Nada. Cero opciones. El decreto ley recientemente aprobado por el Gobierno de Canarias y que entró en vigor el pasado lunes no da margen alguno a la celebración de las fiestas populares en las Islas mientras la pandemia no sea erradicada.

A la espera de que el Parlamento autonómico decida si se valida o no dicha norma (para lo cual tiene de plazo un mes), el punto 9 del artículo 25 del capítulo II, que es el reservado para Medidas aplicables en los distintos niveles de alerta, no puede ser más claro y conciso: incluso en nivel uno, “las fiestas, verbenas y otros eventos populares no se podrán celebrar”, una sentencia que se repite en el referido texto legal -como es lógico- en el resto de los niveles previstos para escenarios de mayor incidencia del mal entre la población.

Si bien es cierto que el referido Decreto Ley podrá ser enmendado durante su paso por la Cámara regional (siempre que sea tramitado como un proyecto de ley por el procedimiento de urgencia, como es el caso), lo tajante de la norma no solo ha causado consternación entre los carnavaleros mejor informados, sino que tampoco ha pasado desapercibida para el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. No en balde, es en esta capital de Canarias donde se celebran unos Carnavales que llevan a gala ser los mejores del mundo (después de los de Río de Janeiro) y, desde luego, que se trata de una fiesta situada por méritos propios en lo más alto de las celebraciones populares españolas junto a los de Cádiz, la Feria de Abril sevillana, los sanfermines pamplonicas, las Fallas valencianas y poco más.

Cuestionados al respecto por DIARIO DE AVISOS, desde el ayuntamiento chicharrero se han limitado a responder que será el próximo octubre cuando el Consistorio decida si, en 2022, finalmente Don Carnal tendrá o no su merecido homenaje anual por las calles de esta ciudad, a pesar de lo ajustado de la fecha para las actuaciones previas imprescindibles a tal fin.

Pero en dicha Corporación local han tomado buena nota de que el melón español, a este nivel, se acaba de abrir con las recientes Fallas, catalogadas como un éxito por el alcalde de Valencia, Joan Ribó, pese a que la meteorología no acompañó y una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA, antiguamente ‘gota fría’) causó estragos de consideración en los preparativos de tales fiestas.

“El problema con los Carnavales de Santa Cruz es que o se celebran o no, no tiene término medio” argumentaba ayer a este periódico un cualificado portavoz municipal cargado de sentido común que, eso sí, recordó la enorme importancia que tienen las carnestolendas para la economía de miles de chicharreros, por no hablar del alivio que para la salud mental de muchos más significan estas jornadas de transgresión desenfrenada.

Ajenos por ahora a la polémica, desde el Gobierno de Canarias se anuncian reuniones con distintos sectores para explicar el contenido de dicho decreto, que aspira a ser un compendio legal autonómico de toda la normativa relacionada con la COVID-19, mientras Coalición Canaria y el Partido Popular ya han mostrado su desacuerdo con el mismo.

Tinerfe Fumero

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