El murguero Airam Dávila Soler invita a las mascaritas a sacar una sonrisa a vecinos, amigos y familiares disfrazándose o poniéndose un detalle carnavalero del 18 al 21 de febrero, respetando las medidas y restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus, que ha impedido la celebración del Carnaval.

No hay Carnaval pero por qué no sacar la basura vestida de Caperucita Roja o pasear al perro con el disfraz de marinerito. ¿Se imagina? Es lo que propone el murguero Airam Dávila Soler para “no olvidar” la fiesta más popular de la ciudad, que este año no se celebrará a causa de la pandemia del coronavirus, que ha dejado ya 60.000 muertos en toda España. El joven invita a los carnavaleros a disfrazarse del 18 al 21 de febrero realizando las tarea más cotidianas, incluida la de ir al trabajo.

El mensaje lo ha lanzado en las redes sociales y afirma que la iniciativa solo busca levantar una sonrisa entre la gente dada la situación que se vive. Airam advierte que la idea “no busca ni fiestas ni jolgorios”, y subraya que todo el que se sume a la propuesta deberá cumplir con las medidas sanitarias impuestas por las autoridades para evitar más contagios. “No hace falta celebrar actos multitudinarios para ponerse un disfraz”, apunta este componente de la murga Los Nietos de SaryManchez para sentir la fiesta.

“Mi nombre es Airam, soy de Gran Canaria y soy carnavalero desde pequeñito. El mes de carnavales para un canario es por excelencia febrero pero este año debido a la situación actual no podemos tener Carnaval ni actos carnavaleros por lo que vengo a proponerles una cosita”. Así comienza el mensaje de este joven, de 33 años, repartidor en una cadena de supermercados de alimentación y monitor deportivo, que desde que nació ha vivido la fiesta de cerca. Su padre, Paco Dávila, fue fundador de la murga Los Chancletas, de la que también fue presidente durante cerca de 30 años.

“Era parada obligatoria; era lo que veía de pequeño, el escenario cohibía pero siempre le echaba cara”, confiesa Airam, que con apenas cuatro años ya estaba en los escenarios como mascota de la afilarmónica, una de las históricas del Carnaval capitalino. Luego, de mayor, participó unos años en la murga pero lo dejó porque jugaba al fútbol y los entrenamientos eran incompatibles con los ensayos; después colaboró otros tantos como extra en las actuaciones cómicas de la agrupación.

El joven, repartidor en una tienda de alimentación, pide responsabilidad a los participantes
En su misiva deja claro que la proposición no busca “ni fiestas ni jolgorios ni es un tipo de quedada. Tan solo viene a trasmitir alegría, ilusión, fantasía y que cada uno saque el Carnaval que lleva dentro”. La iniciativa se haría del 15 al 21 de febrero, cuando se supone sería la semana grande de la fiesta.

“Ya sea para ir a sacar la basura, ya sea para sacar al perro, para ir a comprar a la farmacia o para hacer una videollamada con los amigos o familiares, cada uno que se ponga un artilugio carnavalero; ya sea una peluca, una careta o se disfrace para transmitir esa alegría y esa fantasía que bastante falta nos hace ya que hemos pasado un tiempo raro, extraño, triste. Necesitamos fantasía y alegría en el ambiente”, propone el carnavalero en un vídeo, que ha recibido el apoyo de su murga Los Nietos de SaryManchez, a cuyo director y armonizador conoció hace unos años cuando participó en la carrera de Tacones de Telde.

“Me sentí con ellos como pez en el agua, haciendo disfrutar y reír que es lo que a mi me gusta, sin sacrificios”, afirma el repartidor de supermercado, que confía en que su jefe le permita esos días repartir la compra con algún detalle carnavalero. Y fondo de armario tiene para ello dada la relación familiar con el Carnaval.
Airam Dávila insiste en que su propuesta intenta “fomentar la alegría y que no se pierda la esencia del Carnaval, que no tiene que ver ni con las aglomeraciones ni con el alcohol” como mucha gente piensa y opina de la fiesta al disfrutarse en la calle y tener un carácter multitudinario.

“No hace falta celebrar actos multitudinarios para ponerse un disfraz”, afirma
El monitor deportivo, que ha entrenado a escolares de diversos clubes de fútbol, sostiene que su plan solo pretende “sacar una sonrisa a la vida”, sin molestar a nadie, para que la gente deje por un tiempo la tristeza que el coronavirus ha traído a nuestras vidas.

“No hay maldad en la propuesta, tampoco busco que la gente se reúna en casa, solo quiero que la gente salga de la rutina y olvide todo este tiempo tan triste y raro”, afirma. Y para ello invita a los participantes a que nos hagan olvidar el coronavirus buscando un disfraz lo más alejado posible de la temática sanitaria para dejar atrás durante unos días la pesadilla que desde 2019 sufrimos.

Lourdes S. Villacastín La Provincia - Diario de Las Palmas

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