La anunciada suspensión del carnaval 2021 era previsible, por la situación que deja la tercera ola de la COVID. Aun así, las empresas y grupos carnavaleros se lamentan de lo que esto supone en pérdidas económicas “sin precedentes”.

La mercería El Kilo Los Frailes, que regentan Juan González y su familia, calcula en más de 10.000 euros la reducción de ingresos que ha sufrido el establecimiento ante la cancelación de estas fiestas este año. “Apenas hemos vendido telas, no hay pedidos ni casi movimiento en estas fechas, cuando en el inicio del año suele haber mucho trabajo por los preparativos para los disfraces” indica González.

Estos días “nadie está confeccionando trajes, así que no se vende casi nada”, reconoce este comerciante. “Se notó ya desde el otoño pasado. Recogemos encargos con antelación y este año ya lo hemos dado por perdido, ya que nosotros vivimos del carnaval y otras fiestas, como el Día de Canarias”, afirma el dueño de El Kilo.

A estas pérdidas, se une el cierre turístico: “Si los hoteles están cerrados, no se venden materiales ni complementos para los grupos que realizan actuaciones musicales en los alojamientos, ni para las actividades de animación, así que estamos sobreviviendo gracias a nuestros clientes fieles, que compran hilos y otros elementos de poca envergadura”, explica Juan.

En la misma situación se encuentra la costurera Noelia Vera Rodríguez, de Puerto del Rosario, que diseña los trajes de la murga Chiquirrompis, fundada y dirigida por la conocida carnavalera Nazaret de León.

Para Noelia, esta cancelación festiva está llevando a la quiebra a muchos profesionales que trabajan para las fiestas. “Suelo coser los trajes de la murga infantil y los de algunos grupos y, también, hago arreglos para las fiestas en los colegios, así que, en estos meses, puedo dejar de ganar el salario de medio año, entre 6.000 y 8.000 euros”, se lamenta Vera.

“Es mejor no pensarlo”, añade, aludiendo a la situación actual, que nunca hubiera imaginado en este sector emblemático. “En los últimos meses he tenido algunos encargos de trajes de comunión, ya que, aunque sin celebración, ha habido comuniones, y de algún vestido de novia, pero a estas alturas, otros años estaba también confeccionando trajes de flamenca para la feria de abril que celebran los hoteles. Esta vez, está todo parado”, resume.

“Ya contamos con que este año va a ser malo. Si yo no tengo trabajo, es que nos está afectando a todos los eslabones de la cadena, desde los comercios a las costureras, diseñadores, orquestas, la hostelería, maquilladoras, peluquerías, iluminación, sonido, catering y otros muchos sectores”, repasa Noelia.

“En mi caso, dejé la máquina de coser y me puse a trabajar en otra cosa. Me imagino que en la misma situación que yo estarán otras muchas personas que se han visto obligadas a buscar alternativas para ganarse la vida durante la pandemia”, desvela la modista.

Un paseo con el disfraz

Los grupos carnavaleros de toda la vida de Puerto del Rosario entienden, por su parte, la cancelación de todo el programa festivo, pero proponen que los carnavaleros luzcan un disfraz los días señalados en el calendario, como el martes de carnaval, para recordar que esta fiesta se siente y forma parte de la cultura e identidad del pueblo canario.

“Queremos ser muy respetuosos porque entendemos que la situación es muy complicada. Somos padres y tenemos que dar ejemplo, pero creo que, sin hacer un llamamiento a la fiesta, cada uno puede salir a la calle libremente y lucir ese día en un paseo o almuerzo un disfraz, para recordar que es martes de carnaval”, explica Israel Soler, conocido por sus disfraces con su grupo carnavalero.

“Si no estamos confinados y los datos se mantienen estables, no ofendemos a nadie recordando que es carnaval”, sostiene el murguero, que añade que “el humor y la alegría es una forma de vida y ayuda a superar muchos problemas”.

A pesar de que entienden que el carnaval es “convivencia, grupo, compartir risas, ideas, y muchas cosas que justamente en este momento no se pueden hacer, intentaremos, al menos, recordar que esto pasará pronto”, indican.


Soler y Chacón, en su local.

Un museo de disfraces

El local del grupo de David de León (hijo del histórico carnavalero Domingo de León) y los hermanos Soler se ha convertido en un museo. Enrique e Israel Soler, el creativo David de León y el diseñador Silvestre Chacón conservan en este almacén numerosas alegorías y restos de trajes premiados en las últimas dos décadas.

Sarabia: “Solo nos queda tener paciencia y cuidarnos para volver en 2022”

“Llegamos a sacar tres o cuatro vestuarios en una misma edición, en actos diferentes, como el pregón, la verbena del martes de carnaval, la cabalgata o el entierro de la sardina, para lo que se necesita un buen ropero y mucho arte”, subrayan.

Israel Soler recuerda que el grupo se inició con David y la gente del barrio, hace treinta años, “de los inicios ya no nos queda nada, pero de los últimos 25 años hemos guardado bastante”. Al grupo se unieron posteriormente Germán Suárez, Silver, Pancho, Oswaldo y otros, hasta completar la docena de componentes.

“El recuerdo de la fiesta era una foto para la historia”, rememora Soler, aludiendo a que siempre se llevaban algún premio del concurso de disfraces. “Cuando no nos lo daban era porque llegábamos tarde al concurso, ya que llevamos trajes muy aparatosos y salimos tarde del local”, recuerda.

“No conservamos todo porque solemos reciclar. Después, nos hemos arrepentido de no haber guardado una unidad de cada disfraz memorable, como el de elefante con la trompa, del que, al año siguiente, salieron las famosas cigüeñas. Asimismo, los rejos de los pulpos se transformaron en otros disfraces.

Sí quedan, en cambio, “aparcados en el sótano”, “algunas motos, barcos piratas, unos coches de gánster, todo hecho a partir de carros de supermercado, que ahora están en un rincón”, describe Israel. El grupo tiene cientos de medios disfraces, de restos de atuendos de diferentes etapas en murgas y mucho vestuario individual.

Canciones antiguas

Las familias murgueras lamentan que este año la fiesta pase de largo en el calendario. Por ello, homenajearán a Don Carnal, viendo actuaciones de años anteriores, cantando letras memorables e, incluso, componiendo nuevas letras para el próximo año, labor que ya han comenzado. “Es lo único que nos queda porque este año no puede ser”, se lamenta Nazaret de León. Será el primero de su vida en el que no se disfrace. Solo le resta coger fuerzas y energía para que el próximo año la murga infantil suene por todos los escenarios y poder vivir los actos de siempre con alegría.

La conocida carnavalera es también directora del colegio Millares en la capital y asegura que el 12 de febrero “será un día triste” en los centros, sin las fiestas de mascaritas. “Si se puede, pondremos un muñeco disfrazado para recordar este día tan divertido, con muchas actuaciones, batucadas y con la implicación de toda la comunidad, que acude al centro con sus disfraces. Cantamos, bailamos y desfilamos. Esos son los días que se quedan grabados para siempre”, sostiene la maestra.

Por otro lado, ante el aumento de contagios en la Isla, el concejal de Festejos de Puerto del Rosario, David Perdomo, anunció el mes pasado la cancelación de todo el programa festivo y pidió responsabilidad a la población para acabar con la pandemia.

Ante esta situación, la Federación Insular de Murgas Majoreras difundió ciertas medidas como la suspensión de los ensayos o cantos, proponiendo en su lugar una iniciativa digital para que las formaciones suban a las redes sociales antiguas canciones de su repertorio y revivir así las emociones, letras y anécdotas de ediciones anteriores, aunque sea a través de las pantallas.

Eso les permitirá volver a tararear los himnos para evitar que se olvide el espíritu murguero. Para Ayose Sarabia, director de la murga Los Gambusinos la cancelación es “muy triste” porque la murga “se lleva en el corazón, pero no se puede”, insiste. “Lo tenemos que entender y solo nos queda tener paciencia y cuidarnos para poder volver al escenario el próximo año, donde somos felices cantando, arropados por el público”, reflexiona.

Pequeñas actividades lúdicas y de animación con temática carnavalera se organizarán este mes en diferentes centros culturales de los pueblos y barrios de Puerto del Rosario, siempre bajo el cumplimiento estricto de la normativa anti-COVID, para cada actividad y localización.

Los pequeños pueden apuntarse y aprender a hacerse su antifaz, mascarita, maquillaje y adornos, durante la semana festiva en los colegios. En concreto, se celebrarán los días 15, 17, 18 y 19 de febrero, en horario de mañana de 9.00 a 13.00 horas, en los centros culturales de Tetir, Tesjuate, Puerto Lajas, El Matorral, La Asomada o La Charca, entre otros.

Las actividades se incluyen dentro del programa de Formación en Alternancia con el Empleo (PFAE) Animando Puerto, que el Ayuntamiento de la capital puso en marcha el pasado año. Las actividades se llevarán a cabo en turnos de dos horas, con tres niños por monitor y “dependiendo del nivel de alerta decretado en ese momento”, explica David Perdomo. Estas son las pocas actividades que se desarrollarán en la semana del carnaval 2021.

Itziar Fernández Inicio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *