Dieciocho años después, Singuangos vuelve a ser actualidad tras ganar el premio Criticón de Criticones –el mejor tema de todos los tiempos– por Sanidad tercermundista, que interpretó la murga en 2003, la edición anterior al cierre de su andadura; se retiraron en 2004 con un primero de Interpretación. Rondallero de Tronco Verde (1976-78) y un año el Círculo, El Flaco es toda una autoridad al director más completo: director artístico, musical y letrista.
Quién se lo iba a decir que Singuangos iba a estar de actualidad por un criticón 18 años después de su última actuación.
Ahora tengo fresca la canción Sanidad tercermundista por el premio Criticón de Criticones, pero es curioso, ese año no obtuvimos ningún premio en concurso; recuerdo que ese año cantamos a la Sanidad y Unelco.
¿Le sorprende haber vuelto a ganar un Criticón?
Si, aunque tal y como era el formato del premio, posibilidad había, porque la letra era buena y lo que más valoran, al igual que yo, es que la puedes cantar mañana y ser actual después de casi 20 años; ese es el mayor mérito que tiene la canción premiada y la ejecución, porque había un coro mantenido durante años, que defendía aquello a muerte; es mérito de ellos.
Con el paso del tiempo, ¿Singuangos hoy es leyenda?
¡Hombre, leyenda…!. El haberte ido y no estar en el mejunje de la batalla hace que mucha gente, sobretodo todos los mayores, te recuerden como una gran murga, fue que lo que fue. Poco a poco te conviertes en leyenda o en un recuerdo importante de lo que fueron las murgas.
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¿Se siente identificado con las murgas actuales o diría que su murga no es de este reino?
No… Ese fue uno de los motivos por los que me retiré. Ya veía por dónde iba los tiros y no me veía capaz de estar participando en esa onda de concurso; no me veía ahí. Quizás fui un adelantado en eso.
Pero Singuangos hizo espectáculo y polifonía…
Eso sí…
Y hasta fue criticado por Enrique González, director y fundador de la Fufa, por ser un coro.
Bueno, Enrique era un personaje bastante especial. Recuerdo de coincidir con él en algún programa y ya podíamos estar hablando de los sanfermines que él decía que Singuangos era un coro; no tenía más importancia de la que tenía.
¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
No, cada tiempo tiene su momento. A principio de los 2000 vino un tipo de murga más apropiada a los espectáculos acompañados de la música, se fueron amoldando las murgas; a partir de 2010 hasta 2020 vino la invasión un poco de Zeta-Zetas, que poco a poco fue metiendo su cabecita… Cada momento tiene su historia.
¿Singuangos, hoy en día, estaría desfasada?
Singuangos estaría totalmente desfasada de lo que hoy en día es el concurso.
¿Pero porque ahora es un concurso de murgas o de otra cosa?
No, porque es un concurso de murgas como quiere la gente. Ahora la murga es como es, no todas. Pero, bueno, la mayoría, y eso lo acepta la gente que va al concurso, que en su mayoría es gente joven, y si eso es lo que quieren, es lo que vale. No es ni mejor ni peor; son conceptos y mundos diferentes.
¿Cómo recuerda el boom de Singuangos?
Cuando nosotros empezamos, Mamelucos pisaba fuerte y nosotros comenzamos fuertes y al tercer año, prácticamente, obtuvimos primer premio y llamamos bastante la atención por las letras que había Juan Ramón Tonucho, por el tema de las voces, y al cuarto año, cuando hicimos el baile infantil con Tamayo, fue el boom.
Fueron la murga de cabecera de José Tamayo.
Lo desconozco. Sí sé que tanto Tamayo como Azpilicueta contaban con los show que íbamos después a la gala, porque eran importantes para la gala, y nos llamaban para ver qué teníamos preparado; fue una referencia importante para nosotros y nos marcó.
¿Llegaron a ser perseguidos por una letra incómoda para algún político?
¡Hombre, perseguidos…, no!.
¿Represesaliados, malmirados?
Malmirados seguro… Castigados, sí, porque en ese momento la situación política en Canarias con ATI era bastante fuerte y estaba muy reciente el gobierno de ATI Santa Cruz y Tenerife y cualquier cosa que hicieras…. nos miraban con uñas donde íbamos. Había sitios como el Casino que nos llamaban, para decirnos qué canciones podíamos cantar y cuáles no… En eso me sentí bastante presionado. Era una situación desagradable, pero había que convivir con eso.
¿Alguna vez le pidieron cambiar un repertorio o le pidieron que hiciera una letra?
No, no… jamás. Además, con Juan Ramón en las letras –que era el que las hacía en la década de los ochenta– era muy complicado ir por ese lado; era muy radical en ese sentido.
Algunas letras parecían propia de una investigación.
Sí, Juan Ramón era bastante profundo en eso y hacía un estudio tremebundo; algunas letras no las entendíamos ni nosotros mismos y nos la tenía que explicar antes de empezar a ensayar para saber quiénes eran los protagonistas y saber de qué iba el tema.
