Tras una primera fase con un nivel general aceptable -salvando excepciones- en la que Burlonas destacó junto a Trapaseros arrancó la segunda cita carnavalera, en la que el público, algo menos abundante que en la noche del lunes, pudo disfrutar de La Sonora, Marchilongas, Sofocadas, Mamelucos, Ni Pico Ni Corto, Triqui Traques y Diablos Locos, por orden de actuación.

A las 20:30 horas arrancaban los acordes de la telonera Distraídos, segundo premio de interpretación en el concurso de murgas infantiles, galardón que consiguieron tras 8 años fuera del olimpo murguero. Los de Tana Rodríguez demostraron por qué son dignos ganadores de ese segundo premio y recordaron al público que cuando hay una buena letra el resto son solo florituras.

DIABLOS LOCOS (1970)
Era la 01:10 horas cuando los Trónicos arrancaron con su presentación, empezando así la última actuación de la noche. El recinto, prácticamente lleno, esperó en pie a los ganadores del segundo de interpretación en 2023 para bailar junto a ellos su pasacalles.

Víctor Asensio, más conocido como “El Maestro” fue el encargado de presentar su primer tema: “Encuesta Puñetera Murguera”. Sus primeras estrofas las dedicaron a introducirnos en las encuestas y recordar que el Carnaval de Tenerife es el “mejor con diferencia”. Segunda música y tiraron de la sátira que les caracteriza para hablar del señor que lanzó una piedra a un helicóptero en el incendio forestal. Avanzaba el tema cuando se tornaron más humorísticos para hablar de la encuesta que determina que los canarios son los que menos hacen el amor o la que declaró que Santa Cruz era la ciudad menos educada “si escucho a una murga de Las Palmas yo insulto pero relajado”. Entonces hicieron suyo el papel de encuestadores para criticar la homofobia, el machismo o el racismo y recordar que la sociedad canaria es “poco valiente”. Concluyeron con un mensaje claro: “las encuestas se las inventan para manipular”.

 

En la segunda se convirtieron en La Justiciera, médium y tarotista conocida en Tenerife, para hacer humor. Cogieron entonces la primera llamada: Bérmudez, que quiere saber lo que le espera en la legislatura y le contestan que ven que un espectro le persigue. Salió entonces de la televisión del alcalde una niña poseída: el espectro de Patricia Hernández. Una joya. La segunda llamada la protagonizó un componente de una murga de Las Palmas, lo que utilizaron para arremeter contra los canarios y recordarles que “las murgas de Las Palmas son una imitación”. Y llegó la última llamada, en la que llama una persona con cáncer. Tiraron entonces de corazón para emocionar con su letra en apoyo a los que sufren esta enfermedad y para criticar los recursos de sanidad. El público en pie.

Diablos Locos protagonizó una muy buena actuación que les hizo ser los mejores de la fase con diferencia, aunque tampoco era un reto muy complicado salvo por la hora a la que cantaron. Los trónicos, más críticos en su primero y humorísticos en su segundo, pusieron el broche de oro a la noche y firmaron una gran actuación en la que emocionaron, hicieron reír, levantaron aplausos y conectaron. La esencia de esta murga permanece intacta, y ese es el mayor de los premios.


TRIQUI TRAQUES (1968)
Ver a Emilio Foronda, director de Triqui Traquitos hasta el año pasado, al frente de la Afilarmónica emociona y enorgullece a partes iguales. La adulta que se nutre de su cantera. Su pasacalles, que bailó todo el recinto, abrió paso a sus temas a concurso.

“Estamos en Médium” fue su primera propuesta en la que contactaron con el más allá para contar historias de los que ya no están y hacer justicia. La introducción, algo larga, dio paso al primer mensaje que llegó desde el más allá: “Da igual el tiempo que pase, Canarias sigue igual”, el cuál utilizaron para narrar la situación de los autónomos o criticar el recorte de las pensiones y de la sanidad. Y de ahí a cantar algo que arrastramos del pasado: machismo y homofobia. Pasaron entonces a recordar nombres del Carnaval que ya no están: El Compinche, Tom Carby, Mamá Lala, Berto de Chinchositos, El Suspi o El Cotena, lo que consiguió arrancar algunos aplausos. Concluyeron cantando al carnaval.


