Alfonso Cabello se estrena de forma atípica con el primer Carnaval virtual de la historia, la fórmula que encontró la organización para alimentar la llama de la fiesta con cinco programas de televisión: dos documentales, dos concursos remix –uno, de murgas y otro, de comparsas–, dedicados a sus mejores actuaciones de las dos primeras décadas del siglo XXI, y en particular la gala de las guardianas, la gran aportación de esta edición. Tomando una de las frases más repetidas de esta edición, cuando se le pregunta si ha venido para quedarse, reconoce abiertamente su satisfacción con el resultado de la disposición del escenario, no sólo técnicamente.

También es partidario de incorporar a la deliberación la votación del público; otra cosa es cómo. “Es algo que tengo que analizar con los propios colectivos”. “Lo que vivimos la semana pasada, empezando por la cantera y terminando por la gala de las guardianas del cetro, nos ha dado la oportunidad de sacar pecho, corazón y orgullo carnavalero en un momento en el que el la ciudad lo necesitaba”, valora el concejal de Fiestas, que admite que ha costado en ocasiones explicar.

El concejal de Fiestas hace también una lectura política de la programación del Carnaval virtual y sus resultados: “Ha servido para callar muchas bocas, no solo para los incrédulos sino a lenguas malintencionadas”. “La oposición no ha sido ni prudente ni consciente de que con el Carnaval no teníamos que haber jugado ni con la sensación de seguridad”.

Respecto a que la programación del Carnaval virtual invadió el calendario de Cuaresma de forma atípica en esta edición, admite que establecer un calendario fijo es un viejo debate. “Santa Cruz de Tenerife ha vinculando el Carnaval al calendario religioso”. El concejal pide una pírdula para cambiarse la gorra y hablar como responsable de la Sociedad de Desarrollo, área que gestiona también junto a Fiestas: “Desde la perspectiva de la promoción turística beneficia celebrar el Carnaval en una época fija porque me permitiría cerrar acuerdo con touroperadores a largo plazo en las ferias; irnos más cerca al mes de abril nos permitiría un tiempo mejor y entrar en otras promociones diferentes”.

Acabada a tregua, Cabello retoma la condición de concejal de Fiestas para zanjar cualquier debate sobre dejar fijas las fechas: “ahora mismo tenemos que mantener nuestro Carnaval tradicional y trabajar de cara en 2022”.

De cara a la próxima edición, siendo optimista con el ritmo de vacunación pero con el miedo a la evolución del virus, Cabello asegura que el año venidero será el regreso a los concursos, de la mano de los grupos oficiales, y la incertidumbre que le asiste es cómo poderlo llevar a la calle.

El concejal de Fiestas asegura que este Carnaval, sin calle ni concursos sino con programación virtual, costó un cincuenta por ciento menos “que el último Carnaval del Partido Socialista. La edición del PSOE fueron 4,6 millones de euros y este, cerca de los dos”.

Los 2,3 millones presupuestados para 2021 dice Cabello que ha tenido repercusión real en más de 375 personas que han trabajado directamente en los preparativos, un número que se traduce en medio centenar de empresas. “Al final, ha sido muy importante para mantener la promoción del Carnaval con una gala internacional”.

Cabello admite que no esperaba que la gala gustara de manera tan unánime, “tenía claro que era un espectáculo televisivo; mi duda era cómo iba a ser acogida por los grupos de televisión”. El resultado del espectáculo del domingo es el más parecido al nuevo concepto de gala que tiene en su mente el concejal de Fiestas, que reconoce la dificultad del movimiento de mil personas en un directo. “Esta gala se trabajó y grabó en varias semanas; en un directo el resultado habría sido muy bueno pero no lo habríamos metido en el mismo tiempo de duración. “El reto es un producto más televisivo; mi gala ideal es en directo, con público y grupos en el escenario”. “Tenemos que ir a un espectáculo más redondo; teníamos a favor que los grupos querían participar”.

El edil admite que está tan contento con el resultado final de los espectáculo como con la forma en la que se han desarrollado los trabajos; “en el día a día se notaba tensión y había orden”.

La principal dificultad de este Carnaval es que no existía una estructura ya conocida, sino que había que inventarlo todo. De ahí la satisfacción de Cabello. En el capítulo del ‘debe’, el concejal no se siente satisfecho con la repercusión de los concursos de fotografías que se organizaron de forma previa, que “no acabó de cuajar la potencia que podía haber tenido”. “Estoy muy contento con el resultado del Carnaval”, mientras asegura que ya trabaja en clave de Fiestas de Mayo, una programación que le aprobó el alcalde el viernes antes de la gala de las guardianas. Cabello confía en que en septiembre se pueda retomar las actividades del Carnaval, si las condiciones sanitaria lo permiten.

Precisamente el virus condicionará el formato de la próxima edición, que podría obligar a recortar el repertorio de cada modalidad, siempre según la situación sanitaria y la opinión de los grupos.

“El Carnaval 2022 me lo imagino como el fin de coronavirus y un homenaje a la ciudad”, de ahí que entienda que el motivo viene dado, por lo que no tiene claro si sacará el concurso del lema; también asegura que está pendiente hablar con Enrique Camacho la posible renovación. Lo que sí tiene claro es que el equipo artístico debe estar contratado en verano. “La parte organizativa del Carnaval sale gracias a la implicación personal de los trabajadores del Organismo Autónomo de Fiestas; eso, en otra área del ayuntamiento es impensable”.

¿Habría sido partidario de quitarle la subvención a los grupos? El concejal esquiva primero la pregunta, para luego asegura: “Teníamos que tener parte del ecosistema de la fiesta vivo; parte del alma de esta ciudad se le debe a los grupos y colectivos del Carnaval”, y no una frase hecha, advierte.

Humberto Gonar eldia.es

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