El grupo canario la Chirimurga del Timple ofrece el 27 de marzo en el Teatro EDP Gran Vía un concierto satírico, entre la chirigota y la murga, con su nuevo personaje, “Los que se comen el coco”, en el que se desgrana la actualidad social española.
Tras el éxito cosechado en las Islas Canarias durante el último mes, ofrece en una única función en Madrid su último espectáculo, donde las coplas, los pasodobles y los popurrís vuelven a llenar de risas y aplausos los escenarios de la capital, mientras los espectadores durante 90 minutos se comen el coco y disfrutan de estos locos de la música y el humor, que desgranan el confinamiento, el deseo por ser el rey del selfie, los realities, la política nacional e internacional, las parejas y el satisfacer, o el volcán de La Palma.
Los diez integrantes nos enseñan a valorar el tiempo, la familia, los amigos y nuestro planeta con las canciones más famosas de la música, en la voz de un naufragó que ha pasado en una isla desierta más de cinco años, hasta que logra ser rescatado y volver a las Canarias, extrañado al ver como ha cambiado la sociedad en estos años.
Entrevistamos a sus protagonistas para el próximo aterrizaje en Madrid
El último estreno en el Carnaval de Gran Canarias, ha sido como cada año desde hace casi diez, la gran vencedora para el público, ¿cuál es vuestro secreto?
No creemos que haya un secreto, simplemente creemos que la gente agradece un repertorio fresco y divertido, y además en nuestro caso, renovado cada año dependiendo del personaje que interpretemos.
Nos caracterizamos por meternos en la piel de un personaje y analizar la sociedad a través de él, siempre con un toque de humor pero mezclado con momentos de análisis social y profundidad y emotividad en ocasiones. Aunque sin duda alguna es el humor lo que predomina, y eso es lo que la gente agradece y necesita en Carnavales, y no solo en esas fechas.
Vuestro nuevo personaje, tan simpático como vosotros se denomina «Los que se comen el coco» ¿cómo surgió la idea?
Cada año interpretamos a un nuevo personaje y unos 5 meses antes de la presentación anunciamos el nombre por nuestras redes. Siempre jugamos con la ambigüedad, es decir, jugar la baza de que un mismo nombre pueda sugerir varios personajes para que la gente elucubre hasta el día de la presentación, que es cuando se desvela el secreto que llevamos meses guardando. En esta ocasión, al ir disfrazados de náufragos, nos pareció divertido y ambiguo llamarnos «Los que se comen el coco».
Mucha gente por redes sociales nos escribía diciendo que creían que íríamos de pensadores, de filósofos, de estudiantes, de turistas, de locos, de comecocos, y también algunos, los más avispados, acertaron, pero nunca confirmamos ni desmentimos si han acertado o fallado, hasta que se abre el telón de la presentación.
Hubo un año que nos llamamos «Servivio 24 horas» y nadie acertó, todos pensaban que íbamos de farmacéuticos, o de bomberos, o de operadores de teléfonos, y al final, cuando se abrió el telón, descubrieron que íbamos de nuestras Madres, esas superheroínas imparables que no descansan y están ahí las 24 horas del día para ti. Ese es nuestro juego.
Cuéntanos un poco la vida de este naufrago y si estáis pensando en volver a vuestra isla desierta y olvidaros de tantas penurias.
Con este náufrago el mensaje que queremos dar durante todo el show es el de valorar lo que tenemos, valorar a quien quieres y a quien te quiere, y valorar la compañía, porque nunca sabes lo que te puede pasar mañana.
El repertorio de este año lleva un hilo argumental, hemos naufragado en una isla ilocalizable del atlántico en 2017, no nos hemos enterado de nada de lo ocurrido en la sociedad durante los últimos 5 años, narramos nuestras penurias y carencias allí en soledad, y un día volvemos y nos encontramos este nuevo mundo pandémico, bélico, avaricioso y desastroso, y es ahí cuando empezamos a valorar que a lo mejor el lujo era ser un náufrago y apreciar las pequeñas cosas, sin hipotecas, pagos, mascarillas, restricciones, guerras etc.
Digamos que el leit motive es la libertad que da la soledad y el aislamiento, pero también el lado malo de dicha soledad y la necesidad de tener compañía y afectos.
Volver a los teatros, volver a la calle, ¿el Carnaval de 2022 será recordado como el principio de una nueva época?
Estamos deseando volver a cantar a la calle, que fue para lo que nacimos. La repercusión del grupo ha ido creciendo cada año y ahora estamos prácticamente todo el año actuando en salas, teatros y lugares de toda Canarias, y ahora también pues damos este salto a Madrid, pero la esencia siempre ha sido ese cara a cara y cercanía con el público callejero, sin ornamentación de sonorización, ni microfónica ni nada de eso; solo con la guitarra el timple, el cajón y nuestras voces, cantando a quienes se nos acercan en cualquier esquina.
Lo que pasa que eso solo lo podemos hacer durante lo que en Canarias llaman «Carnaval de día» que dura una semana, aunque también vamos a las calles de Cádiz a cantar junto con las denominadas «callejeras o ilegales». El resto de días ajenos a esa calle, nuestra productora Bcolina producciones, nos consigue actuaciones en plazas, teatros y demás espacios más multitudinarios, y ahí sí es necesaria una producción de sonido e iluminación mayor que la callejera, y es lo que llevaremos a Madrid.
El problema de estos dos años es que ha sido imposible actuar en las calles, por la lógica que todos conocemos, pero lo hemos compensado con creces actuando en numerosos teatros del archipiélago, siempre con las restricciones y medidas de seguridad pertinentes. Parece ser que en Junio vuelve esa ansiada rutina del carnaval callejero, siempre que no salga una nueva variante sigma plus ultra, y por supuesto ahí estaremos a pie de calle con nuestro repertorio.
Madrid siempre acoge la cultura con los brazos abiertos, ¿qué va a vivir un espectador con la Chirimurga del Timple en el Teatro edp de Gran Vía?
El espectador de Madrid verá un repertorio de hora y media, cuidado, mimado y divertido, verá a 10 enajenados con un coco clavado de una lanza, que ha sido nuestro único interlocutor durante estos 5 años naufragados, verá unas ganas tremendas y una ilusión enorme por dar este salto al panorama nacional, y deseando que el vox populi nos llene ese maravilloso teatro al que llevaremos un poco de nuestro Carnaval, y según hemos visto y nos han contado los espectadores durante estas últimas actuaciones, aseguramos que saldrán de allí con dolor de barriga de reírse, y tal vez con alguna lagrimita de emoción al final.
El objetivo es que salgan un poco más felices de como entraron, y creemos que lo podemos conseguir