“Era el Carnaval de 1991 y no tenía ganas de salir, nunca he sido mucho de carnavales. Eran como las 22:00 horas y estaba con unos amigos, todos admiradores de U2, tirados por fuera de Galerías Preciados. Entre todos intentábamos animarnos, hasta que vemos pasar a un grupo un poco estrafalario, llamaban la atención porque no iban disfrazados, aunque tampoco iban vestidos como gente normal. Algo no cuadraba”. Así comienza el relato de Antonio Hernández Salinas, probablemente de los primeros tinerfeños en percatarse de la presencia de la banda irlandesa en el Carnaval chicharrero.
Justo esta semana se cumple el 30 aniversario de aquel paseo que agitó a la isla y que escribió un curioso capítulo en la historia del Carnaval, una singular visita que, además, quedó plasmada en la portada del disco Achtung Baby y en el videoclip Even Better Than The Real Thing, con decenas de imágenes de los músicos disfrutando de la fiesta y de los paisajes isleños.
Fue uno de los amigos de Antonio el que dio la voz de alarma: “¡Qué tío más parecido a The Edge!” (Dave Howell Evans, guitarrista de U2). “En seguida nos dimos cuenta de que no solo era el guitarrista, también iba con ellos Bono, Larry Mullen y Adam Clayton”, continúa Antonio, que para aquel entonces tenía solo 16 años y un grupo de rock que comenzaba a dar caña en la capital chicharrera. “Tuvimos la sensación de que todo se transformaba y que no podíamos distinguir si aquello era un sueño o la realidad”. Entre pellizcos y saltos de emoción, se acercaron a los miembros de la banda, que andaban tranquilos por la calle de El Pilar. “Lo primero que nos sorprendió fue lo bajitos que eran”, rememora. En ese momento se apoderó del grupo de amigos el espíritu fan y, entre nervios y risas, buscaron como pudieron servilletas y bolígrafos para pedir autógrafos, que atesoran todavía hoy.
Bono, Larry, Adam y Edge bajaron toda la calle de El Pilar y cruzaron hacia la sede principal de CajaCanarias para cenar en un restaurante ubicado en el lateral de la plaza del Patriotismo. “Nos quedamos por fuera de aquel asador vasco, alucinando por lo que acababa de pasar, no nos lo creíamos. Ahí empezó la locura: teníamos que intentar sacarnos una foto, pero no teníamos ninguna cámara a mano, menos en aquella época, nadie llevaba una al Carnaval”.
Para hacerse con el preciado tesoro -una instantánea con sus ídolos-, los jóvenes tinerfeños se embarcaron en una odisea para conseguir a un fotógrafo. “No recuerdo cuánto le ofrecimos a aquel hombre que nos sacó la foto, quizá fueron más de 5.000 pesetas, era todo lo que teníamos”, revela. Tres horas después salió del restaurante Adam Clayton y poco a poco fueron sumándose el resto de los músicos. “Pude decirle al batería que era mi ídolo, eso es impagable”.
“Fue una experiencia increíble. Ellos alucinaban, eran estrellas mundiales del rock, pero no esperaban encontrar a tantos seguidores en la isla”. Tras la foto, la banda se une al Carnaval chicharrero, pero en seguida se comienzan a aglomerar curiosos y fanes. “Tuvimos que irnos, pero aquella noche ninguno de nosotros pudo dormir, ese momento nos condicionó, nos marcó”, concluye.
Poco más se pudo saber de la banda hasta el miércoles, cuando las calles se despertaron de la resaca del Carnaval de calle. Fue en ese momento cuando saltó la noticia de que seguían hospedados en el Hotel Mencey. “Se comenzaron a montar follones a las puertas del hotel y yo estuve allí, como no iba a ser menos”.
Disfrazados para pasar desapercibidos
Fue hace justo 30 años, cuando la banda irlandesa estaba en su máximo después del éxito de The Joshua Tree, uno de los álbumes más vendidos de la historia, más de 25 millones de copias. Estaban preparando otro disco con el que dar un vuelco a su carrera aprovechando la nueva década, con un tono más oscuro y un sonido con influencias electrónicas e industriales. Estaban preparando Achtung Baby, una de sus obras maestras.
Querían romper con todo lo anterior y para eso reservaron una suite en el Hotel Mencey, al lado del céntrico parque García Sanabria, decididos a pasar la semana de carnaval en la isla y grabando videos y tomando fotos para su nuevo trabajo, para el que buscaban una imagen más colorida que los anteriores. Aunque también hubo tiempo para disfrutar de la fiesta en la calle.
