Aburrido, en ropa de estar por casa y frente la pantalla del ordenador. Así vive un domingo de no-Carnaval el director de los Bambones, Primi Rodríguez. Tras 37 años de ensayos, escenarios, música y mucha purpurina, por primera vez, el murguero no saldrá a la tarima ni a las calles como otros muchos carnavaleros. Aunque añora la fiesta más que nada en el mundo, observa con optimismo el futuro y espera que, gracias al buen comportamiento de los canarios y el avance de la vacuna, el próximo año podamos celebrar el Carnaval de 2022.

– ¿Cómo es para un murguero como usted no celebrar los carnavales este año?

No te acostumbras al final porque, con las redes sociales y demás, todo el mundo te lo recuerda tarde o temprano. En otra época lo hubiéramos pasado sin darnos cuenta, pero ahora no porque todo el mundo te lo recuerda y se pasa mal. Date cuenta que llevo 37 años haciendo lo mismo durante todos los febreros, pues ahora me cuesta y siento añoranza… Pero, bueno, como todos los carnavaleros.

– ¿Cómo se sienten con esta situación los componentes de Bambones y el resto de amigos del Carnaval?

Están todos añorándolo. Unos más, otros menos… A algunos les gusta descansar, pero la mayoría estamos añorándolo un poco. Nosotros intentamos no tener mucho contacto, sobre todo físico porque siempre nos va a llevar a tener reuniones grandes. Somos muchos. Incluso el local lo tenemos cerrado, solo abrimos para alguna cosa puntual. Porque, de lo contrario, sería como fomentar las reuniones otra vez y en las redes sociales están muy pendientes de si esto ocurre o no. El contacto es por WhatsApp. A parte de estar en la murga, la gran mayoría somos amigos y nos echamos de menos en el día a día.

– ¿Cree que era necesaria la cancelación de este Carnaval 2021 o se podría haber celebrado de otra forma?

No, evidentemente no se podía. Tenemos que llevarnos por la alerta sanitaria. Puede ser más creíble o no lo que nos dicen quienes nos gobiernan, pero la única solución será hacerles caso. Podremos estar más de acuerdo o pensar que algunas medidas son absurdas, pero no hay otra que hacer caso a ellas, porque por algo tendremos que guiarnos. No podemos ir de por libre cada uno. Entonces, con las medidas actuales es imposible, sobre todo porque el Carnaval es contacto humano. La esencia es la unión y el mogollón en una fiesta. Además, las murgas somos un colectivo muy grande, tipo coro. Estamos pegados unos con otros, sudamos, respiramos juntos, compartimos micrófonos… Imposible.

– ¿Qué opina del Carnaval virtual? ¿Considera que es una alternativa factible?

Me parece bien. Todo lo que sea evadir la cabeza y que nos ofrezca una perspectiva más optimista de la vida y más alegre de la que tenemos actualmente, me parece bien. Lo único que tiemblo un poco por el presupuesto que se está manejando, que son 2 millones de euros. No me cuadran bien las cifras. Invertir tanto dinero en un Carnaval virtual, de entrada, si se explicara por qué ese presupuesto y en qué se va a destinar, pues, bueno, a lo mejor lo entendería.

En principio, me gusta la idea porque nos va a hacer evadirnos un poco. Ya con la iniciativa de las pelucas del viernes pasado nos divertimos un poco y noté un ambiente más alegre. Lo que no entiendo es que se celebre hasta marzo y que a los grupos del Carnaval nos vayan a dar un dinero por contratación por algo que no estamos haciendo. Ya se entenderá cuando den las explicaciones.

– ¿Cree que Bambones ganará ‘La Canción del Siglo’?

Hemos elegido las mejores canciones de los últimos 20 años. Que antes iba a hacer de los últimos 10 años y luego se amplió, tampoco sé por qué. La gente votará a través de las redes sociales y la página del ayuntamiento y, las diez más votadas, pasarán a una final. No sabemos si ganaremos o no porque dependerá de la votación de la gente.

Nosotros presentamos ‘Escuelita murguera’, que fue en 2003. A lo mejor no es la mejor canción para nosotros mismos, pero sí es la que más repercusión ha tenido porque tiene participación del público, contiene crítica, es alegre… Creo que representa muy bien a una murga y, sobre todo, nos representa a nosotros. Pero no sabemos si va a llegar al público o no. Tampoco vamos a hacer campaña para que la gente vote ni nada. Nosotros lo que hicimos ya lo hicimos en 2003 y nuestra aspiración es que a la gente le guste, que pasen un buen rato, unas horas alegres entretenidas y pasar un rato agradable. Quien gane o no gane… No es importante eso.

