La esencia del carnaval trasciende a menudo el ámbito festivo para convertirse en algo más profundo. Esta es la historia de Las Vacilonas, una murga que, al anunciar su disolución después de doce años de actividad, ha decidido que su último acto no sea un simple adiós, sino un gesto de generosidad que perdurará en la comunidad. La agrupación ha destinado la totalidad de su recaudación final a cuatro entidades sociales de la isla, entre las que se encuentra la asociación SentirTE.
Esta organización, dedicada al acompañamiento de personas con autismo y sus familias, ha sido una de las receptoras de este legado solidario. Desde la asociación no han dudado en calificar la acción como un movimiento “que nace del corazón” y que construye un recuerdo imborrable para todos los beneficiarios.
El verdadero significado de un cierre
Para Lucía Gómez, vicepresidenta de SentirTE, el valor de la donación va más allá de su impacto económico. “Conocíamos a Las Vacilonas por su alegría y su color en el carnaval, pero hoy descubrimos la profundidad de su compromiso humano”, afirmó. Gómez destacó que el gesto refleja cómo, incluso en los momentos de despedida, es posible abrir nuevos caminos marcados por la solidaridad.
“Detrás de cada actuación había un equipo de mujeres que entregaba su energía e ilusión. Ahora, al cerrar esta etapa, nos enseñan que se puede salir del escenario sembrando esperanza”, añadió la representante de la asociación.
Un apoyo que multiplica oportunidades
La contribución económica llegará en un momento clave para SentirTE, permitiéndole sostener proyectos que exigen “esfuerzos continuos” y que son vitales para numerosas familias en Lanzarote. “Para una entidad de nuestro tamaño, esta ayuda no es solo un alivio; es un impulso que nos permitirá llegar más lejos”, explicó Gómez.
“Las Vacilonas han demostrado que el carnaval puede cambiar vidas más allá de las fiestas. Su música se apaga, pero su ejemplo resuena en cada familia a la que podremos seguir acompañando”, subrayó.
La asociación hizo llegar su agradecimiento a todos quienes han formado parte de la historia de la murga: desde sus integrantes y colaboradores hasta las costureras, músicos y el público que las ha seguido durante más de una década.
“Les deseamos que el futuro les traiga tanta luz como la que ellas han repartido. Su legado no se mide en años sobre el escenario, sino en los rostros que iluminaron y en las causas que ahora, gracias a ellas, podremos seguir abrazando”, concluyó Gómez.