La familia carnavalera en su conjunto, y en particular el colectivo de los personajes del carnaval, se encuentra de luto. El pasado jueves, nos dejó nuestro querido amigo, compañero y gran carnavalero, Tomás Quintana Navarro. Su partida ha dejado un vacío irremplazable en el corazón de todos quienes tuvimos la fortuna de conocerlo.
Tomás era un hombre tranquilo y reflexivo, conocido por su inteligencia y por ser un verdadero amigo de sus amigos. Durante años, fue una figura fundamental en la creación y evolución de nuestro colectivo. Su vasta experiencia al frente de estas fiestas fue invaluable; gracias a él, muchos aprendimos a disfrutar de los carnavales de una manera profunda y significativa, siempre priorizando el respeto y la alegría que caracterizan a estas celebraciones.
La herencia que nos deja Tomás va más allá de su trayectoria en el carnaval. Fue un maestro en el arte de la convivencia, de la diversión saludable y del trabajo en equipo. Nos enseñó a valorar cada momento, a reír más, a disfrutar sin límites, pero siempre con un sentido de responsabilidad hacia los demás.
La comunidad carnavalera se une en este momento para rendir homenaje a su legado. Su espíritu vivirá en cada risa, en cada disfraz y en cada baile que se realice durante las festividades que tanto amaba.
Agradecemos, de corazón, todo lo que hizo por nosotros. Su dedicación y pasión seguirán inspirándonos a crecer y disfrutar de la vida con la misma intensidad con la que él lo hizo.
Descanse en paz, querido “Padre Tomás”. Su luz seguirá brillando en nuestros corazones y en cada carnaval que celebremos en su honor.