Dos premisas se repetirán en la primera ronda de contacto del concejal de Fiestas, Javier Caraballero, y los grupos del Carnaval, con los que arrancó ayer las primeras reuniones de cara a la edición que se dedica a África: las normas de los certámenes que se aprueben este año regirá las próximas cuatro ediciones y, como se comprometió, el importe de la contratación –antigua subvención– se elevará un 10 por ciento.
Es la primera ronda pero no la única que se celebrará estos días, pues el responsable de la organización del Carnaval, tan amante de someter diferentes puntos a «la reflexión», somete a la valoración de los representantes diferentes asuntos que, una vez transcurran dos semanas, volverá a convocar a una segunda sesión por modalidad para dar cuenta de las decisiones adoptada a fin de perfilar algún fleco, máxime cuando la principal novedad es que las bases que se aprueben este mes de junio han venido para quedar cuatro años.
La sede del Organismo Autónomo de Fiestas acogió en la tarde de este lunes el encuentro inaugural de esta ronda con los colectivos que protagonizan los certámenes oficiales. Los primeros en sentarse a preparar la próxima edición, las agrupaciones coreográficas, que pusieron sobre la mesa la necesidad de hacer una reflexión sobre los hechos ocurridos en la pasada edición, cuando el festival pasó a entregar tres premios de Interpretación y otros tantos de Presentación. Hasta febrero, en las dos anteriores ediciones se otorgaban solo galardones que valoraban el mejor disfraz.
En la reunión de este lunes, representantes de los grupos coreográficos abordaron la situación técnica que provocó un corto de un par de segundos y afectó a la actuación de una formación, lo que deslució su puesta en escena al despistar a los bailarines. También se analizó que las faltas de respeto o comportamiento que nada tiene que ver con la sana competitividad no tienen cabida tampoco en este certamen de Carnaval ni en general.
Al amparo de estas reflexiones, el concejal de Fiestas se comprometió a presentar, en una segunda reunión con el colectivo que se celebrará en dos semanas, la propuesta de la redacción de sendas cláusulas que se incluirán en las bases para intentar garantizar que los grupos coreográficos puedan actuar y presentar el repertorio preparado con las mismas condiciones técnicas en todos los casos, así como incluir otra que vele porque la deportividad y la buena relación sea la tónica habitual, más allá de los premios o posibles contratiempos que de forma fortuita se puedan presentar, como ocurrió en este certamen.
Otro de los asuntos que se sometieron a la consideración de los grupos coreográficos fue la posibilidad de dividir o organizar el concurso por modalidades, tal vez con la vista puesta no solo a repartir premios en diferentes estilos sino también a celebrarlo en dos días. Concejal y representantes coincidiendo en la dificultad que entraña regular la participación, en particular por el desequilibrio que sería fijar una categoría de baile urbano y otra, tal vez, como clásico… En la primera se podrían adscribir una decena –pues es el estilo que impera– y en la otra, dos o tres, en el mejor de los casos.
Durante la reunión se hizo el análisis de que ya que el jurado valora el conjunto de la actuación, se dejen los premios como hasta ahora, sin limitarlo a estilos.
Tras coreográficos, Caraballero se reunión con los colectivos de la Canción de la Risa, a los que reiteró el plazo de vigor de las bases y garantizó que su certamen seguirá en el teatro Guimerá porque al menos hasta después de Carnaval no comenzarán las obras.
La tarde de ayer martes, cita con las agrupaciones musicales y las murgas adultas; el miércoles, rondallas y murgas infantiles, y el jueves 4 de julio, agrupaciones musicales y comparsas.
Humberto Gonar