La Orotava se vistió este miércoles de luto para acompañar al cortejo fúnebre de Crispín. El frío ni la lluvia impidieron que la comitiva, amenizada por la 101 Brass Band, disfrutara de este tradicional evento.

El duelo comenzó en la Plaza del Ayuntamiento y luego se trasladó por las calles del centro urbano hasta la Plaza del Quinto Centenario, donde tuvo lugar la quema del muñeco que lució una fantasía africana en referencia a la temática del carnaval villero. La quema tuvo lugar sobre las 22:00 horas, pero, a pesar de la lluvia, las desconsoladas viudas disfrutaron hasta media noche con la animación de la Fanfarria Peña El Casco. También se contó con la reina del Carnaval, Karen Hernández; las damas de honor, Laura Hernández y Naomi Perdigón, respectivamente; el edil de fiestas, Alexis Pacheco, y otros miembros de la corporación municipal.

El Crispín villero cumplió 44 años de historia en esta edición. El personaje de Crispín nació en 1979 por iniciativa de Rigoberto González, en aquella fecha concejal de la nueva corporación democrática. En La Orotava, durante el franquismo, siempre salía por el casco un vecino de La Cancela amante de las fiestas carnavaleras con un muñeco al hombro y disfrazado. Este osado villero recorría las calles cada Miércoles de Ceniza, pero tenía que tirar el muñeco y huir desde que veía a la policía represora, que no dudaba en perseguirlo año tras año. Rigoberto González, al acceder a la corporación municipal y recuperar estos populares festejos de carnestolendas, decidió hacer algo similar a lo que ya para muchos era una tradición, por lo que el Miércoles de Ceniza se programó el entierro y quema de un muñeco, al que deciden llamar Crispín.

Los primeros años del Entierro de Crispín, el muñeco se armaba en la fábrica de mármoles La Milagrosa, y recorría los barrios más significativos de la Villa, desde la Cruz del Teide hasta El Calvario, para luego ascender, en una primera etapa, hacia la plaza del ayuntamiento, y en una segunda, a la Plaza de la Constitución o del Kiosco. Ahora se vela en la Plaza del Ayuntamiento y se quema en la del V Centenario. Durante 25 años se mantuvo la costumbre de brindar, a los participantes en el cortejo fúnebre y a los vecinos que acudían a verlo, con sardinas asadas, vino y pan. Tradición que ya no se realiza.

El actual Entierro de Crispín es organizado por la concejalía de Fiestas del ayuntamiento de La Orotava y cuenta siempre con la colaboración de los grupos del carnaval villero y los vecinos amantes del Carnaval, verdaderos protagonistas en esta popular fiesta.

La fiesta continua este jueves con la presentación del vídeo documental 60 años de la Peña El Casco, y el viernes 24 se celebrará un festival carnavalero en la Plaza de San Juan. El sábado 25 tendrá lugar, por la mañana, en el Auditorio Teobaldo Power, la fiesta de carnaval en familia con la actuación de Güicho, magia a cargo de Sergio Dion, taller de baile con Rebeca, sorteo de regalos y muchas otras sorpresas; mientras que, por la noche, en San Juan se llevará a cabo el gran baile de piñata con las actuaciones del grupo Cris & Lety, Grupo Nueva Línea y la Orquesta Tropin, organizado por el Colectivo Cultural La Escalera y el ayuntamiento. El programa del carnaval orotavense llegará a su fin el domingo 26 con el festival de rondallas en el Liceo de Taoro, en el que se contará con Valkiria y Mamel´s.

COPE

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