El otro gran Carnaval de España, el de Santa Cruz de Tenerife, vive en estos días en la incertidumbre por cómo se desarrollará en 2022. Serán en febrero su concurso y galas, sin posibilidad de cambio de fecha como en el caso de Cádiz, pero con restricciones que pueden condicionar el desarrollo de la fiesta. Y es que, como cuenta Humberto Gonar, periodista especializado en el Carnaval chicharrero en el periódico El Día, tanto Santa Cruz como las Palmas de Gran Canaria esperan que el Gobierno autonómico canario modifique el decreto ley que dictó para evitar contagios de Covid. Habrá una reunión estos días con el consejero de Sanidad, Blas Trujillo, para desbloquear una situación que de momento impide a las agrupaciones preparar sus espectáculos, puesto que los locales de ensayo son de reducidas dimensiones como para albergar cada noche a un centenar de personas, que es un número al que pueden llegar las murgas y que no admiten las restricciones sanitarias.

“Se está trabajando para que a partir del 1 de noviembre, con la presunta modificación, las murgas puedan ensayar por cuerdas de voces por separado para luego, según se ha comprometido el Ayuntamiento de Santa Cruz, poder ensamblar todas en lugares más espaciosos”, explica Gonar, toda una institución sobre la información carnavalesca en las islas. Las murgas, con un máximo de 85 componentes, no podrían contar con los extras que cada año participan en las parodias, cuyo límite también es de 85. Según Gonar el concejal de Fiestas, Alfonso Cabello, ha asegurado por activa y por pasiva que habrá Carnaval en febrero, principalmente las galas y el concurso.

Lo que no está claro es cómo se desarrollará la fiesta en la calle. El concejal de Fiestas de Santa Cruz, Alfonso Cabello, explica que “trabajamos actualmente con un plan A y un plan B, y ahora mismo no se dan las circunstancias favorables para tomar una decisión”.

De comenzar los ensayos tan tarde, el 1 de noviembre, y ante la imposibilidad de montar repertorios (y disfraces y atrezzos) con tiempo como era tradicional hasta antes de la pandemia, el concurso sufrirá modificaciones en su formato. De los dos temas que se estrenan en cada una de las dos fases, inicial y final, se pasaría a uno solo. El resto -presentación, pasacalles y despedida- es común en ambas fases. Gonar no descarta que estas restricciones y la incertidumbre provoquen la renuncia de algunas de las murgas más punteras de Tenerife.

Maxi Carvajal, presidente de la murga Diablos locos, que participó en el Carnaval de Cádiz de 2020, señala que la premura de tiempo puede llevarles a diseñar “tipos más económicos” para el Carnaval 2022. Pero lo que tiene claro, como el resto de murgas, es que un cambio de fechas como el de Cádiz no es un escenario posible. “Si se hace en otro mes, ya no es Carnaval”, concluye.

J. M. Sánchez Reyes  diario-de-cdiz – Restaurante La Clave

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