¿Los valores de una murga de antes son los mismos que ahora?
Yo creo que sí. Los valores de cada murga son importantes; yo creo que cada una tiene los suyos.
¿Se premia lo mismo?
Ahora se premia distinto; ahora se premian cosas que antes no creo que se hubiera premiado en los ochenta o los noventa, creo. Antes se premiaba otro tipo de murga. Quizás la letra ha pasado a segundo plano y se premia ahora lo que rodea la letra; es bastante diferente a lo que se premiaba en otras décadas. Pero cada una tiene sus valores y hay que respetarlos.
¿En qué murga se apuntaría de las que están ahora?
(Silencio). Por su forma de entender cómo interpreta las canciones y la forma de divertirse, Diablos Locos; pero por su filosofía de cómo entender la letra, más afín a cómo yo lo concebía, Bambones. Estudia más las letras, las prepara más… quizás es apostar a caballo ganador.
Apostar a caballo ganador ahora será Zeta-Zetas.
Zeta-Zetas apuesta con cosas que yo jamás me hubiera planteado que una murga hiciera eso, entonces no me siento identificado con eso; sí me gusta verlo porque en cuestión visual es espectacular.
Pero Singuangos subió una comparsa a cantar.
Pero no son efectos especiales. La comparsa subió y bailó, no había luces y movimientos de pantalla; entonces es que no existían ni las luces led. Nosotros aportamos sorpresas, espectáculo como cuando subió la comparsa y prácticamente ninguna murga hiciera eso.
También irrumpieron con presentaciones llamativas, aunque no se puntuaran.
No se puntuaban pero sí influían desde los años noventa. Aportábamos cosas diferentes, pero sobre todo en las presentaciones; las canciones se mantenían en una línea común. En las presentaciones era donde más me volcaba con eso.
A usted, el disfraz, ni fú-ni fá.
En mi caso no me preocupaba para nada; apostaba por disfraces como el de presos…
Las murgas han ido para adelante o para detrás.
En el momento actual han ido para adelante, lo digo por la audiencia, que es la que manda en todos los aspectos de la vida a la hora de medir el nivel de espectáculo; otra cosa es que te guste más o menos. Eso lo tiene que valorar la gente. Hay muchos que desconocen quienes son los Singuangos, le pasa hasta mi hijo, aunque yo se lo he contado; yo se los nombraba antes y ni los escuchaba. Ahora, con esto del Criticón, le ha dado por escuchar más a Singuangos, pero no era de su onda porque lo cogió muy joven. No sé si la gente actual aceptaría ese estilo.
¿Por qué decidieron cerrar?
Estaba ya cansado; era ya seguir en la misma rutina. O te adaptabas a lo que venía, y yo me negaba en redondo, o tenías que decidir que era el momento de dejarlo.
Sin Jose, sin Alejo o Rafa… no había Singuangos.
Efectivamente. Singuangos era un grupo, una directiva y una base que se mantuvo siempre fiel y conmigo al frente. Al irme yo, pensaron que era complicado mantener esa filosofía con otra persona.
¿Y las experiencias que acometió después, qué tal?
Las siguientes experiencias fueron enriquecedoras y me han gustado, como la experiencia con La Traviata.
De hecho se dijo que iba a ayudarlos en el Carnaval 2021.
¿Volver a ayudarles? Siempre estaré ahí para ayudarles. Mi experiencia con la Fufa, en los cuatro años que estuve, fue bastante positiva, aunque no acabó bien. Pero todo enriquece, aunque ninguna como Singuangos.
¿Y la proyección con Valbanera o el rebumbio?
Eso es una experiencia maravillosa, agradable, en cuanto a ver a un conjunto de gente humano fantástico; ha sido muy positiva.
¿Mantienen contacto en este Carnaval virtual?
A nivel de ensayos, no; en el grupo de whatsapp, sí. La verdad que la pandemia me ha tocado bastante y me ha tocado las ganas y la ilusión; me he desconectado tanto de Valbanera como de Son 21, que lo tengo que retomar. El tema online no va conmigo y no me seduce para nada.
¿Le ha ocurrido igual con Jediondas, de la Canción de la Risa?
En el Carnaval virtual me he desconectado de todo.
O sea, que no cuenta este Carnaval como Carnaval.
Para nada. No es Carnaval.
¿Cómo se imagina el nuevo Carnaval para 2022 o 2023?
Todo depende de la maldita pandemia. Cualquier cosa que te planifiques ahora, dentro de tres semanas te lo cambian… No tengo ni idea. Supongo que si las cosas se arreglar el Carnaval va a seguir igual que ha sido siempre.
¿Cambiarán tendencias y las murgas quedarán relegadas?
No, para nada. El mundo actual se mueve por algo en lo que yo no estoy ni quiero: las redes sociales.
Humberto Gonar