En el universo vibrante y competitivo del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, pocas agrupaciones pueden presumir de haber marcado un hito tan significativo como lo hizo la murga Los Tiralenguas en el año 2008. Fue durante su segunda participación en el concurso de murgas adultas cuando no solo lograron su primera final, sino que también se convirtieron en la primera murga del norte de la isla en alcanzar tal distinción en el certamen capitalino.

Aquella edición fue un punto de inflexión para esta joven murga. Su fantasía giraba en torno a la figura del cartero, pero lejos de limitarse a un disfraz tradicional, Los Tiralenguas utilizaron su caracterización para lanzar un mensaje afilado. Entre sobres, buzones y uniformes, denunciaron sin tapujos lo que otros callaban, entregando “alguna que otra carta” cargada de crítica social, aunque dejando claro que el verdadero mensaje residía en la confusión del reparto: una alegoría del caos institucional y la desinformación.

Además, esa misma puesta en escena incluyó otro poderoso símbolo: el de marionetas movidas por los hilos del sistema. Con movimientos coreografiados al compás de cuerdas invisibles, la murga escenificó la obediencia impuesta, esa facilidad con la que muchos se someten sin cuestionar. Fue un acto de valentía y creatividad que no pasó desapercibido.

Uno de los momentos más emotivos de su repertorio fue el homenaje al incendio que sacudió la isla en 2007. Los Tiralenguas se pusieron en la piel de un pueblo que ardía por dentro, que sufría en silencio y clamaba por justicia. Su canto fue un grito colectivo, una voz que no se resignaba a olvidar.

El número culminaba con una frase que todavía hoy resuena entre sus seguidores: “Pasen con temor a la casa del terror”, una invitación directa a enfrentarse a los temores sociales y políticos sin máscaras ni disfraces, utilizando el humor como arma y la crítica como estandarte.

En su publicación reciente, la murga ha recordado aquel año como una de las experiencias más especiales de su historia, y no es para menos. Su participación en 2008 no solo consolidó su lugar en el panorama murguero, sino que abrió el camino para otras agrupaciones del norte que, inspiradas por su ejemplo, también soñaron con conquistar Santa Cruz.

Hoy, Los Tiralenguas celebran 26 años de historia bajo el lema #JuntosComoNo y continúan aceptando el reto de decir lo que muchos prefieren callar. Porque si algo ha demostrado esta murga, es que la crítica, el humor y el compromiso social pueden –y deben– ir de la mano en cada compás del Carnaval.


#TRLNGS26 #YoAceptoElReto

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