Con el Entierro de la Sardina se dio por clausurada esta atípica edición del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. Si ya la Gran Cabalgata que tuvo lugar el pasado sábado, dejó un regusto agridulce en los participantes, por la velocidad de tránsito, el funeral de ayer tampoco no cumplió con el protocolo habitual de este tipo de actos.
Pocas viudas, pocos curas, pocos lloros y lamentos -salvo honrosas excepciones- se vieron en el recorrido desde el parque Santa Catalina hasta el paseo de Las Canteras.
La Sardina suele ser la única protagonista en su día, el último domingo de Carnaval, sin embargo, el formato de este año en el que se combinaron los eventos del Carnaval de Día, durante la jornada matutina, desvirtuó en cierta medida el añorado entierro.
Se anuncia el comienzo
Tras el éxtasis del fin de fiesta que vivió el parque Santa Catalina con la actuación de Los Salvapantallas -el mítico YMCA, de Village People puso la guinda a un gran repertorio-, y sin tiempo para el respiro, dio comienzo el cortejo fúnebre.
El resultado fue que se generó una mezcla de ambientes, que propició que los habituales grupos de viudas, curas, papas y demás farándula del velatorio, se difuminaran entre las mascaritas presentes.
Sin embargo, siempre hay alguna dolorosa que lamenta profundamente la pérdida de la Sardina. Es el caso de Robi -o Rubén Falcón-, de La Isleta, que un año más no se quiso perder la cita con la mortaja carnavalera. «Aguántame el cubata», dijo antes de tirarse al suelo como una desquiciada a llorar tan terrible pérdida. «Sin duda, prefiero los carnavales en febrero, esto está algo descafeínado», comentó Robi, que estaba acompañado por Lina.
Se abre el paso
Justo antes, un grupo de turistas, camisa floreada y cámara de fotos al cuello, se reían a carcajadas por una esquela, que se estuvo repartiendo, en el que aparte del fallecimiento de la Sardina, también se estaba celebrando el de Don Covid-19 Nivel PRO (marzo de 2020-julio de 2022), que tal y como rezaba el documento falleció «en Gran Canaria el día 3 de julio de 2022 habiendo recibido los Santos Sacramentos y la Bendición alcohólica».
El resto de las oraciones que se rogaban por su alma, no son aptas para todos los públicos.
Entre tanto, una patrulla de la Policía Nacional se encargaba de apear a los viandantes en el tramo de adoquines que atraviesa el parque Santa Catalina, para que comenzara a pasar la comitiva fúnebre. Empezó con retraso, con veinte minutos sobre el horario previsto (las 20:00 horas), pero por fin llegó la carroza adaptada que fue la encargada de abrir el paseo.
La Afilarmónica Los Nietos de Kika tampoco se quisieron perder tan insigne cita y bajo el chispi chispi que amenazó con lluvia (pero que no fue a mayores), avanzaron con paso firme.
A ritmo de batucada
Tras ellos, diferentes representantes de las murgas participantes en el carnaval capitalino, y la Batucada Los Piratas del Caribe, que a ritmo de percusión, fueron marcando el paso hacia la calle Albareda (cuando el desfile pasó el parque Santa Catalina, la circulación fue más fluida hasta el paseo de Las Canteras).
Justo entre la batucada y el siguiente grupo, apareció José, más conocida por Pepi en estas fechas festivas. Chal negro de piel, bañador ceñido negro, unas medias con liguero para la ocasión, y la obligada peineta con gafas de sol, esta desolada viuda no dudó en afirmar, a voz en grito: «¡Qué ganas de acabar con esa jodía (la Sardina)». Al fin y al cabo, «han sido muchos meses, desde febrero, velándola y parecía que no se iba a morir nunca», aseguró.
Al igual que muchos, este carnaval fue para Pepi, «un poco raro», porque aunque ha habido buen ambiente, «no es lo de carnavales anteriores».
«¡Fuego a la Sardina!»
Aún así, la música continuó embargando el ambiente. Especial reseña merece la Banda de Agaete, que ha estado en diferentes actos animando con su pegadizo son.
Algunos participantes del concurso de disfraces municipal desfilaron a continuación, así como el Papa Rojo y sus colegas de profesión que iban bendiciendo y santiguando a todos aquellos creyentes que los saludaban.
El alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, y la concejala del Carnaval, Inmaculada Medina, estuvieron en primera persona en la carroza donde estaba la estrella de la noche: la Sardina. Sin duda, esta fue la carroza con más marcha, contando con la presencia de la Reina del Carnaval 2022, Daniela Medina, la Gran Dama 2022, Brígida Vega, y la reina Drag Queen, Vulcano, esta última, haciendo gala del buen ritmo que posee.
Tras ellos, una enorme multitud de mascaritas (sobre todo de las más jóvenes) gritaban aquello de: «¡Fuego a la Sardina!», mientras botaban y bailaban al ritmo de la música electrónica que sonaba.
Ya en Las Canteras, una multitud esperaba la llegada de la comitiva en la arena de la playa y en el paseo a la altura de La Puntilla.
Mejor «los carnavales de invierno»
Allí, como no podía ser menos, estaba la reportera más dicharachera del Carnaval, Manolita, quien estaba ataviada para la ocasión, con un traje negro, contaba con la vídeo cámara en una mano y el micrófono en la otra, siempre pendiente de la noticia.
Mientras entrevistaba a otra compañera de profesión de la Televisión Canaria, se quejó porque el próximo año se le va «a triplicar el trabajo», porque tiene que «cubrir todos los actos». Manolita es una trabajadora incansable y tal y como ha venido haciendo durante «los últimos catorce años», no ha querido perderse ni uno solo de los eventos del programa que se ha llevado a cabo en esta edición.
No obstante, al igual que Robi y Pepi, si puede escoger, elige «los carnavales de siempre, los de invierno».
Más allá de la temperatura, estos carnavales en el mes de julio, que ya se ha anunciado que ha sido un evento esporádico, porque el año que viene se vuelve a las fechas tradicionales, «han pillado a la gente, pensando más en las vacaciones que en otra cosa».
Para Manolita, que ha tenido la oportunidad, debido a su intensa dedicación a la cobertura informativa de la fiesta, de estar en los diferentes escenarios de los actos, «el ambiente no ha sido el mismo que en otros años».
Cuenta atrás para 2023
En concreto, en lo que al Entierro de la Sardina se refiere, reseñó que «faltan los grupos de viudas y de curas, no hay muchas», y opina que además de no ser el único acto de la jornada, «no había ninguna actividad que animara a la gente» a llegar hasta Las Canteras (como una orquesta o una verbena en la zona del paseo, por ejemplo).
Y tras una tarde-noche intensa, llegó el colofón con la quema en la playa y los fuegos, donde cientos de personas, la mayoría de ellas sin disfrazar, esperaban para darle el último adiós a una Sardina que ya anunciaba el lema del próximo año, que promete tener un flow bastante discotequero, ya que estará dedicado a la legendaria sala de fiestas, Studio 54.
Honorable cierre, por tanto, a un Carnaval de La Tierra, que pese a las vicisitudes que ha tenido, finalmente ha salido adelante, trayendo cuatro días de alegría, música, color y buen humor, a la capital. Comienza la cuenta atrás para el Carnaval 2023.
Xabier Leal