En su segundo se transformaron en consejeros. Comenzaron aconsejando al jurado que se aprenda las bases, al nuevo concejal para mejorar el concurso de infantiles o a los expertos murgueros que solo van a criticar que se queden en su caso. Aconsejan también a Caraballero que habilite más escenarios por la ciudad para poder tener actuaciones y al jurado de nuevo, lo que aprovecharon para recordar que Burlonas merecía un puesto más alto en la anterior edición. Se tornaron más críticos para hablar del acoso escolar, la violencia de género o la homofobia. Concluyeron sacando pecho de su murga y de lo que es el Carnaval.

La tribu carnavalera mejoró respecto a la anterior edición. Sonaron bien y tuvieron buenas ideas para sus dos temas, aunque pudieron haberlas exprimido mucho más. Tuvieron momentos de conexión con el público y buenas estrofas, pero también falta de dicción en algunas partes. Sorprendió su mejoría y aprobaron su actuación, que fue completamente crítica, dejando atrás el humor que en un pasado les caracterizó.

 

NI PICO NI CORTO (1973)
Los de El Toscal llegaron con Yeray Lorenzo, murguero por antonomasia, a la cabeza. Estrenaron pasacalles y, para el que es murguero como el que escribe estas letras, el “Paseando por las calles del Toscal” se hizo necesario. Menos mal que lo cantaron en su despedida.

Para presentar su primer tema “Los talentos canarios” comenzaron nombrando a diferentes artistas canarios, pero la presentación fue interrumpida por un agricultor canario, una camarera de piso y un autónomo. El desarrollo de su letra empezó dándole voz al agricultor canario y sus reclamos. Pasaron entonces a servir de altavoz para el autónomo canario y la cantidad de impuestos y gastos a los que deben hacer frente. Siguieron reclamando derechos laborales para los canarios que trabajan en el sector hotelero. Concluyeron cantando a la pobreza de los canarios.

En su segundo arrancaron arremetiendo contra la subida de precios para seguir criticando el modelo turístico de las islas y el olvido del gobierno a los palmeros. Volvieron entonces a criticar el turismo para nombrar lo sucedido en el incendio forestal. Siguieron pidiendo la dimisión de los políticos que no cumplen sus promesas como Rosa Dávila y las colas del Norte. Concluyeron poniendo de relieve la necesidad de denunciar los problemas reales de Canarias: la gestión de la sanidad, el problema de vivienda o las listas de dependencia.

Llevan desde 2018 sin pasar a la final y, tras lo de esta noche, da la impresión de que no va a llegar pronto ese codiciado pase. ¿Lo único bueno? La elegancia y saber estar de su director, alguna estrofa que pudo escapar del batiburrillo y su despedida: “chicharrero de corazón”.


MAMELUCOS (1980)
Móviles en alto por todo el recinto -bastante más lleno que al inicio- para grabar la entrada de los de la Casa del Miedo, y es que sus espectaculares presentaciones se han convertido en una de sus grandes señas de identidad. No defraudaron en su inicio, que dio paso a su himno carnavalero: “Por siempre Santa Cruz, por siempre Mamelucos”.

Carlos González, que se estrena en la dirección, presentó “El don de la palabra”, primer tema a concurso en el que comenzaron cargando contra el canarión, la censura al hablar de la monarquía y la clase política. Y solo han introducido el tema. Empezaron entonces enumerar diferentes eufemismos como “guerra de Ucrania” para hablar de “invasión”. Y siguieron homenajeando a Manolo Vieira y a los humoristas canarios por utilizar la palabra para hacer reír. Y de unos artistas a otros, sus padres, a los que también cantaron tirando de emoción. Se tornaron más críticos para para reivindicar lo que es una murga: “letra, letra y letra”.

