Esta segunda fase copó con creces las expectativas que sin embargo, en las primera fase no se habían copado. Con una afluencia de público que casi abarrotó el Recinto Ferial en varios momentos, fue el primer concurso del carnaval 2025. Así fue la segunda fase.
Castorcitos (2006)
Con un diseño de Josua Sánchez, colorido y vistoso, los de Daniella Cabrera, que se estrena en la dirección tras el relevo de su padre, abrieron la segunda y última fase del concurso con una presentación de disfraz que certificó que estos espantapajaros venían pisando fuerte. En su primer tema, a través de preguntas, hicieron un popurrí crítico en el que tocaron temas como el apoyo a la cantera, el bulliyng, la prohibición de los perros en la playa e, incluso, el estado de los parques de Santa Cruz. Tanto es así, que el alcalde Bermúdez también recibió su guiño: “Pero ahora siendo papi sí se va a preocupar”.
Tras su primer tema, una avalancha de gente para preparar lo que fue el segundo tema, presentado por la famosa voz del locutor Manoj Daswani: “Castorcitos Futbol Clúb”. A modo de terreno de juego, con árbitra incluida, se encargaron de sacar tarjeta roja a los padres irrespetuosos, proclamar igualdad con la modalidad femenina y reclamar la falta de apoyo a los equipos de Canarias. Cierran con lo más bonito del fútbol y el Carnaval: la unión con sus aficiones. Da gusto escucharlos. Voces unificadas, afinados y con buena vocalización. La fase empieza con nivel.
Sofocados (1984)
Cincuenta y tres jirafas se montaron en el escenario de los Secretos de África para demostrar que la pasión murguera que arrancaba allá por los 80 sigue intacta. De la mano de Paola Tosco, comenzaron con un tema poco hilado en el que a través de retos, piden más actuaciones para las murguitas y cantan al monotema de esta edición: el apoyo a la cantera. Bajo este reclamo, la primera fila salió al frente del escenario y a capella recordó que “sin cantera no hay Carnaval”. Una letra infantil que culmina hablando del trato con cariño a la familia, los amigos y los animales.
Y de repente, llegaron las costureras del Carnaval al escenario en un bonito homenaje que hace de esta idea un tema creativo del que poco se habla. Con humor, tratan esos famosos “cierra el pico” de las modistas que a todos los que alguna vez han participado en el Carnaval les suena. Faltó un poco más de chispa que hubiese potenciado este reconocimiento a todas aquellas personas que, entre retales, agujas, hilos y pistolas de silicona, llenan nuestra fiesta de color.
Pita-Pitos (1995)
“Como no vienen los murgueros, yo tengo mi afición”. Así arrancaban los de Óliver Yanes para presentar su fantasía al ritmo del Rey León y autocantarse el cumpleaños feliz por esos 30 años de trayectoria. Empezaban su primer tema, “El guardián del tiempo”, tapando con una lona negra el reloj del concurso. Las sensaciones eran buenas, una letra infantil que empezó tratando cómo los adultos y los adolescentes no aprovechan el tiempo. Aunque, hacen un parón para homenajear a las madres por su capacidad de hacer tantas cosas a la vez en un solo día. “¿Cómo te dan las horas?”, se preguntan. Y así, llega al escenario un reloj que recorre el timbre del colegio o el tiempo de la digestión en la playa, con guiño a Humberto Gonar, que aún no lo habían nombrado. Terminan recordando a Seth Jiménez, murguero fallecido en Londres en junio, con una moraleja: “Controlar el tiempo, vivir el presente, vivir el momento”.
El sello de Gara García en las letras se nota, sobre todo, por ese enfoque infantil que reivindica que esto es lo que tienen que cantar los niños y niñas. Una tarde en casa de la abuela y un recorrido por diferentes juegos de mesa. Destaca el “Chichapoly” con interacción del jurado incluida, y que aprovechan para criticar la gestión del transporte público o el estado del Barrio de la Salud: “Vale dos billetes nada más porque las ratas se pasean sin descanso”. Aunque al final se pierden un poco las voces, Pita-Pitos concluye con un reclamo a “fuera las pantallas, arriba los juegos”. El final, un clásico de las abuelas: la caja de galletas de mantequilla llena de cosas de la costura. Gustan y sorprenden.
Redoblones (2017)
Con el cartón bajo el brazo tras haber arrasado con los dos primeros el año pasado, llegaba Redoblones de la mano de Joel Arias. No es noticia que las presentaciones de los de El Pirata, y este año nunca mejor dicho, son un reclamo por parte del público. Suenan potentes, a veces de manera excesiva.