– ¿Cree que la gente respetará las nuevas medidas extraordinarias durante este carnaval?

Yo creo maleducados hay en carnavales, semana santa y en verano. Gente que se salta las normas porque le da la gana o porque quiere. También hay muchas personas que creen que tenemos que estar encerrados en casa, tristes, llorando o hacer luto durante mucho tiempo. La situación es dolorosa y es mala porque hay muchos fallecidos o gente enferma, pero es la vida también la que camina. Y por estar alegres en un periodo de tiempo y tener una vida un poco normal, dentro de lo que no puede ser la normalidad, tampoco hace daño.

La vida sigue. Hay que recordar a los que ya no están, pero estoy seguro de que, si les preguntáramos, ellos también dirían que hiciéramos una vida lo más normal posible. Siempre dentro de las normas. No podemos estar continuamente de luto. Hay que despejarse.

Salvo algún caso puntual, como fue el de la Calle El Clavel, que se repite todos los fines de semana, son anécdotas. Lo diferente es lo que se ha destacado, pero el comportamiento general ha sido muy bueno. Llevamos un año con restricciones a nuestra libertad. Estuvimos tres meses confinados, metidos en casa, y cumplimos.

– ¿Tienen esperanza de cara a 2022 de que se pueda celebrar el Carnaval? ¿Ya están elaborando las letras y los preparativos?

Toda la esperanza. Esto es cuestión de optimismo o pesimismo. Hay que creer en las personas y si nos dicen que tenemos que hacer esto para acabar con la pandemia, así como algunos comportamientos o ciertos tipos de costumbres, y confiamos en ellos, nos podremos acercar mucho a lo que era la vida normal. Si hay normalidad en septiembre, estoy convencido de que podremos estar ensayando en esas fechas, si no en octubre. Hay que verlo desde una realidad optimista o pesimista, no realista porque la realidad es hoy y mañana no sabemos.

– Con todo lo que ha ocurrido durante el 2020 y principios de este 2021 tendrán una lista enorme de cosas de las que hablar en sus letras, pero, ¿ya han pensado en algo en concreto?

Sí, pero es que al final todo gira alrededor de lo mismo. Aunque hay pequeños temas que han surgido, pero siempre se han adherido a la pandemia. Como esto cambia tanto, hasta que no haya una pequeña estabilidad, meterse en tema de letras actuales es muy difícil. Tenemos que tocar temas generales y que no vayan a cambiar de aquí a febrero. Y tal y como está ahora el mundo… Disfraces sí hay, pero las canciones todavía no. Tenemos cómo hacerlo, pero no qué decir.

– ¿Pero la intencionalidad de las canciones seguirá en la clásica línea de la crítica política y social característica de Bambones?

Sí, es lo típico y creo que tiene que ser lo típico en las murgas. Que cada una escriba o cante lo que quiera. Nos gusta la crítica, nos gusta mirarlo de una manera irónica, buscar la sonrisa socarrona… Pero siempre con una base de crítica, aunque sea en tres de ellas en un repertorio de cuatro canciones. Siempre hay que buscar una manera de molestar porque eso es una murga, ‘dar la murga’ o ‘dar la lata’. Lo peor que le puede ocurrir a una murga es que le guste a un político. Ese es el gran fracaso de una murga: que al dirigente de turno le guste tu canción. Tiene que ser algo que le moleste y, cuanto más le moleste a nivel profesional, mejor es la letra. A mí me encanta cuando se molestan y hacen pública la canción. Esa es la reacción que queremos.

– Entonces, supongo que para 2022 va a llover mucho para la política, ¿no?

Sí, me alargaría un montón hablando sobre cómo se ha gestionado todo esto. Pongámonos en situación. Imaginemos que hace dos o tres años atrás nos avisan de que habrá una gran pandemia de salud en todo el mundo. Seguro que, en ese instante, nuestro pensamiento sería ‘seguro que los políticos, a nivel mundial, se unirán para generar un frente común y nos transmitirían tranquilidad’. Esa hubiera sido nuestra visión, pero si miras la realidad es todo lo contrario. Eso a nivel mundial y, si te ciñes a lo más directo, como es el gobierno español, nunca ha habido unidad política. Es más, se han utilizado la derecha y la izquierda para hacer política a través de nuestra salud. Han utilizado esto para ganar votos o para hundir a un gobierno. Aquí no se salva nadie. Todo esto ha sido terrorífico. Han sido los peores dirigentes que ha podido tener una pandemia y lo han demostrado a nivel mundial.