Estuvieron del 9 al 16 de febrero en un viaje que, en un principio, era totalmente de incógnito, o por lo menos en eso insistía su mánager Paul McGuinness, que puso todos sus esfuerzos en que la estancia de la banda en la isla pasara inadvertida no concediendo ninguna entrevista ni sesión fotográfica a la prensa.
Y así transcurrieron los primeros días. Solo algunos fans de la banda los reconocían y Bono y los suyos aprovecharon para disfrutar de los carnavales y posar junto al mítico Trabant que luego se convirtió en la imagen de la gira en lugares como San Andrés, Las Teresitas o la Avenida de Anaga.
No fue hasta el martes 12 cuando se empezó a publicar en la prensa local la noticia de que los miembros de U2, quizás la banda más famosa del mundo en aquel momento, estaban pasando unos días en la isla y se mezclaban durante las noches de carnaval entre la multitud. A partir de ese momento comenzaron las guardias de los fans a las puertas del Hotel Mencey y a Bono no le quedó otro remedio que bajar para firmar autógrafos. Ya solo pasarían desapercibidos disfrazados, algo que sorprendió al propio Bono: “No esperábamos tener tantos seguidores aquí”.
Solo Bono concedió una entrevista
También la prensa de la isla comenzó a seguir al grupo en busca de una entrevista. Acabaron concediendo tan solo una, a José Antonio Pérez, que por aquel entonces trabajaba en la emisora de la Cadena SER Radio Club Tenerife y que, tras una llamada de atención de su jefe por no haber conseguido una entrevista con la banda respondió: “¿Tú te crees que entrevistar a U2 es como entrevistar al Fary?”.
El periodista se tomó como un reto personal conseguir la entrevista con la banda. Cuando se enteró de que estaban grabando en la Avenida de Anaga, muy cerca del estudio, fue junto con otro compañero y un casete hasta la zona, que ya estaba repleta de periodistas y fotógrafos que la única respuesta que tenían por parte del mánager era un no rotundo. “Estuvimos a punto de abandonar hasta que me decidí a ir solo a soltarle un rollo al mánager”, bromea Pérez, al que le permitieron subir en el bus que la banda usaba de camerino junto con su compañero y el fotógrafo del Diario de Avisos Sergio Méndez, que sacó la única imagen del encuentro.
Al poco tiempo apareció Bono, muy alegre y con uno de los típicos vasos de cerveza con el logo de Dorada en la mano. Les ofreció a los periodistas y charló con ellos durante un rato sobre lo mucho que le gustaban los carnavales y lo bien que lo estaban pasando en Canarias, a la vez que repetía en perfecto castellano que había muchas “chicas bonitas”, recuerda el periodista.
“Me dijo que iba a volver pero nunca me enteré”, dice Pérez, que habla de los 20 minutos que pasó con Bono como uno de los momentos más gratificantes de su carrera al ser el único en lograr sacar unas declaraciones al cantante en un viaje que se suponía de incógnito.
Las fotografías y vídeos de Anton Corbijn no solo hicieron posible la portada de Achtung Baby, también del videoclip Even Better Than The Real Thing, donde son protagonistas personajes del carnaval chicharrero y algunas escenarios de la isla, como el antiguo cementerio de San Andrés o la playa de Las Teresitas.
Un nutrido grupo de seguidores de la banda liderada por Bono logró hacerse con el itinerario de Anton Corbijn, en el que escribía datos técnicos y puntos donde se grabaría el videoclip. La calle San Vicente Ferrer, en el barrio de El Toscal, fue uno de los enclaves elegidos, además de la Plaza de la Candelaria. En el documento, que formó parte de un fanzine tinerfeño sobre U2, se puede leer: “En cuanto al estilismo me gustaría ver a la banda con ropa oscura o negra para contrastar con el color anterior (del Carnaval). La sensación deseada es post-Carnaval. El sentimiento de pez muerto o entierro de la sardina, como se dice en Canarias”.
En mitad de la colorida multitud que caracteriza las noches del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, disfrazados y bailando salsa de madrugada, ahí estaban todos los miembros de U2 en 1991. Pasando totalmente inadvertidos salvo para algunos fans del grupo que sí que se percataron de que la ‘mascarita’ que tenían al lado era ni más ni menos que Bono.
De esta visita han pasado 30 años, pero el resultado de esta se puede ver en las fotos que se incluyeron en Achtung Baby o en el propio videoclip de Even better than the real thing, donde se ve a la banda disfrutando de los carnavales chicharreros. Esto además de las fotos que se hicieron junto con aquellos pocos que lograron reconocerlos bajo los disfraces. Hubo incluso un fan que reconoció a Bono comiendo en el restaurante Chino de la Avenida de Anaga y que logró que el cantante le firmase en el propio mantel.
Karen Estévez / Néstor Báez