a sabiendas que se pueda suspender todo por el covid.
Tenemos que analizar la situación que vivimos hoy, y es lo que hacemos nosotros. Cuando el acto que ahora programamos se celebre en noviembre o diciembre habrá otra realidad. Pero hoy yo sí le puedo decir que la gente puede estar en un acto de pie, que no hace falta que esté a metro y medio, que tiene que estar con mascarilla, que puede haber una barra o un kiosco con la gente sentada… Todo eso lo puedo decir porque está en el BOC, lo ha puesto Sanidad. De aquí a diciembre, ¿quién me dice a mi que no estemos a la altura de Barcelona ya o Galicia?
¿Con la actual situación, qué Carnaval se puede celebrar en la calle?
En la calle se pueden hacer actividades culturales, sentados o de pie, porque ya lo permite el BOC. Sin bailar. Es cierto que la normativa ahora lo aconseja; ya no prohíbe. Pero hoy en día se puede hacer un acto con gente de pie, tanto en nivel 1 como en el 2, donde se establezca la distancia de seguridad hasta un máximo de unas tres mil personas. Hasta 750 no hace falta pedir permiso. Ahora estamos preparando una actividad con gente de pie en Las Palmas de Gran Canaria y vamos a tirar para adelante.
¿En qué consiste su plan del Carnaval de Santa Cruz?
Vamos a asesorar a la Consejería de Fiestas, vamos a dar una charla a los delegados covid y vamos a estar mano a mano con los compañeros del mundo del Carnaval para ayudarlos en lo que necesiten. Altruistamente basta con que nos llamen y nosotros vamos a estar a disposición de los grupos.
¿Es optimista con la celebración del próximo Carnaval?
Sí, muy optimista. Pero antes de Carnaval están el Fin de Año y las Cabalgatas de los Reyes Magos y creo que se celebrarán en muchos municipios donde ya estamos preparando todo.
¿Se recuperarán las cabalgatas de reyes tradicionales?
Sí, sí. Aprovecharía, si se puede decir lo bueno que nos dejó el covid, como cuando los Reyes Magos llegaron a barrios donde hasta entonces no se celebraba la Cabalgata, y luego dejaría la parte tradicional de la celebración en el estadio. La clave pasa por separar a la gente, que no se concentre.
Humberto Gonar