Bastante antes de que nacieran los portales de transparencia, los redactores de la sección de Cultura de este periódico optamos por preguntar en todas las ruedas de prensa por los presupuestos de los proyectos con implicación pública y la aportación concreta de las administraciones implicadas. No fue muy bien recibida entre algunos gestores culturales y públicos. Miraban con mala cara y respondían a regañadientes o con evasivas. Se escudaban en que en esos actos se iba a hablar de cultura (que creían que era sagrada y se costeaba con buena voluntad). Aquella etapa ya está superada. Los reacios entraron por el aro y ya lo ven normal. Es más, llevan los números preparados porque saben que si vamos, la pregunta caerá. Pero esa transparencia, de la que tanto se alardeó desde la creación de los portales y la creación de los comisionados es relativa. «Lpa Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria sigue sin dar la información que le pedimos. Adjudica en 2019 (Carnaval) directamente sin concurso 85.786 euros y le pedimos el servicio artístico que se contrató. Se niegan a publicarlo en el portal de transparencia», apuntó el pasado día 15 en Twitter la concejala popular Pepa Luzardo que, como es lógico, después se preguntaba: «¿Qué esconden? Desde principios de julio esperábamos esta información y contesta lo mismo que publica el portan sin transparencia». Sin duda, es inconcebible en un estado democrático y menos aún en un grupo de Gobierno que dice ser progresista. ¿Acaso hay que refrescarles que un cargo público no implica actuaciones caciquiles y oscurantismo con el dinero y las contrataciones públicas?

Victoriano Suárez Álamo Canarias 7 - AMI (Asociación de Medios de Información)

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