La ocupación hotelera durante el mes de febrero en Canarias ha superado el 85%. Un dato positivo, que viene marcado por las fiestas carnavaleras, especialmente las de las capitales de provincia. Según los ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, el impacto económico que genera es superior a los 40 millones de euros. Según la consejera de la Sociedad de Desarrollo Económico de Santa Cruz de Tenerife, Carmen Pérez, “el gasto que se queda es de en torno a los 40 millones de euros. Los empresarios amplían el número de contrataciones, en comercios, en la restauración de hecho ha aumentado cerca de un 60%”.

En la capital grancanaria, la Fiesta de Interés Turístico Internacional, ha generado cada año un gasto sistemático de los residentes en disfraces y complementos de en torno a los 5 millones de euros y de 3, en restauración. Este último, este año sin embargo, se desconoce todavía el impacto sobre el sector ya que el desplazamiento del escenario central y de toda la programación hacia el entorno de Manuel Becerra ha generado un cambio de conducta del asistente a la fiesta. Fermín Sánchez, presidente de la Asociación de Bares y Restaurante de Las Palmas ha explicado que “el punto neurálgico era el Parque Santa Catalina, ha señalado a la Cadena SER que “el parque Santa Catalina era el punto neurálgico y ha notado esa ausencia. Las reservas de carnaval en la zona donde están los eventos bien, pero en las demás regular. Hay zonas como el Club Náutico o en donde se hacen sus propios eventos, suponemos que también bien”.

En Santa Cruz de La Palma, el balance es muy positivo. Cerca de 70.000 personas asistieron a Los Indianos. El alcalde de la capital palmera, Asier Antona ha destacado que la programación más allá de Los Indianos se ha consolidado “el día del lunes no fue el único en el que vinieron visitantes de fuera. Este año vinieron desde el jueves, porque con el Carnaval de la peluca y Los Indianitos que se celebró el domingo también congregó a miles de personas”.

Sin embargo, no es todo positivo. Ya que también se incrementa, hasta triplicar, el gasto en servicios públicos, como consecuencia de la masificación de las instalaciones, locales de restauración e infraestructuras públicas. Expertos en turismo que abogan por emprender el camino hacia un turismo de calidad y sostenible y proponen apostar por unas fiestas que generen menor impacto medioambiental.

Es el mensaje en el que ha insistido Lola Rodríguez de Azero, CEO de Senda Ecoway. Bajo su punto de vista no puede disociarse. Y para la consecución de esos objetivos las aportaciones de cada persona que se acerque a disfrutar de la fiesta es esencial, en algo tan básico, por ejemplo, como recoger la basura que generen. Así se evitarían gastos extras a los servicios públicos. “El carnaval es un éxito no cabe la menor duda, pero la clave es de qué manera lo promocionamos para que venga la gente, el turista, que merece la pena que venga”, ha indicado.

Carmelo León, ex director del Instituto Universitario de Turismo y Desarrollo Económico Sostenible, ha explicado que “el Carnaval añade valor y riqueza a las ciudades. Es un elemento cultural importante para los residentes y, además, tiene ese efecto colateral a la imagen turística y con él se consigue atraer a turistas con mayor capacidad de gasto. Eso no quiere decir que no podría tener un potencial mayor del que pudiera tener”.

Según el TIDES,el turista no es el principal usuario del carnaval. El 75% que lo disfruta es la población local. Y esto considera, Carmelo León, tira por tierra los argumentos de aquellos que son partidarios de explotar el carnaval desde el punto de vista turístico.

 

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