En “cantamos sus problemas desde dentro” se pusieron en la piel de los empleados públicos para criticar sus condiciones laborales. Tras presentar el tema una sanitaria en las pantallas del recinto con la cara pixelada contó en primera persona su problema, lo que dio paso a un “rajazo” a la sanidad pública y las condiciones de los sanitarios: guardias, turnos de 24 horas y falta de recursos. Un policía local en las pantallas para presentar su segunda crítica: el estado de la comisaría de 3 de Mayo, la falta de personal o el estrés laboral. Llegó el turno de los bomberos: falta de medios y crítica a la gestión del incendio forestal. Concluyeron reivindicando el valor de los funcionarios.

No es la primera vez que pasa: el descenso a segunda B del Tenerife, la caída del muro de Berlín, la desaparición de Queen… Son cosas que suceden. Se confirmó el cierre de ciclo de Mamelucos con una actuación que, sin ser algo que debamos olvidar, se tambaleó en voces, letras, intención y fuerza -siempre haciendo la comparativa con el nivel al que acostumbraban- ¿Lo mejor? Que pese a los tropiezos siguen en pie y con el orgullo Mamel más fuerte que nunca. Les toca seguir trabajando por volver a hacer brillar lo que son: un murgón.


SOFOCADAS (2022)
Segundo año en concurso para la adulta de Sofocados, que llegó para superarse a sí misma y ganar un hueco en la final -el año pasado quedaron novenas-. Vinieron desde María Jiménez para sorprender con una escenografía y unas voces dignas de un musical en su presentación. Qué bonito. De ahí a su pasacalles.

“Las felinas han llegado” fue su primera propuesta. Comenzaron presentando a su colonia de gatas para arremeter contra la plaga de ratas de Santa Cruz y reivindicar más cuidado y limpieza para los barrios. Pasaron entonces a presentar a los miembros de su grupo: Zerola -que reparte loterías y se llena los bolsillos- o el concejal de Fiestas. De ahí a pedir solución para la migración y pedir empatía para los que llegan a las islas tirando de ingenio y utilizando frases hechas como “gato por liebre” o “gato encerrado”. Las gatas también leen la prensa y comentan noticias: crítica a la amnistía, Rubiales, la saturación de las urgencias hospitalarias o las ayudas de La Palma, que no llegan. Concluyeron con la ley del maltrato animal para reclamar mayor cuidado y que no abandonen a los animales.

En su segundo arrancaron presentando su lista de la compra para criticar que en las islas tenemos la cesta de la compra más cara de España, lo que aprovecharon para criticar a Coalición y al gobierno de Canarias. Tiraron entonces de ironía para ir presentando productos, que emparejan con personajes: Petit-suisse para Bermúdez o Frito-Lays para Bolorino. Engancharon de nuevo con los precios de la compra. Al ir a por el agua recordaron la falta que nos hizo el año pasado para el incendio forestal y homenajearon a los que “arriesgaron su vida para salvar mi monte” para seguir arremetiendo contra la falta de cuidado del sector primario en las islas. Concluyeron hablando del bajo nivel adquisitivo de las familias y criticando a la clase política: “Basta ya”.

El año pasado lo demostraron y este año lo recordaron: esta murga promete y será una grande del Carnaval. Con montaje musical de David Padilla sonaron muy bien de inicio a fin. Sus letras tampoco defraudaron. Originales, críticas e irónicas plantearon dos buenos temas, aunque el primero fuera algo mejor que el segundo, que fue algo repetitivo en cuanto a contenidos.


MARCHILONGAS (1987)
La decana femenina del carnaval volvió celebrando su 35 aniversario -por las 2 ediciones en las que no participaron- y derrochando originalidad en su entrada, para la que montaron un tablao flamenco carnavalero utilizando la canción “una rosa es una rosa” de Mecano. Presentaron así el disfraz de flamencas de Josua Sánchez, uno de los más bonitos del 2024, para pasar a su archiconocido pasacalles.

