Cuando se empezó a rodar ‘Veneno’, no eran demasiados los que creían que la serie de los Javis se iba a convertir en un fenómeno de tal magnitud que, tras arrasar capítulo a capítulo en Atresmedia Player, la plataforma de pago de Atresmedia, e incluso de hacer un estreno en cine de los tres primeros en una sola sesión, llegaría a emitirse en abierto en la segunda cadena generalista con más audiencia de España. Tampoco la propia Cristina Ortiz, la Veneno, hubiera imaginado que hasta tres actrices la interpretarían en las distintas etapas de su vida (Jedet, Daniela Santiago e Isabel Torres) y un actor (Marcos Sotkovszki, Joselito en la serie) y que el hilo conductor sería su biógrafa, la periodista y cineasta Valeria Vegas, a quien da vida una cada vez más emergente Lola Rodríguez.
“Cuando conocí a Valeria Vegas fue amor a primera vista, es una mujer maravillosa, es bondad, es serenidad, es tan protectora, da un valor a la mujer trans inmenso, y el compromiso que ha tenido con el colectivo es tan emocionante y empoderante… Me ha dado tanto, apoyo incondicional. Respecto al papel, me dijo que la interpretara, pero que hiciera mío el personaje y así lo hice”, nos dice Lola, quien está a punto de debutar en el cine y retomando los estudios de Psicología que tuvo que interrumpir para incorporarse a la serie.
Lola Rodríguez es todo un referente desde hace ya cinco años, cuando se convirtió en la primera menor de edad trans en competir para ser reina del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. Un acontecimiento que la llevó a aparecer en publicaciones internacionales como el semanario estadounidense ‘Newsweek’, donde hacía un sereno y muy maduro relato de su periplo vital, en el que contó con unos padres que supieron gestionar muy bien su situación al igual que ella: un claro ejemplo de éxito y que puede ser de enorme valía para otros niños que puedan estar viviendo una situación similar.
PREGUNTA: ¿Cómo llegaste a ‘Veneno’? RESPUESTA: Fue un poco de casualidad. Valeria llegó a mi vida, no la busqué yo. Fueron las directoras de casting las que me llamaron, porque se habían quedado con mi perfil al hacer otro cuando tenía 17 años y del que no salió nada. Tuve que pasar por diversas pruebas hasta que finalmente me dijeron que era yo la elegida. P: Eres muy joven, solo tienes 21 años. ¿Tenías claro quién era la Veneno y lo que representaba? R: Tuve conciencia de ella por primera vez cuando yo tenía nueve años. No era para mí un referente directo, aunque la admiraba y me parecía un icono. Hizo muchas cosas por la comunidad y luchó por tener un hueco en la vida y ser reconocida como mujer, que es lo que queremos todas. Así que después de que me llamaran para el casting, lo primero que hice fue comprarme el libro de Valeria sobre ella. Me empapé de la historia, me enamoré aún más de ella y también de Valeria, que se ha convertido para mí en un enorme referente.
Una familia muy unida
P: La Veneno no podría ni imaginarse el respeto con el que se la trata ahora, algo que le faltó en vida. ¿No crees? R: Sí, totalmente. Ella necesitaba amor, mucho cariño. Nunca tuvo un aprendizaje sano de lo que es el amor. Cuando una persona desde tanta temprana edad no lo recibe, va a querer un tipo de amor que va a ser tóxico. Era difícil ayudarla, porque si estás destrozada por dentro, no la vas a recibir como cualquier otra persona. P: Nada que ver con tu caso, porque tus padres te apoyaron desde tu infancia cuando descubriste tu identidad.
R: A los cuatro años se lo empecé a contar a mis padres y me llevaron al psicólogo, aunque la realidad de una niña trans entonces era complicada. Me dejaban ser niña en casa y fuera tenía que hacer un papelito, intentar encajar en la sociedad, era la única solución que encontraron mis padres. A los nueve años, ya no podía más y empecé a investigar lo que me pasaba. Me informé y vi que no estaba sola. Fue un proceso largo, con muchos pies de plomo, con cuidado, con respeto hacia mí misma. La sociedad a veces no está preparada y es muy cruel. Fue un proceso lento que recuerdo con mucho cariño porque mis padres y mi familia siempre estuvieron ahí para apoyarme. Obviamente, en comparación con Cristina, recibí un amor que no es otro que el que todos merecemos. Es un derecho básico. Cualquier niño tiene que tener la capacidad de manifestarse como es, sin importar los padres que tenga o cuál sea su familia. Es algo que debe empezar a cambiar, porque son los niños los que tienen que decidir, no sus padres.
