Como si fuera una corazonada, cuando se abrió la puerta central del escenario del recinto ferial la tarde del pasado miércoles y apareció la primera candidata se respiraba en el ambiente que era la reina de los mayores… y eso a pesar de que era la primera de las ocho candidatas en desfilar. Mari García, vecina de Valle San Lorenzo –en Arona–, contagió a todos con su fantasía, de Dani Mena, y en especial con el garbo con el que paseó una fantasía que mide tres metros de alto, por otros tantos de ancho y cuatro de fondo al ritmo de A mí manera, la música que eligió el creador de su traje y que define la vida de la nueva reina de los mayores del Carnaval tinerfeño.

En el día después de su proclamación, Mari asegura que está estupenda porque «he amanecido con las mismas fuerzas e ilusión que el día anterior. No quería que acabara el día… ¿Cuándo me he visto yo así?», pregunta a su interlocutor de manera jovial, para definirse como una enamorada del Carnaval, y no es una frase hecha. «Cuando me ponen canciones de Carnaval se me estremece todo el cuerpo», asegura.

Nacida el 22 de marzo de 1958, es natural de Valle San Lorenzo, donde nació en la calle Chimbia número 90, cerca del pueblo aronero de Buzanada, donde reside su diseñador, Dani Mena. «El año pasado vine a ver la gala de los mayores y me gustó tanto que cuando pasó un día Dani por la Cafetería Néstor en la que trabajo como cocinera –en Valle San Lorenzo– le dije que no se olvidara de mí si un día decidía presentar una candidata de las grandes». «Sabía que él hacía trajes de niñas, pero lo emplacé a contar conmigo si hacía trajes grandes… Hace seis meses acudió a la cafetería y se acordó de lo que había dicho porque vino a buscarme y me dijo si quería ser su candidata». «Y qué bonita es la experiencia que estoy viviendo; yo siempre he querido subirme a una carroza y saludar a la gente, y eso espero disfrutarlo tanto en la Cabalgata como en el coso».

Madre de tres hijos –Carmen Nieves, que la ha acompañado en todos los preparativos y actos que debe acudir; Aimara, que estuvo entre el público animando a su madre, y Eloy, que siguió por YouTube la gala, porque trabaja en Irlanda–, Mari siempre ha trabajado en el sector de la hostelería desde que tenía dieciocho o veinte años. «Antes los padres solo te dejaban que te dedicaras a coser y bordar», hasta que se casó, hace ya 47 años. Y desde entonces ha estado vinculada a ese mundo en el que trabajó durante tres décadas en el negocio que regentó su esposo en el Puertito de Güímar, la popular Casa Eloy, hasta que desde hace ocho años está en la Cafetería Néstor, de su hija. «El nombre del establecimiento no es por nadie nuestro, sino porque lo alquilamos y mantuvimos el del propietario», precisa. En ese tránsito de Casa Eloy a la Cafetería Néstor, Mari ha trabajado como cocinera en diferentes establecimientos como el recordado Mirador de La Centinela.

«En marzo cumpliré 66 años pero seguiré en activo porque me siento bien y me queda un poco para acabar de cotizar», confiere como si de una confidencia se tratara.

De Carnaval con 15 años
Entre los primeros recuerdos que atesora del Carnaval, el día que su prima Maruca organizó a un grupito de chicas de Valle San Lorenzo y las llevó a un baile que se celebraba en Charco del Pino, en Granadilla, porque no había fiesta en su localidad. «Recuerdo que nos vestimos con una camisita de Coca-Cola y unas coletas; seríamos una docena de chicas; yo tendría unos quince años».

Es el primero de los recuerdos carnavaleros, pero no el único, pues asegura que siempre que ha podido volvía al Carnaval de Santa Cruz; ocurrió después de la pandemia, cuando se cogió el coche y se plantó en la gala de los mayores o también en el Carnaval de Día de 2022. «Nadie me quiso acompañar y me vine tempranito hasta la tarde; recuerdo que me metí en una zona donde hay música chan chan de esa que le gusta a mi hijo Eloy y me lo encontré. Recuerdo los gritos que dio cuando, sin esperárselo, me encontró. ¡Es mi madre, mi madre!», cuenta con ilusión la hoy reina de los mayores del Carnaval de Tenerife.

Mari hace partícipe de la experiencia vivida. «Algunas compañeras me dijeron que se echaron a llorar cuando escucharon la música de mi canción y estaba desfilando porque les había contagiado emoción». «Los días antes de la gala me puse a ensayar delante de un espejo haciendo la mímica con la boca, pero cuando salí a desfilar la canté, y eso que cuando estaba ya en la pasarela se me había olvidado la letra. Pero fue escucharla, y me puse a cantarla».

La reina reitera su pasión por el Carnaval. «Para mí es mucha alegría, una fiesta que me da felicidad». «Disfruté muchísimo del escenario y espero hacerlo ahora cuando salga en los desfiles», comenta Mari.

«Te voy a decir una cosa: yo quería quedar entre las cinco premiadas para poder subir a la carroza y saludar a la gente, porque me gusta mucho estar en contacto con las personas», añade.

Si algo define a Mari es precisamente su espíritu luchador y emprendedor, que no se arruga ante cualquier situación sobrevenida, para asegurar que la canción que le acompañó durante el desfile define cómo ha vivido: «A mi manera», tirando siempre para delante con alegría y optimismo, en busca de la felicidad. Haciendo buena la letra de la canción de Celia Cruz que dice que «la vida es un Carnaval».

Aunque su diseñador, Dani Mena, le hizo partícipe hace seis meses que contaba con ella para presentarla a reina de los mayores del Carnaval, el 1 de diciembre del pasado año estaba trabajando en su cafetería y se partió la clavícula. Lejos de amedrentarse, tiró para adelante. «Yo he participado en la confección y hasta con el brazo con un cabestrillo he estado bordando y cosiendo el traje» y eso a pesar de la tensión con la que se vivía su recuperación. Dani Mena, su diseñador, reconoce que estaba pendiente de ver cómo evolucionaba para realizar el tocado.

Mari admite que vive estos días en una nube. «No quería que acabara el miércoles porque la experiencia es espectacular, de ahí que esté tan contenta con poder hacer entrevistas y contarle a toda la gente esta experiencia que me acompañará siempre». Junto a la referencia a sus tres hijos que la han animado a vivir este sueño que se ha convertido en realidad en su día a día desde la gala del miércoles, la reina madre del Carnaval aprovecha la oportunidad para dedicar también un recuerdo a sus seis nietos.

En complicidad con su diseñador, de nuevo sale a baleo la canción A mi manera. «Él la eligió pensando en su abuela, para rendirle un homenaje, y significa mucho de cómo ha sido mi vida; casi tenemos vidas paralelas», comenta con una gran jovialidad y las ganas de transmitir a su familia, amigos y clientela esta experiencia inolvidable, convirtiéndose en embajadora del Carnaval más allá del recinto compartiendo esta vivencia a su manera.

Humberto Gonar eldia.es

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