En su primer tema comenzaron haciendo referencia a lo relativo que es el paso del tiempo para comenzar a rajar sobre las colas del norte, las listas de espera “se te pasa la vida y te desesperas” o el tiempo que puedes pasar esperando por la ayuda a la dependencia. Entonces llegó lo mejor de su tema, Comenzaron a jugar con el tempo de su canción para narrar el día a día de una marchilonga, pasando por el momento de despertar, el corre corre por llegar a dejar a los niños en el cole e ir al trabajo, el momento en el que llegan a la murga después de toda una tarde corriendo y cómo vuelven a correr porque al niño se le olvidó la cartulina, todo esto cambiando en cada estrofa el ritmo de su tema. De ahí al tiempo en el carnaval: el que han esperado para tener un local, el que pasa mientras esperan para empezar la cabalgata o el que tuvo que pasar para que las femeninas fueran premiadas. Concluyeron con un mensaje claro: vivamos el presente y aprovechémoslo.

En su segundo “si no lo digo, te juro, reviento” comenzaron avisando al público de lo que se venía: crítica a saco. Comenzaron con crítica social hablando de los sueldos, la subida generalizada de los precios y el nivel adquisitivo de los canarios. Siguieron narrando la condena a la que se enfrentan a los mayores en las residencias, lo hicieron comparando a un preso y una anciana: “Él roba pensiones y a ella le roban la pensión”. Pasaron a criticar la edad de jubilación, el paro, las promesas incumplidas de los políticos, la salud mental y la gestión de la sanidad pública. Concluyeron sacando su orgullo de pertenencia a Marchilongas por su 35 aniversario: “35 años sin miedo cantando a esta grada”.

Mejoraron musicalmente respecto a la anterior edición y sonaron correctas. También hicieron méritos en sus letras, cargadas de contenido crítico -marca de la casa-, un hilo conductor claro en ambas canciones y una buena estructura. No hubo florituras ni parafernalias, solo fueron murga. Costó entenderlas en momentos puntuales, pero en este 35 aniversario pueden estar orgullosas de haber protagonizado su mejor actuación en años.


LA SONORA (2020)
Los de Carlos Estévanez afrontaron su tercer concurso con la ilusión de ganarse un puesto en la final, tal y como consiguieron en 2020, año de su fundación. Pese a que el año pasado no llegaron a la cita murguera por excelencia, hacen méritos por convertirse en una murga de cabecera. A ritmo de la BSO de El Gran Showman dedicaron su presentación a la televisión, motivo del carnaval y su fantasía.

En “Obsolescencia programada” comenzaron criticando la fecha de caducidad de todos los productos, para lo que recordaron la ropa -que antes pasaba del hermano mayor al menor y ahora en un lavado se estropea-, al igual que pasa con los coches. “Es el gran problema del siglo XXI” cantó la murga. Engarzaron entonces con lo poco que dura el amor y el ser virales en redes sociales. Pasaron a hablar de carnaval para criticar que ya caducaron los precios de la feria, las orquetas -ahora dj-, la inocencia en el carnaval de día. Concluyeron con cosas que se quedaron obsoletas: el racismo, la homofobia, el fascismo o el político que no cumple sus promesas.

En su segundo: “Un evento en riguroso directo”, se presentaron como realizadores de televisión. En las pantallas del Recinto un vídeo previamente grabado en el que van a buscar a la gente que se fue a la cantina cuando empezaron a cantar para subirlos al escenario y que vivan lo mismo que ellos. Pasaron entonces a criticar la elección que se hace de los tuits que se van leyendo en directo durante el concurso a las murgas. Giro de guion para pedir que se cuide nuestro carnaval, reivindicar apoyo a la “Fufa” o a las murgas infantiles. Fuera luces para “conectar en directo” con la murga infantil El Cabito, que canta parte de su repertorio para todo el recinto. Sigue el tema adelante y vuelven a parar para aplaudir a las infantiles. Concluyeron “regalándole” el final a las aficiones, a las que homenajearon.

Fueron de más a menos. Comenzaron tirando un tema ligero, pero bien planteado e hilado, en el que faltó algo más de contenido para terminar de convencer. En su segundo, que prometía, les faltó una ejecución un poco más cuidada que hiciera brillar la canción. Pese a tener momentos buenos en su actuación como cuando fueron a buscar a la gente a la cantina, faltó cuidar más la ejecución de las ideas y más contenido en sus letras.

Joel Ojeda Ramos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *