El descontento de buena parte de las asociaciones de Jinámar con el grupo de Gobierno, exhibido con todo lujo de detalle el pasado 23 de septiembre con la protesta que el Movimiento Vecinal de Jinámar (compuesto por 12 colectivos del barrio) organizó a las puertas de las dependencias municipales de El Cubillo, se ha recrudecido en las últimas semanas con motivo de las sedes de algunas de estas asociaciones.

Por un lado, la comparsa Lianceiros se ha visto fuera de los espacios que disponía en el CEIP Europa – Néstor Álamo y en el local social de Jinámar por culpa de la covid, y sus componentes han tenido que limpiar una de las zonas exteriores de la Casa de la Condesa para realizar ahí sus ensayos. La comparsa infantil de esta agrupación, compuesta por 50 niños, es la actual ganadora del carnaval capitalino, mientras que la comparsa adulta esta formada por otros 35 integrantes.

«La ausencia de alternativas por parte de los gobernantes municipales muestra su desinterés, desprecio y falta de conciencia hacia la labor social de esta organización, que realiza un enorme esfuerzo por el bienestar de Jinámar con la integración de su gente en torno a propuestas asociativas, culturales, creativas y de identidad», asevera Antonio Suárez, el presidente de la asociación de vecinos Thenesor.

Precisamente este colectivo fue objeto de críticas por parte de la alcaldesa, Carmen Hernández, en el último pleno municipal. La regidora acusó que la asociación okupaba de manera ilegal la Casa de la Condesa, una afirmación que Thenesor ha querido desmentir con presteza, asegurando que desde 1993 existe un convenio en vigor con el gobierno canario para el uso social de ese espacio. «Estamos ocupando una parte de la Casa de la Condesa y con los pocos recursos que contamos hemos ido acondicionando los espacios y llenándolos de vida y actividad vecinal», puntualiza Suárez, al tiempo que acusa al Ayuntamiento de Telde de abandonar dicho patrimonio, tolerando su expolio «y todo tipo de actos vandálicos».

Esta problemática con los recintos asignados a los colectivos se le suma al sentimiento de abandono que buena parte de las asociaciones del barrio denuncian por parte de las instituciones hacia el Valle de Jinámar.

Ronald Ramírez Alemán  Canarias7

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