P: Esto suscita una gran controversia, hay quienes consideran que un proceso de transición no debe empezarse hasta que una persona tenga 18 años. R: Cada vez hay más familias que tienen niñas o niños trans que son más felices de lo que eran antes. ¡Qué más les da! No entiendo por qué se oponen… ¿Qué problema hay para decir que te llamas de determinada manera o que quieres ser astronauta? ¿Cuál es el problema para que un niño se ponga vestidos, si no está haciendo daño a nadie? No hay nada malo en que jueguen, en que experimenten con su identidad… Hay que permitirles que lo hagan, no es irreversible. Al final si le pones trabas, le va a generar muchos más problemas que si le dejas ser quien es. No le puedes cortar las alas, quitarle sus sueños.
P: Daniela Santiago, tu compañera de reparto en ‘Veneno’, me confesaba hace unos meses que su proceso no había sido fácil y que en el colegio no lo había pasado bien. ¿Ha sido también tu caso? R: Ahora recuerdo esos momentos con mucho cariño, aunque agridulces. Estaba en el colegio y en el instituto de mi pueblo, donde todos nos conocemos. Los primeros años fueron un caos, porque no se hablaba de la transexualidad, mucho menos infantil y en las escuelas. Cuando llegué al instituto, el colectivo LGTBI fue a dar charlas y explicarles a los profesores y a los alumnos los términos que debían utilizar. Los primeros años fueron difíciles, pero también lo son para cualquier persona que se sale un poco de la norma. Los primeros años estuve un poco apartada, pero yo seguí comportándome como era, con la cabeza alta. Comenzó entonces una ola de aceptación cada vez mayor, incluso por los profesores que se implicaban cada vez más para luchar contra los comportamientos LGTBfóbicos. Yo creo que era el momento de ese cambio, no solo para mí sino para todos los demás… Lo que quería era ser una alumna más, que va a clase, que está con sus amigas, que se lo pasa bien… Nada más. Y lo conseguí.
P: Entre tu vida y la de Valeria hay muchos paralelismos, como puede verse también en la serie. Ambas habéis ido a la universidad, en tu caso para estudiar Psicología. ¿Cómo te va? R: En la universidad, fenomenal. El año pasado tuve que parar por la serie, ahora he vuelto y estoy gestionando la situación, porque voy a rodar una película y tengo otros proyectos. Los estudios los voy a continuar, pero con calma, porque lo que más me mueve es la interpretación, ser actriz, es mi vocación. Psicología me encanta y considero que es muy importante conseguir un título universitario.
P: El colectivo trans lo ha tenido siempre complicado para conseguir papeles. Como recordarás, hubo una gran polémica por el personaje de Paco León en ‘La casa de las flores’ o el de Belén Cuesta en ‘La casa de papel’. R: Yo estoy muy contenta, porque ahora voy a rodar una película con un director que admiro mucho, aunque no sé si puedo contar algo o no (se trata de ‘Poliamor para principiantes’, de Fernando Colomo)… Es una oportunidad muy bonita. Espero que se nos den más oportunidades a las personas trans y que no tengamos algún día que hablar de nuestra identidad, como no lo hace una persona cis. Tenemos que llegar a eso. A mí no me importa hablar de mi identidad, estoy orgullosa, pero no es eso lo único que me define. Mi nucleo de identidad es ser Lola y lo que soy como persona. Son miles de cosas las que me conforman. No quiero que se me encasille en ‘es trans, pobrecita’. Tenemos que ver más allá de las etiquetas, que cumplen una función, pero no deben ser tu carta de presentación. P: El movimiento TERF (Feminista Radical Trans-excluyente, en su traducción al español del acrónimo), en el que se ha englobado a la escritora J.K. Rowling, artífice de la saga de Harry Potter, está siendo muy cuestionado. ¿Qué opinión te merecen?
R: Me parece que tienen un comportamiento muy machista, ya que están diciendo quién puede ser mujer o quién no, quién puede comportarse de una manera o de otra. Me parece inhumano. No me cabe en la cabeza que una mujer diga que las mujeres trans no lo somos o que queremos negar su lucha. Una lucha de una mujer cis tiene muchas similitudes con las de una mujer trans. No me parece feminismo, sino un sentimiento de superioridad que quieren perpetuar.
Juanra López