El maestro carpintero de ribera lanzaroteño Agustín Jordán está inmerso en un emotivo proyecto: la construcción de un bote de cinco metros de eslora que empezó en el año 2011 y que retoma ahora tras el reciente encargo de la Parranda Marinera Los Buches, Medalla de Oro de Canarias 2023.

Se trata de un diseño de embarcación tradicional canaria con la popa cuadrada, proyecto con el que Agustín asegura “sentirse muy ilusionado después de tenerlo tanto tiempo parado”. En su construcción utiliza maderas de pino, acacia y morera. Dentro de unos meses, espera que esté ya en el mar, que “es donde tienen que estar los barcos”.

El bote se convertirá en uno de los símbolos de tradición marinera que llevarán consigo en sus actuaciones Los Buches en los cosos de carnaval y romerías por la Isla, recuperando así uno de los elementos con el que contaban hasta hace unos años.

La Junta Directiva de Los Buches se puso a trabajar en la iniciativa tras las peticiones de sus socios para recuperar una de las enseñas de la agrupación y presentó la propuesta a los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote en busca de financiación. “Nos aprobaron el proyecto y nos lo han subvencionado con alrededor de 14.000 euros. Estamos muy contentos”, explica Machado, presidente de Los Buches.

El Ayuntamiento de Arrecife también ha prestado su colaboración cediendo una de sus naves para que el carpintero de Ribera pueda llevar a cabo los trabajos. El proceso de construcción quedará plasmado en un vídeo, que cuenta con el apoyo de la Concejalía de Cultura.

El nombre con el que bautizarán el bote aún no está decidido y la Junta Directiva llevará el tema a su asamblea para que sean los socios los que lo elijan. La idea es estrenar el bote en los carnavales de 2024 en Arrecife. Tradicionalmente, Los Buches encabezan, en representación del carnaval porteño, los cosos de carnaval y las romerías más importantes de Lanzarote.

A lo anterior se suma el respaldo que Los Buches han recabado del Cabildo de Lanzarote y el Ayuntamiento de Arrecife, además del Gobierno de Canarias, asegura Machado, con el fin de iniciar el expediente para obtener la declaración como Bien de Interés Cultural.

La esencia del carnaval de Canarias
La Parranda Marinera Los Buches celebró este año su sesenta aniversario en los carnavales de Lanzarote. Se estrenó como grupo en 1963 en Arrecife tras constituirse como asociación un año antes para preservar los sones y los bailes porteños de los hombres y mujeres de la mar de la capital conejera. La Medalla de Oro de Canarias 2023 ha reconocido su empeño por mantener el testimonio de las carnestolendas más tradicionales.

Desde finales del siglo XIX hay reseñas sobre la existencia de Los Buches, el antecedente de la actual parranda. El antropólogo francés René Verneau visitó Arrecife en 1880 y relató que «durante el Carnaval, las calles de Arrecife presentan una animación que no hubiese sospechado viendo el silencio de muerte que allí reinaba unas semanas antes. Durante todo el día circulan grupos de mujeres y hombres disfrazados. El vestuario que se usa en estas mascaradas es el de los campesinos, que ya solamente llevan unos pocos viejos. Una careta de cartón completa el atavío. Los que no pueden permitirse el lujo de este disfraz se limitan, como hizo mi criado, a ponerse un pañuelo sobre el hombro o a llevar el cinturón al pecho. A la cabeza de cada grupo va gente de ambos sexos tocando la guitarra y cantando. El resto los acompañan provistos de unas vejigas de pescado enormes, con las que golpean a todos aquellos que encuentren. A cada momento entran en las casas y se ponen a bailar hasta que se les haya servido un vaso de vino o de aguardiente. Desgraciado de aquel que rehuse aceptar esta costumbre. Enseguida asaltarán su casa (…)».

Años más tarde, los intelectuales franceses Louis Proust y Charles Joseph Pitard hablaron de los carnavales y Los Buches como una celebración en la que «todos ocultan la cara cuidadosamente; los ricos debajo de una careta de crin, para que les dure tres días sin que el sudor la haga papilla, los más pobres debajo de una capa de yeso o de hollín».

No hay carnaval sin Los Buches y tampoco sin recibir un sonoro pero indoloro buchazo. El buche, que da nombre a la parranda, es un elemento imprescindible del disfraz de sus componentes. Reproduce la antigua indumentaria campesina compuesta por cintas de diferentes colores, chaleco, montera de lana, pantalón calado y bordado, polainas, ligas, medias, guantes blancos y careta metálica.

Un buche es la vejiga o estómago del pescado que tras un minucioso proceso de secado es hinchado. El declive de la pesca y el aumento de las restricciones en las capturas han llevado aparejadas dificultades para conseguir vejigas, sobre todo, de peces de gran tamaño, hasta el punto de que Los Buches han tenido que ir a buscarlas fuera de Canarias. Cofradías de Galicia y Huelva surten de vejigas de tiburones a la parranda y el tratamiento de secado, hinchado y conservación se hacen en Lanzarote.

A partir del año que viene, ya no solo seguirán brillando con sus vestimentas, característicos sones y buches, sino también con su nuevo bote.

C. P. L. La Provincia - Diario de Las Palmas

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