El carnaval tinerfeño ha dado un paso histórico más allá de sus fronteras atlánticas. La comparsa Los Cariocas ha anunciado, con “enorme orgullo y alegría”, la hermandad oficial con una de las instituciones más legendarias del Carnaval de Río de Janeiro: la escuela de samba Unidos de Vila Isabel. Este acuerdo, definido por la agrupación canaria como “un sueño”, nace del “respeto, del amor por el ritmo y del deseo de unir dos mundos que laten al mismo compás”.
Para materializar este vínculo, el componente Jonay viajó recientemente a Brasil como embajador de la familia de Los Cariocas Allí fue recibido con los brazos abiertos en la sede de Vila Isabel, viviendo una experiencia que, según relata la comparsa, le llenó el alma “de música, de experiencias inolvidables y de abrazos que no se olvidan”. La agrupación tinerfeña ha expresado su “agradecimiento inmenso” por la calurosa acogida, que demostró que “el carnaval no tiene fronteras cuando se vive de verdad”.
En el comunicado, Los Cariocas hicieron una mención especial al maestro de percusión João Marcelo, a quien calificaron como “un talento que vibra” y que representa a la perfección la esencia de la escuela brasileña. “Gracias por tu generosidad, tu música, tu energía… Personas como tú hacen que la hermandad sea mucho más que un acuerdo: la convierten en familia”, agradecieron.
Esta unión, celebrada simbólicamente desde Tenerife “alzando nuestras plumas, nuestros tambores y nuestras sonrisas”, pretende ser un puente cultural permanente. “No solo fortalece nuestro carnaval, sino que también nos recuerda que la música es un puente capaz de unir océanos, culturas y corazones”, subrayaron.
Con el mensaje “obrigado de coração” (gracias de corazón) dirigido a toda la familia de Vila Isabel, Los Cariocas cerraron su anuncio con un deseo y una invitación: la esperanza de un reencuentro pronto y, preferiblemente, en suelo canario. “Para seguir celebrando como nos gusta: con tambores, movimiento, amistad y esa magia indescriptible que solo nace cuando dos carnavales se dan la mano”, concluyeron, dejando en el aire un emotivo: “¡Que viva la samba! ¡Que viva el carnaval!”.