Julián Brito se puso en mayo al frente del Orfeón La Paz. A sus 63 años, y jubilado tras casi cuatro décadas dedicado a la docencia, afronta con el entusiasmo que lo caracteriza esta etapa como presidente de una de las entidades del casco lagunero, previamente dirigida, durante más de 30 años, por Esteban Afonso. La autofinanciación y nuevos proyectos son algunos de los objetivos que se trazan él y su equipo.

¿Cómo afronta este reto?

Nosotros hemos llegado con mucha ilusión. Todos los que formamos parte de la Junta ahora mismo somos o hemos sido componentes de las distintas agrupaciones y eso nos permite conocer el funcionamiento de la parte musical. Aunque esto no es un coro y una orquesta solamente; esto es más que un club, más que un Orfeón, más que una asociación cualquiera. Tiene muchas ramas que hay que cuidar.

 

Su predecesor en el cargo, Esteban Afonso, ha dicho alguna vez que acabó de presidente casi que de rebote, que lo eligieron sin él presentarse. ¿Cómo fue su llegada?

Esto fue fruto de reuniones, de trabajo, de analizar la situación… Esteban tenía idea de continuar, pero, hablando con él, se le decía: Son ya prácticamente 32 años; yo creo que llega el momento de establecer un cambio… A mí no me importaba ser presidente del Orfeón, y la gente me conocía de estar siempre colaborando, y al final me pusieron el dedo como para decir nosotros vamos, pero tú vas a estar ahí, liderando un poco la nave. Esa es la historia. Ha sido un trabajo de consenso.

El Orfeón ha atravesado por distintas etapas en lo económico. ¿Cómo está ahora mismo?

El problema de años anteriores ha estado en una forma de gestión especialmente vinculada a las administraciones. El Ayuntamiento de La Laguna te da una subvención anual y te la pagan a tiempo pasado; o sea, que tú trabajas las actividades sin tener dinero prácticamente. Tres años han sido en este último caso. Y eso te crea problemas de gestión. ¿Por qué? Porque el Orfeón no tiene los 2.000 y tantos socios que tenía en 1982. La masa social ha ido decreciendo. Esta entidad ha de ser consciente de que, ahora mismo, depender de los socios es inviable para mantener esta sede.

¿Están saneadas las cuentas?
Sí, afortunadamente están saneadas. El Ayuntamiento actual había ingresado dinero de corporaciones anteriores, y gracias a eso se saneó bastante la economía. Sí quedan un par de proyectos pendientes, que son unos cuantos miles de euros. Esteban Afonso señalaba que había dejado el Orfeón con unos 40.000 euros; ahora hay bastante más. El coste de abrir la sociedad, sin hacer nada, sino mantener el edificio (personal, impuestos…), es de en torno a los 5.000 euros mensuales.

¿Cuántos socios tienen?

Entre socios propietarios y de número somos unos 130. Si metemos a los denominados socios artistas, llegaremos casi a los 200, pero la inmensa mayoría de estos últimos no pagan.

¿Y cuál sería un número al que les gustaría llegar?

Si queremos que el Orfeón funcione con los socios y se autosostenga, estaríamos hablando de en torno a 250-300 socios aproximadamente. Eso sería lo ideal para sostener la entidad.

¿Cuánto paga un socio?

Veinte euros mensuales. Ahí sí tenemos que trabajar. Y es que hay distintas categorías de socios. Unos son socios propietarios, que deciden, que pueden pertenecer a la Junta…, y después tenemos otras clases de socios, que es lo que no se ha trabajado. Un socio protector no tiene por qué pagar 20 euros, sino menos. Y vamos a actuar en esa línea.

¿Usted le ve futuro al Orfeón?

Lo vemos con ilusión, y sobre todo con ganas de intentar hacer cosas, adaptar determinados aspectos de la sociedad a este siglo XXI de las nuevas tecnologías, de la energía sostenible…

¿Hay quienes ven este tipo de sociedades, en general, como algo anacrónico? ¿Ha percibido eso en algún momento?

Sí. Nosotros estamos realizando una serie de visitas bajo el título Ciento tres años y noventa escalones de historia y música lagunera. Recibimos a un grupo de personas, siempre pocos, en función de la pandemia, y les hacemos una visita guiada por toda la sociedad. Y la gente que viene, algunos laguneros de toda la vida, dicen al final: «El concepto que yo tenía del Orfeón era otro; era una cosa oscura, que no se puede entrar, añejo…, pero veo que no». El Orfeón ha estado en la calle, pero también muy cerrado en sí mismo. Lo que queremos es cambiar esa imagen.

Imagínese que tuviese que venderle a alguien las bondades del Orfeón. ¿Qué le diría?

El Orfeón es eminentemente cultura, tenemos que partir de esa base. Es un sentimiento que se ha ido generando a través de la historia. Es un nombre vinculado a la historia y la cultura musical de La Laguna, la Isla y Canarias.

¿Qué proyectos tienen en marcha actualmente?

Uno de los grandes proyectos es el de Ciento tres años y noventa escalones de historia y música lagunera. Tenemos en mente otros dos para final de año, que fueron presentados al Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música y que han sido concedidos: Encuentro musical de grupos musicales de Ciudades Patrimonio y GROM: gatos ratones y ópera a montones, vinculado al teatro y la música. Evidentemente hay otros. También queremos convertirnos en entidad de utilidad pública nacional, que cumplimos con todos los requisitos y que permitiría desgravar en la declaración de la renta.

¿La remodelación del edificio sigue en pie?

Ese era uno de los grandes retos que tenía la Junta anterior. Pero lo cierto es que llegar a un acuerdo entre todas las administraciones es complicado. El proyecto rondaba el millón de euros. El miércoles tuvimos una reunión con el arquitecto y nos decía que ahora mismo costaría más de dos millones. Y las administraciones tienen otras necesidades sociales y nosotros lo entendemos perfectamente. Por tanto, la remodelación global es inviable, pero estamos trabajando en acciones parciales, por ejemplo para renovar la electricidad del escenario, los focos, incorporar paneles, sustituir todo el cortinaje para que sea una caja escénica… Además, resulta fundamental contar con un ascensor.

Domingo Ramos eldia.es

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *