El pabellón Quico Cabrera de Santa Cruz se convirtió en el escenario de un evento singular: el tercer partido solidario entre murgueros y políticos, organizado por la murga Diablos Locos. La cita, que reunió a un público entusiasta, tuvo como objetivo fomentar la camaradería y la solidaridad, dejando de lado la competitividad habitual del fútbol.
El comentarista de la RTVC, Raúl García, captó la atención de los asistentes con su aguda observación de que, si los políticos trabajaran juntos como lo hicieron en la cancha, Canarias podría ser una potencia mundial. Aunque el resultado final del partido fue de 5-2 a favor de los murgueros, el verdadero objetivo era la diversión y la recaudación de fondos para causas benéficas.
El partido comenzó con un ambiente festivo, donde los políticos, liderados por el exconcejal de Fiestas Alfonso Cabello como portero, se enfrentaron a un equipo de murgueros que incluía a Manón Marichal, conocido por su papel en Singuangos. Entre risas y bromas, los jugadores se esforzaron por hacer de este evento una jornada inolvidable.
El público disfrutó de las jugadas y las caídas, como la del histórico concejal de Fiestas Dámaso Arteaga, quien tuvo un tropiezo memorable. A pesar de que los políticos iniciaron el encuentro con un gol del viceconsejero de Economía, Gustavo González de Vega, pronto los murgueros tomaron las riendas del partido. Ángel Cabrera, director de Zeta-Zetas, destacó con cuatro goles, demostrando su habilidad y destreza en el campo.
El ambiente familiar y la camaradería entre los equipos favorecieron un espectáculo divertido, donde la línea entre la política y el entretenimiento se desdibujó. El comentarista no escatimó en humor, haciendo chistes sobre los jugadores y su vida política, logrando que tanto el público como los jugadores se rieran y disfrutaran del momento.
El partido avanzó con un intercambio de goles y jugadas emocionantes, pero al final, el triunfo de los murgueros se consolidó con un gol en la portería vacía, cerrando así un encuentro que, más allá del marcador, resaltó la importancia de la unión y la solidaridad en la comunidad.
Este evento no solo sirvió para entretener, sino también para recordar que, en el fondo, todos comparten un mismo objetivo: ayudar a quienes más lo necesitan. La murga Diablos Locos y su iniciativa solidaria dejaron una huella positiva en todos los que asistieron, demostrando que el deporte y la diversión pueden ser poderosos aliados en la lucha por una causa noble.