Además, los periodistas también se han lucido porque tampoco han hecho un frente común y han dado opiniones equivocadas. Ahora los profesionales de la comunicación también son epidemiólogos, son expertos en virus, y dan unas especies de órdenes como si ellos fueran los entendidos.

A nivel local, Ángel Víctor Torres dijo que o moríamos de la Covid-19 o moríamos de hambre. Eso lo dijo el dirigente de todos los canarios, la luz que nos tiene que guiar.

No sé, ha sido toda una incoherencia total durante todo el año. Resumiéndolo todo, para ellos hemos sido unos irresponsables los ciudadanos. Pero la realidad es que hemos tenido un comportamiento muy por encima de los dirigentes. Hemos lidiado durante un año con todo esto y no se han formado grandes revuelos ni grandes manifestaciones. Sí ha habido pequeños grupos o pequeñas fiestas, dentro de tantos millones, que son pequeños ejemplos. Pero los medios de comunicación han fomentado en difundir porque quieren su minuto de gloria.

– Primi, ¿celebrará el Carnaval de algún modo?

No, no creo. Me puse la peluca el viernes pasado para colaborar con la iniciativa de Darío López y porque me parecía que así inundábamos las redes sociales de alegría y nos reíamos un rato. Creo que era una gran idea para hacer un pequeño guiño al Carnaval y evadirnos. Hay gente que se lo toma muy en serio… Yo creo que cualquier cosa que sirva para desconectar un poco de la situación y tener un rato de risas, hay que cogerlo. Tenemos que vivir.

– ¿Cómo fue participar el ‘No hay que llorar’, el vídeo de Darío López?

¡Un honor, todo un honor! No me lo esperaba. Conocía a Darío de algo, no teníamos una amistad como tal, solo nos saludábamos en Carnaval. Me sorprendió que pensara en Bambones y contara conmigo como director. Lo más que me gustó es que me dijo todo lo que tenía que hacer de entrada, te lo pone muy claro. Es un honor estar al lado de Aarón Gómez y de Conrado de El Supositorio, que nos conocemos prácticamente desde que nació. También fue un honor representar a la murga porque no voy yo por ser yo, sino por ser el director, así que represento a todos los Bambones y a los murgueros.

– ¿Qué es lo que más echa de menos del Carnaval?

No hay duda: el contacto humano. El abrazo, la conversación, el hablar, el discutir, poder abrazarnos, besarnos, el contacto con el público, el aplauso… Es decir, todo lo que no se puede hacer. Porque el carnaval es eso, es unión, es contacto, es algo físico. Es algo que está en el aire, pero hay que tocarlo. Un Carnaval no es mejor o peor por el disfraz de una murga, sino por la calle. Esa es la esencia de nuestro carnaval y el que lo hace grande es nuestro comportamiento, como lo vivimos.

– ¿Y cómo crees que será esa vuelta de los carnavales, si es posible, en 2022?

Espero que tengamos memoria, en todos los sentidos. Debemos recopilar todo lo que estamos viviendo, todas estas sensaciones, cogerlas y sacarlas en febrero del año que viene. Ahí diremos ‘mira lo que no tuvimos, lo que perdimos después de tantos años, cómo tenemos que ser y cómo tenemos que disfrutar’. Es decir, tenemos que aprender a abrazarnos, besarnos, divertirnos, tolerarnos… Porque lo podemos volver a perder en cualquier momento.

– ¿Qué mensaje le gustaría transmitir a los canarios este momento?

Les diría que tenemos que valorarnos más, lo que hemos conseguido y lo bien que lo estamos haciendo. Llevamos un año con muchas restricciones, sin ver a nuestras familias y sin tener tanto contacto con la gente que queremos. Tenemos que decirnos que lo estamos haciendo bien, para que eso nos anime a dar un empujoncito más.

Que los mensajes de miedo ya han calado. Les diría a los dirigentes que ya está bien de tantos discursos de separación, mascarillas, etc. Ya lo sabemos y la gran mayoría lo hemos demostrado. Debemos confiar un poco más en nosotros mismos y valorar lo que estamos haciendo. Solo tenemos que tener poquito más de ilusión y ser más optimistas. ¿Si nos estampamos? Pues nos estampamos, pero me va a doler igual si no hay Carnaval en 2022. Por lo tanto, a día de hoy, deberíamos mirar el futuro con optimismo y, sobre todo, que nos respetemos todos más. Lo vamos a conseguir.

Thalía Bello COPE

 

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