El carnaval de Las Palmas de Gran Canaria hizo, en la noche del viernes, todo un ejercicio de sincretismo que honró al tema de la presente edición. De ‘Los Carnavales del Mundo’ se trajeron el colorido de Oruro; el ritmo de Río de Janeiro lo aportaron los comparseros; la humedad, de Venecia; y los sustos de Barranquilla, los que se llevaron algunos bailarines que se resbalaron por la tarosada que mojó el escenario del Puerto. La humedad que se acumuló en el suelo fue tal que las comparsas no pudieron desarrollar su trabajo en condiciones por miedo a las caídas y se descalzaron para poder moverse mejor. Al final, el jurado y la organización de la fiesta decidieron suspender la modalidad de interpretación y compensar a cada uno de los grupos con la entrega de 3.000 euros, que es la cuantía reservada al primer premio del concurso de comparsas en sus bases.

Se trata de una decisión inédita que se tomó tras la petición de disculpas a los componentes de las cinco comparsas que participaron en el concurso (Baracoa, Lianceiros, Nuevo Estilo, Kisamba y Chiramay). Es verdad que situaciones similares se han vivido otros años en algunos de los carnavales celebrados en el parque de Santa Catalina, pero la capa de agua que caía, de modo imperceptible, sobre el escenario dificultó mucho los movimientos de los comparseros, en especial de Baracoa, que fue la primera que saltó a las tablas.

Eso hizo que aunque los componentes de esta comparsa salieran con el vestido completo, tras los primeros compases la organización propusiera que se descalzaran.

Fuentes de diferentes comparsas consultadas por este periódico, que prefieren mantener el anonimato para no perjudicar a sus grupos, coincidieron en señalar que «el suelo resbalaba muchísimo y nos obligaron a salir sin tacones porque de esa forma no podíamos desarrollar bien nuestro trabajo».

Las mismas fuentes certifican que «descalzos se pudo bailar algo mejor» aunque tampoco fueran las condiciones ideales para reflejar el trabajo de todo un año.

Otros comparseros indicaron que en el ensayo que tuvo lugar en la noche del jueves no hubo ningún problema de deslizamientos. Y que la humedad que cayó en la noche del viernes era algo extraordinario.

De ello daban fe las carpetas que tenía a su disposición el jurado para contener la documentación en la que anotaban sus valoraciones. Estaban empapadas, al igual que los manteles que cubrían las mesas de los jueces.

Otras fuentes consultadas por este periódico explicaron que en la mañana del viernes se dio un tratamiento al suelo que pudo haber influido en que el efecto de la humedad fuera mayor, pero este periódico no ha podido contrastar este extremo.

Lo que sí ha confirmado la organización es que se va dar un tratamiento antideslizante para evitar que vuelva a ocurrir en otras galas. Esto resulta especialmente importante en el caso de los drag queen ya que realizan muchas piruetas y números acrobáticos sobre las plataformas.

Una de las ocasiones en que se produjeron también resbalones durante el concurso de comparsas del parque de Santa Catalina se debió a que horas antes de su celebración se pintó el suelo y no dio tiempo a que se secara.

Premios de vestuario y tensión
Al final, «teniendo en cuenta lo acontecido en el escenario», como leyeron los presentadores, se optó por entregar solo los premios de vestuario, que recayeron en Baracoa (primero) y su ‘Con el corazón en la mano’ diseñada por Sebastián Betancor, Carmen Rosa Domínguez y Omar Cejudo; en Kisamba (segundo), por ‘Esencia’, diseño de Antonio Jesús Vázquez García; y Lianceiros (tercero) y su ‘Carnavalia’, vestuario creado por Juan Fernando Henríquez.

En la trastienda de la fiesta, cuya organización ha recibido elogios por parte de los diferentes grupos del carnaval, se produjeron algunos momentos de tensión y gritos de «tongo».

Protesta de comparsas
Algunas comparsas han decidido visibilizar su protesta. El presidente de Lianceiros, José Armas, aseguró que tanto su grupo como Kisamba -en cuyo nombre hablaba por no encontrarse en buen estado de salud su presidenta- han decidido plantarse. «Si nos obligan a ir a actos del carnaval lo haremos en chándal y con pancartas», dijo en relación a un pasacalles programado en Schamann.

En su opinión, «es un carnaval de amigos» en el que no se valora el trabajo. Discrepa, José Armas, de la decisión del jurado respecto a los premios de vestuario, algo que considera una «injusticia». Y lamenta que se suspendieran los premios de interpretación. «En el año 2017 pasó algo parecido y el concurso siguió», recordó el presidente de Lianceiros.

Para él, los 3.000 euros que recibirá su comparsa tras la noche del viernes no son compensación algua. «Lo económico no me sirve», dijo, «que se gasten todo ese dinero en hacer un escenario bueno».

Javier Darriba Canarias7 - Noticias de última hora en Canarias

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