La repentina muerte del dominicano Nilo Caparrosa, Capa, el trompetista de la sonrisa eterna que coloreaba con su música las calles de Santa Cruz, adonde llego hace 35 años, ha dejado tras de sí un gran sentimiento de tristeza entre la ciudadanía, puesto que era muy conocido y querido por su arte y por su carácter afable y generoso.

Tal es así que ya han surgido varias ideas para homenajearle. Una es la celebración de un festival musical con su nombre y otra, colocar una placa en recuerdo suyo en el rincón de la calle Castillo donde nos deleitaba con su trompeta.

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