Manuel Rodríguez presume de haber participado en todas las cabalgatas en las que ha tomado parte la carroza del Club Náutico. «Tengo los 45 disfraces», dice sin ocultar el orgullo que le genera no haber faltado a ninguna de estas citas del carnaval de la capital grancanaria. Por eso, aunque reconoce que estos dos años y cuatro meses sin esta fiesta en la calle se le han hecho largos, tiene claro que «el carnaval tiene que ser cuando es, cuarenta días antes del Viernes Santo».

Y es que asegura que mientras se dirigía con su amigo Miguel Caballero desde el club a Manuel Becerra para reunirse con el resto del grupo, que este año luce la fantasía ‘Oktoberfest’, se percató del poco público que había esperando el paso de la comitiva. «No hay nadie en la calle», se lamenta.

«Hemos llamado a muchos a amigos y se han ido de vacaciones, los niños están de fiesta y se van para el sur…», apunta Miguel Caballero para corroborar la postura de su amigo.

Para Cristina y Alfonso sin embargo esta fiesta de verano ha sido una suerte pues les ha permitido viajar desde Almería para conocer el carnaval y estrenarse en la cabalgata a bordo de una carroza con 12 conocidos. «Hemos venido invitados por amigos canarios y teníamos la carroza, lo han organizado muy bien», explican. «La experiencia está siendo súper bonita», añaden antes de unirse a sus amigos Luis Miguel y Julia para tomar posiciones en su carroza a la espera del arranque de la comitiva.

Gema Quesada, por contra, es toda una veterana del carnaval, pues «participo activamente con mi grupo, Amanecer Rociero». Precisamente con buena parte de los cuarenta integrantes que lo componen toma parte este sábado en una cabalgata que esperaba «con muchas ganas después de dos años».

Por eso estaba encantada de regresar de la mano de su hija, Nagore, con una fantasía en la que «hemos reciclado un poquito pero también hemos metido cosas nuevas, porque la pandemia ha hecho estragos».

Nelson Sánchez tampoco se pierde una cabalgata y reconocía que «esta espera se me ha hecho muy larga». Este maestro de escuela de Los Tarahales va con su grupo de amigos, todos ataviados de lo mismo. Este año tocó de novia pero van variando. «Cambiamos pero intentamos reírnos igual», apunta antes de hacerse una foto con ellos.

También en grupo van Juan Gustavo Brannerud, Javier Romero, Miguel Martell y Javier Romero. Ellos con un disfraz de cupido conseguido a última hora pues «los pedimos por internet», llegó este viernes a Madrid y se los trajeron este sábado a la isla.

Confeiesan que son habituales de la cabalgata y tenían «muchas ganas de volver», minutos antes de que la comitiva -que encabezaban la reina, la gran dama, Drag Vulcano y sus respectivas cortes- arrancara cinco minutos sobre las 17.00 horas previstas para iniciar un recorrido que resultó mucho más ágil que en citas anteriores.

Una circunstancia que vino propiciada, además de por una menor presencia de espectadores, porque el habitual centenar de carrozas se quedó en 74 y porque los grupos del carnaval no tomaron parte de la comitiva.

Todo ello contribuyó a que esta cabalgata se convirtiera en un desfile exprés en el que la cabecera llegó a San Telmo sobre las 19.30 horas, solo dos y media después de su salida, tras recorrer Juan Rejón, Albareda, León y Castillo, Presidente Alvear, de nuevo León y Castillo y Bravo Murillo, pulverizando las previsiones.

Justo a esa hora entró a Santa Catalina la última de las carrozas, que completó la ruta a las 21.25 horas. Un desfile inusual por la estación y por lo descafeinado que resultó para quienes llevaban 28 meses esperándolo.

Rebeca Díaz Canarias7

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