Abren su concurso con “Un juicio muy infantil”, puesta en escena incluida que aporta un plus a la actuación. Primero, un juicio a la familia, con guiño de humor al Tik Tok “Son de amores” para criticar a la hermana que no sale de la habitación por estar hablando con su novio. Continúan con juicio a los adultos y lo hacen con un detector de mentiras: no respetar los aparcamientos de movilidad reducida o no recoger las heces de los perros. Arrancan una risa con el momento de “la muela del juicio” para continuar con la presencia de “Super Algodón” porque oye, “el algodón no engaña”. Crítica a la reventa y defensa al respeto en el fútbol infantil.
Las matemáticas llegan al escenario con efectos especiales: luces apagadas y números led que dan entrada al segundo tema. A través de la geometría, critican la educación cuadriculada y reinvidican tener en cuenta las emociones de los pequeños. Continúan con un reproche al encendido de luces de Navidad en La Laguna por el desprecio a los niños de Santa Cruz, recreando en el Recinto uno propio. Tras esto, tocan diferentes temas para terminar por todo lo alto. Sobre el escenario, menores inmigrantes abogando por el respeto y la empatía: “No importa el color. Son solo niños. No son un problema, ni un número ni una ecuación”. Y así, terminan multiplicando el cariño y la amistad para darles su apoyo. Redoblones enamora.
Chinchositos (1988)
Con 22 premios a lo largo de su historia, Chinchositos se subía al escenario para presentar su fantasía: “Amara Nyumbani y su corte festiva, en la sabana africana el carnaval cautiva”. Se les entiende perfectamente porque juegan con la armonía. Con cambios en la dirección musical y en las letras, arrancaron con su primer tema a concurso. Al ritmo de El libro de la Selva, hacen un recorrido por el poblado donde esta tribu vive para revindicar el derecho de los niños y niñas de África a ser felices porque “todos somos iguales con historias diferentes”.
En su segundo tema se convierten en DJ’s por un momento para tratar diferentes temáticas, y así empiezan reclamando la libertad de identidad sexual. Continúan con humor mencionando un episodio típico entre madres e hijos y es esa capacidad que tienen para encontrar todo lo que nosotros no conseguimos. Otro toque de humor fue el del hermano y la novia, también llamada “la loca”, al ritmo de Que Hubiera Sido de Karol G. Finalizan con su despedida para dar paso a la sexta murga de la noche.
Guachipanduzy (1991)
Los de Lara Coello se presentan en los Secretos de África con una fantasía que armoniza perfectamente con el escenario. Este año, cuentan con el apoyo de su adulta, las Guachinquietas, quienes participan en el primer tema a concurso y dedican una parte de la canción a la afición, emocionando al público. Agradecen a los maestros y cierran con un reconocimiento a las Reinas Infantiles, que aparecen en el escenario, mientras las Reinas Adultas y Mayores también son homenajeadas desde el público. Se nota la firma y pasión de Naara Hernández por esta fiesta.
“Pa valiente yo, así que hoy afrontamos nuestros miedos” su segundo tema. Una letra que habla sobre los miedos de todos los componentes de la murga: a hablar en público, a la soledad, a los payasos, a las arañas, a los bichos o a que las cosas no salgan bien. También miedo a la oscuridad, que aprovechan para apagar las luces y regalar un aplauso de apoyo. Con el miedo a las marionetas llega un guiño al ya varias veces nombrado “Fe-li-pe”. Miedo al mar y a los espacios cerrados, con crítica al Recinto Ferial: “A la Plaza de España yo me quiero ir”. Y para finalizar, miedo a que la murga suene como una coral “aunque eso da igual”, afirman. Reclaman que son una murga infantil y que el verdadero miedo es que este concurso desaparezca. Gustan, y lo más importante, se les ve disfrutar.
Triqui-Traquitos (1985)
Cuarenta años en el Carnaval cumple Triqui-Traquitos, que se encarga de cerrar la segunda fase del concurso. Con su primer tema, los de Johalet Ramírez reivindican el cuidado a Canarias y la destrucción que el Archipiélago está sufriendo, haciendo hincapié en su naturaleza y mares. Aprovechan para defender a los llamados “generación de cristal”, exponiendo que los jóvenes luchan por el cambio climático, por el respeto a la identidad e, incluso, que han arrimado el hombro en la DANA de Valencia. Primer murga que menciona esto.
En su segundo tema, aparecieron los niños de Peter Pan para tratar temas como la dependencia a las tecnologías o el fracaso escolar. Cierran con un “Hola Don Pepito” y “Hola Don José” con sus grandes referentes, los Triqui Traques. Desde La Noria, historia del Carnaval. Se despiden.
Nayra Villanueva