Por exótico que parezca un carnaval alejado del mes de febrero, la hemeroteca nos recuerda que no es la primera vez que Santa Cruz de Tenerife celebra sus llamadas fiestas de invierno en el transcurso de otra estación diferente. Hace algo más de dos décadas, en el año 2000, la ciudad acogió un Carnaval en plena primavera.

Ese sí fue el primero de la historia que se escapó de los meses de invierno. Y el de este año, que empezó el 3 de junio en primavera, y va a terminar ya en verano, es el segundo.

¿Y cuál fue la razón de aquel carnaval 40 días después de la Semana Santa en lugar de 40 días antes como es lo habitual? Pues por suerte no fue otra pandemia: en el año 2000, la ciudad fue designada Capital Mundial de los Carnavales y por eso, ¡no hubo uno sino dos! La fiesta, que había tenido su tradicional celebración invernal, volvió a ponerse el antifaz para salir a la calle en mayo… Eso sí, como ocurre en esta edición de 2022, aquel llamado “Carnaval Internacional” concentró sus bailes durante un único fin de semana.

Las noches elegidas fueron el viernes 26 y el sábado 27 de mayo. Y había ciertas dudas sobre cómo respondería la ciudadanía ante un carnaval a destiempo. Cuando empezaron a tocar las orquestas en el escenario de la plaza de España el viernes por la noche, los termómetros marcaban 21 grados. Quedaba claro que las fiestas de invierno se habían convertido en casi veraniegas. Pero la acogida fue extraordinaria. A una noche de viernes para el recuerdo, le siguió otra, el sábado, que desbordó todas las previsiones. Cuatro orquestas y un jovencísimo artista venezolano llamado Carlos Baute pusieron la música en vivo y decenas de miles de mascaritas se congregaron en las calles chicharreras aquella última madrugada del mes de mayo.

UN COSO DE SÁBADO
Entre los actos de aquellos carnavales de primavera encontramos un Coso Apoteosis celebrado, también de forma extraordinaria, durante la tarde del sábado 27. En esto también hay paralelismos con el Carnaval 2022, con varios de sus actos centrales cambiados de día. Por ejemplo, la Gala de Elección de la Reina, que este año ha pasado a organizarse un viernes, o el entierro de la Sardina (o “del Covid”, como ha acabado llamándose), que se ha reubicado en la noche del jueves.

Aquel coso sabatino contó con representación de otros carnavales canarios, españoles y extranjeros. Y logró exhibir músculo con el desfile de las murgas chicharreras, las rondallas, las agrupaciones musicales y, sobre todo, las comparsas y las reinas rodeadas de sus cortes de honor. Los tickets para las 5.000 butacas costaron 300 pesetas y miles de personas se agolparon, sentadas o de pie, en los márgenes de la avenida de Anaga.

CONVENCIÓN EUROPEA
Pero aquel Carnaval Internacional incluyó también una serie de actividades durante toda la semana. Para empezar, Tenerife acogió la celebración de la XX Convención de la Federación Europea de Ciudades del Carnaval, con la participación de casi 200 representantes de 25 países, entre ellos, Italia, Croacia, Finlandia, Rusia, Portugal, Países Bajos o Alemania. Y no solo llegaron desde el viejo continente: la cita contó con delegaciones de los carnavales de Barranquilla (Colombia) o de Río de Janeiro (Brasil). También, el centro de arte La Recova ofreció una muestra dedicada al Carnaval. Entre el material expuesto, podía encontrarse instrumentos de pulso y púa, trompetas clásicas de murgas, tocados de comparsas e incluso detalles procedentes de Aruba o Chipre. Otro detalle que sirvió para conmemorar aquella cita fue la puesta en circulación, en toda España, de 50 millones de unidades de un sello específico de Correos, con el nombre de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife y motivos relacionados con el Carnaval

Diario de Avisos

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