El Auditorio de Tenerife acogió anoche el acto institucional del Día de Canarias para la entrega de los Premios Canarias y las Medallas de Oro con los que cada año se reconoce la obra y esfuerzo de personas o entidades con trascendencia para el Archipiélago. El portavoz de los premiados ayer, Pepe Alemán, resaltó el mérito de la labor de sus compañeros de reconocimiento y celebró que el llamado pleito insular, que antaño enfrentó a las dos capitales canarias, sea al fin algo superado por la inmensa mayoría de los isleños.

Fue precisamente un 30 de mayo de hace 40 años (1983) cuando se constituyó el Parlamento de Canarias, tras ser aprobado el Estatuto de Autonomía para el Archipiélago el 10 de agosto del año anterior mediante una ley orgánica que acabó pasando a la memoria popular como la Lotraca. Tras la edición de 2022, especialmente celebrada porque supuso de vuelta a la normalidad, al decaer la pandemia, la cita de ayer en el Auditorio se desarrolló con normalidad y estuvo amenizada por la formidable puesta en escena de Sal y Tierra, una composición de Julio Tejera que fue interpretada por la Orquesta Sinfónica de Santa Cruz de Tenerife, acompañada por la coreografía creada por la joven y reconocida artista Paula Quintana.

GALARDONADOS
Los tres Premios de Canarias recayeron este año en la Asociación Española contra el Cáncer en Canarias (Acciones Altruistas y Solidarias), la Coordinadora de ONG para el Desarrollo de Canarias (Internacional) y el citado Pepe Alemán (Comunicación). En cuanto a las medallas de Oro, fueron para Canarias 7 (Gran Canaria), Ana Bautista Reyes (Tenerife), Fundación Canaria Doctor Manuel Morales (La Palma), Luis Herrera Mesa (La Gomera), Hospitales Universitarios San Roque (Gran Canaria), María Teresa Cotonat Vives (El Hierro), Murga Nifú-Nifá (Tenerife), Murga Las Revoltosas (Lanzarote), Afilarmónica Nietos de Kika (Gran Canaria), María Luisa Arozarena (Tenerife), Instituto Felo Monzón (Gran Canaria), Alexis Ravelo, a título póstumo (Gran Canaria), Rebeca Rodríguez Francés (Fuerteventura) y Parranda Marinera Los Buches (Lanzarote)

A todos y cada uno de ellos elogió anoche el presidente de Canarias en funciones, Ángel Víctor Torres, quien aseguró que “en cada una de las personas que están esta noche en este escenario -Premios Canarias y Medallas de Oro de Canarias- está representada nuestra sociedad”. “Sin ustedes nada de esto que hemos logrado habría sido posible”, sostuvo el socialista aruquense, para quien todo lo que aportan estos representantes de la sociedad isleña es fundamental “para que podamos seguir un camino en el que cada día sea una oportunidad y empezar de nuevo con todas las posibilidades a nuestro alcance”. “Solo sembrando en lo pequeño se puede conseguir algo realmente grande”, remachó Torres.

Abundando en el discurso presidencial, pero desde una perspectiva más general del mismo, el también secretario general del PSOE en las Islas optó por no extenderse más allá de lo aconsejable y recurrió precisamente al simbolismo de la sal y la tierra para vertebrar buena parte del mismo. “El tiempo, como dije al principio, no se mide solo en los relojes ni se contabiliza en los almanaques. El tiempo es la sal y es la tierra, el espacio que ocupan unas islas que viajan desde el trabajo, la voluntad y el sueño de cada uno de ustedes”, sostuvo Torres, antes de su despedida: “Deseo que Canarias siga siendo de los lugares del mundo donde mejor se pueda vivir, trabajar y educar a nuestras hijas e hijos. Gracias a cada una y a cada uno de ustedes por ponérmelo fácil en circunstancias que no estaban trazadas en ninguna de las rutas que pensábamos seguir hace cuatro años”.

Respecto al discurso de Alemán, que como Premio de Comunicación fue portavoz de los galardonados, como marca la tradición, arrancó citando tanto a Pepi Farray, que recogió el reconocimiento en nombre de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo de Canarias, como a Andrés Orozco y Fernando Fraile, responsables provinciales de la Asociación Española contra el Cáncer.

El veterano periodista fue ameno y celebró “a estas gentes [los premiados] que honran nuestras Islas y nos hacen sentir orgullosos de lo que somos, de nuestra identidad y de esta insularidad abierta al mundo que para mí es lo mejor que tenemos”.

Testigo más que cualificado de lo acontecido en estos cuatro decenios de Autonomía en Canarias, Pepe Alemán desveló sus “sospechas en lo que toca a estos premios, pues pienso que responden a la necesidad de acabar con los restos del viejo enfrentamiento de las dos capitales provinciales canarias, de la que ninguna sacó provecho. Porque fueron penosas y muy negativas las consecuencias de aquella batalla de Las Palmas de Gran Canaria contra Santa Cruz de Tenerife o viceversa”. También cree que “la idea de estos Premios de Canarias brotó del magín de Jerónimo Saavedra (primer presidente del Gobierno de Canarias)”, y que “no actuó por capricho ni por estímulos distintos a la necesidad de crear referencias que fueran rebajando tensiones y antipatías”, sino que “sabía bien las cabras que guardaba y lo que él llevaba en el zurrón”.

“Pero volviendo al ya viejo conflicto, no oigo hablar en Las Palmas ni para bien ni para mal, y si alguien saca el asunto en una tertulia suelen espetarle ‘déjate de decir boberías’. El asunto no interesa. Me dicen por otro lado que en Tenerife ocurre algo parecido, que la destructiva rivalidad ya recoge velas, de lo que me alegro”, detalló Alemán. No olvidó a la Universidad de La Laguna por “la empatía” generada en canarios llegados desde todas las Islas a sus aulas al tratarse de la única existente en Canarias antes de crearse la de Las Palmas de Gran Canaria.

En su intervención, el periodista citó también a otros ilustres, como Antonio González Viéitez, pero lo mejor llegó al recordar la presentación de Los Sabandeños en el Teatro Cuyás de la capital grancanaria, a finales de los 60 del siglo pasado. Así, explicó que el histórico líder de la formación tinerfeña, Elfidio Alonso, no las tenía todas consigo por ciertas estrofas sobre Guanarteme, pese a que le aseguraban que sus temores eran infundados. Así fue: lejos de molestar, la estrofa en cuestión fue recibida con risas por el respetable.

Tinerfe Fumero Diario de Avisos

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